Para Conocerse a sí mismo es obligatorio auto-observarse

http://groups.google.com/group/secreto-masonico

Es obvio si una persona no se autoanaliza y se observa constantemente nunca se conocerá a sí mismo

Si una persona no se observa a sí misma, no verá sus  muchas cosas negativas: si no lo hace, creerá  ver cosas muy diferentes. Esto muestra de qué el modo a la disposición a vernos  internamente tal cuales somos depende de nuestra disposición a crecer o no.

Las pasiones o emociones negativas nos ciegan, y desde luego, pertenecen al estado inferior, y por regla general son en la práctica las únicas emociones que podemos experimentar cuando somos profanos. Las emociones negativas no sobreviven a la muerte física, simplemente porque están identificadas con la carne y los motivos del cuerpo físico y las cosas de este mundo profano.

 Es por eso por lo cual se ha de masónicamente  trabajar tanto sobre este terrible estado del centro emocional inferior para dominarlo. Claro está, si amáramos a Dios con todo nuestro corazón y alma, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no cabe duda que tendríamos un centro emocional superior, muy diferente al actual.

De hecho, tengo la certeza que lo tendríamos. En el presente estado de tinieblas y oscuridad profana de nuestro centro emocional, no amamos a Dios ni a nuestro prójimo.

Para cambiar el terrible estado de nuestro centro emocional tal como es en la vida mecánica profana, hemos de tener la idea de algo superior a nosotros. Tal como somos, no creemos.. que nuestro prójimo sea igual o menos superior a nosotros, ni tampoco creemos que Dios sea superior a nuestros deseos, porque nos consideramos como Dios y sólo fingimos pensar que pueda haber algo superior a nosotros.

 Todo esto es muy difícil y toma mucho tiempo comprenderlo, aunque sea imperfectamente. Sin embargo, si comenzamos a desvincularnos de la ilusión de nosotros mismos —la ilusión, por ejemplo, de que somos una sola persona, que tenemos un Yo Real y Voluntad, que podemos hacer, que nunca somos negativos, que nunca nos identificamos, y que tenemos, en suma, un Gran Ego que nos controla en todo momento —nos daremos cuenta que hay la necesidad de contactar con  algo superior a nosotros.

Una vez que lo hayamos comprendido la masonería, conoceremos que esas terribles imperfecciones, a las que consideramos tan excelentes, están pesadamente ocultas por ilusiones, y, como dice el Trabajo Masónico, si de pronto viéramos como somos- si nos conociéramos a Nosotros mismos realmente, enloqueceríamos al vernos esclavos de la Tiranía del Ego.

 Si, por ejemplo, una persona viera de súbito todas sus contradicciones, se volvería demente. Afortunadamente hay un mecanismo psicológico que no nos permiten ver más que lo que podemos soportar. De hecho, sólo nos está permitido, en este Trabajo Masónico, ver un poco de lo que nos espera, lo cual, por así decir, somos capaces de soportar. Pero si nos quitaran todos nuestros topes o amortiguadores psicológicos  enloqueceríamos de golpe. Los topes o amortiguadores psicológicos  impiden que nos volvamos locos y nos procuran el sentimiento que todo anda bien, día tras día.

El niñito tiene el infortunio de haber nacido entre gentes dormidas, y al principio siente las contradicciones, pero al cabo de un tiempo todo queda allanado por la formación de los topes o amortiguadores psicológicos, lo que llamamos justificantes.

Los topes o amortiguadores psicológicos son, como dijeron Gurdjieff y Ouspensky, mecanismos que amortiguan la colisión de Nuestra propias contradicciones. No nos podemos conocer a Nosotros mismos de golpe, necesitamos de una Escuela como la Masonería y de un guía francmasón bien especializado, pues simplemente veríamos en nosotros lo que tanto criticamos, del vecino, del enemigo, del Presidente de Nuestra Nación o del clérigo fanático que tanto criticamos, y simplemente no sabríamos resolverlo.  

Hasta tal punto vivimos dormidos que no se repara en los justificantes que nos formulamos día a día y que en el sistema Gurdjieff llamamos Justificantes.

Pero un niñito tiene conciencia de una manera clara, mientras que las gentes dormidas carecen de Conocimiento de sí mismos —quiero decir, el pequeño niño  tiene Conciencia Real— pero desde pequeños van adquirido poco  a poco conciencia deformada y conciencia social debido a la mala educación escolar, que han dejado de lado a la magistral Mayéutica Socrática.

Ahora bien, si la conciencia creciera desde el principio sin una guía especializada de un verdadero maestro francmasón, nos volveríamos locos viendo frente a frente  el atroz  estado del mundo. Veríamos las contradicciones en familiares y amigos. Pero no nos está permitido verlas gracias a los amortiguadores psicológicos.

Los topes psicológicos ocupan en el lugar de la conciencia. No importa cuán grande o pequeños, ricos o pobres, todos sufrimos la necesaria enfermedad de los topes o justificantes, y no queremos hacer frente a la verdad.

En suma, siempre mentiremos, siempre seremos fanáticos del deporte, fanáticos del líder político, fanáticos indistintamente del ateísmo o de la religión.

Por lo tanto, descubrimos en este breve comentario masónico que, para tener conciencia es preciso eliminar los topes psicologicos, pero es imposible lograrlo excepto por una prolongada auto-observación sobre nosotros mismos, y a menudo, debo decir, no por una auto-observación evasiva, por lo cual quiero decir una observación parcial- que nos lleve a justificarnos constantemente.

Es decir,  que cuando crea falsamente conocerme a mí mismo justifique todos mis actos con topes psicológicos, y nos engañemos diciendo: es que soy así por tal o cual motivo, y evada mi responsabilidad constantemente. Y nunca pueda corregir así mi camino    

 El Trabajo Masónico nos enseña que todos tenemos Conciencia Real, que es muy distinta de la conciencia profana adquirida, puesto que la última es una mera cuestión de cómo fuimos educados por la sociedad y condicionados malignamente por las Universidades y Colegios Académicos. Gurdjieff y Ouspensky  dijeron que todos tenemos Conciencia Real pero que está escondida pero lista a descubrirse. ¿Cómo podemos llevarla a la superficie? Ahora bien, presten cuidadosa atención. La memoria del "Yo" Observante es muy diferente de la memoria de los pequeños "Yoes" que se asoman a cada momento. El Yo Observante podría, y hace eventualmente que sea posible, recordar lo que los otros "Yoes" dijeron en la parte inferior de la escala de nuestra máquina. Mediante la memoria del Yo Observante (la Memoria de Trabajo Masónico) vemos las contradicciones —¿y qué es lo que nos libera? La Conciencia. Si llego a ser consciente mediante la memoria del Yo Observante, me libero de mis topes  psicológicos, lo cual significa que veo mis contradicciones y así me libero de ellas —a saber, de lo que me impedía verlas antes. ¿Qué era lo que me impedía verlas antes? Los topes psicológicos siempre me impidieron ver mis contradicciones y así realmente CONOCERME A MÍ MISMO.

 La memoria del Yo Observante entonces cambia, y después de un tiempo los Niveles Superiores de Consciencia verán que estamos trabajando sobre nosotros mismos en un verdadero sentido y nos procurarán trazas de la Conciencia Real, la cual es por completo diferente de la conciencia adquirida o educada por la sociedad profana.

Gurdjieff y Ouspensky dijeron: que la Conciencia Real es la misma en todos, ya sean latinoamericanos, asiáticos,  católicos, judíos o musulmanes, sean americanos o europeos, todos estamos bajo el domino tiránico del falso Ego.

¿Cuál es mi estado entonces? ¿Cómo Profano o cómo iniciado masón? ¿Si mis topes justificadores se debilitan tendré tanta confianza en mi mismo como antes? ¿O veré la ilusión en mí mismo que me ha perseguido por tanto tiempo? Si es así, entonces me será posible contactar con Dios y contactar con mi prójimo en lugar de con mi Egocentrismo.

ALCOSERI

http://groups.google.com/group/secreto-masonico