El “olvido de sí mecánico”, es una identificación que consiste en
“perderse” en el laberinto de la carne, la vida, el “mundo” o la
“consideración interior”, y esto es siempre un gravísimo problema.
Pero el hombre tiene la posibilidad de la Conciencia y el Conocimiento
Objetivos.

El Olvido de Sí es el requisito indispensable para que se produzca la
Conciencia Objetiva. El Olvido de sí, como su nombre indica, es lo
opuesto al Recuerdo de Sí. El Recuerdo de Sí es ser totalmente
conscientes de nuestra subjetividad y no identificarnos con ella y en
el Olvido de sí somos totalmente objetivos de lo que nos rodea y de
nosotros mismos, sin rastro de subjetividad alguna.

Algunos lo definen como “el vacío de sí mismo” o la “atención
perfecta”, otros lo definen como “vaciarse a sí mismo para dar paso a
nuestra Esencia”, es decir, vaciarnos de nosotros mismos para
llenarnos de nuestra olvidada e infantil alma, dar entrada en nuestro
ser al alma para que se manifieste, se vuelva activa y manifieste en
nuestro cuerpo su conciencia, amor y voluntad. Es un estado
contemplativo, de iluminación o de inspiración genial, pero en la vida
cotidiana y diaria.

El Olvido de Sí es la condición indispensable para ser un Hombre
Número 5, 6 y 7, pero también para ser un verdadero faquir, monje o
yogui. El Olvido de Sí es el salto que nos sitúa “Más allá del Ego”,
por medio del choque del DO12, también llamado Segundo Choque
Consciente, choque de la Conciencia Objetiva, o Recuerdo de Dios.

Este Olvido de Sí o “vacío de sí mismo”, si no se posee un centro de
gravedad permanente es peligrosísimo, ya que pierdes las pautas de
comportamiento que te daba la personalidad para defenderte en la vida,
trabajar, ser autónomo y responsable. Otra cosa es que realices el
Olvido de Sí en el retiro de un monasterio alimentado por los monjes y
compañeros, pero esto es muy improbable. O lo que hacen los santones
hindúes que viven desnudos en total olvido de sí mismos, centrados en
la vida contemplativa de la meditación y el Nirvana, y viven de la
caridad y de los posibles alumnos que cuidan de ellos hasta que
mueren.

También puede darse el caso de “niños mimados” o “hijitos de papá”
riquísimos, que han logrado, de manera fraudulenta, el estado de
Olvido de Sí y atendidos por sus sirvientes y criados, dan rienda
suelta a su “nirvana” particular y manifiestan la esencia fusionándola
con una fuerte y bien cuidada personalidad caprichosa, egoísta,
narcisista y pervertida, que al abrigo de todos los peligros y
necesidades de la vida y entre algodones, crean lo que se entiende en
el Cuarto Camino como un Jassnamus.

El Olvido de Sí, para ser real, ha de cumplir los Mandamientos y lo
podemos resumir así: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo”.

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