Profecia 2012 de Juana de Arco, víctima de la inquisición scritto il 26.12.2009
"Se cree que la gran Dama Juana de Arco con su profecía 2012, antes de masacrada y pulverizada en la hoguera inquisidora de malos, perversos varones romanos y sus seguidores fanáticos, propietarios de la nefasta Inquisición con sus aliados roedores de herejías inventadas y leyes de muerte y exterminio, para asustar las conciencias de los rectos y la misma evolución de la libertad, haya nombrado con exactitud a los cristianos albigenses (Cátaros), a todas las víctimas inocentes y santas de la Inquisición en su diferentes formas como a otros a saber: Hugo Rafael Chavez-Frías, Barack Hussein Obama, Adolfo Hitler, Joseph Ratzinger y/a otros, que hoy en , desde el 2000 hasta el 2012, son y serán noticia. Ella no solamente presenta en su visión la fecha del Año 2012 sino que agrega dos más: Año 2020 y Año 2030. Allí afirma categóricamente que caerá un imperio de muerte y que gobernarán los niños y niñas del sur del hemisferio tierra, que de cierta manera han sido los atropellados y maltratados por los imperios asesinos e invasores, de los últimos 700 lustros de historia e injusticia planetaria."
[La valiente e inocente Juana de Arco, fue ejecutada en la hoguera de muerte, por orden del Papa de Roma y los verdugos españoles y franceses, el 30 de mayo de 1431. Por desgracia y para recordar la injusticia y tiranía, en la plaza del mercado viejo de Ruán].
Estando apenas unas horas a la fecha de su asesinato por los inquisidores católicos romanos en la hoguera de muerte, la bella e inocente santa Juana de Arco, dijo: "Las voces que me llegan de los enviados del cielo desde niña, por autorización de Dios y bajo la protección de San Miguel Arcángel y del glorioso joven San Esteban, me han confirmado que los asesinos representantes de la falsa Iglesia de Jesucristo en la tierra, me llevarán pronto a la hoguera de muerte. Mi cuerpo arderá vivo y será pulverizado con la misma fuerza de los cuerpos de los verdaderos y perfectos santos del Padre del amor, que han sido exterminados por el falso poder de la bestia inquisidora.[...]
El falso poder caerá tres años después que una mujer de raza blanca, derribe al Papa sobre el suelo en una Misa de Navidad y logre fracturar los huesos de uno entre sus fanáticos demonio seguidor y compinche. Un joven y apuesto hermano africano casado una sola vez con una bella e inteligente dama de raza negra, estará al frente del imperio gobierno que antes fue de los blancos. La cabeza de la falsa Iglesia tendrá un varón maldito demonio, del mismo lugar del blanco exterminador de otra raza que es perseguida por la práctica de robo, enriquecimiento y usura, con sus ruines rezos y competencias de muerte. Las catedrales, capillas y templos, empezarán a desocuparse para siempre cuando comience una enfermedad achacada a los puercos, gatos y aves.
La soledad y poca credibilidad de los varones y mujeres de fe dejarán las puertas cerradas de las edificaciones construidas con la sangre de los justos y a lomo de caballo, asno y mula. Nadie querrá ir a misa ni escucharán la farsa de cultos, rezos y oraciones. Habrá locura en el clima con huracanes, fríos, calores, temblores, terremotos, enfermedades, desvíos, perversiones y epidemias de muerte. Cada día desaparecerá la vida convirtiendo los frutales, pastos y sembrados en desiertos, arenas, rocas y piedras. Los excelsos verán carros voladores y naves luminosas en el aire del firmamento con visitantes de otros lugares del cosmos y universos desconocidos. Los mismos serán invisibles para los equivocados no para los escogidos infantes. Los hombres de la época han podido volar fuera de la tierra pero no han logrado conseguir nuevas comunicaciones para entonces y lanzan retratos artificiales con falsos montajes.
Ocho años después de esos tres años de desmoronamiento de imperios, castillos y religiones, los niños que nacieron en la parte sur del hemisferio y en los mismos países en donde fueron atropellados sus ancestros, gobernarán a las naciones poderosas del norte. Las mismas que se sentían invencibles hasta la primera luna con su cambio al final del invierno de los polos derretidos como agua y aceite. Las naciones del sur se unirán en una sola hermandad y fraternidad semejante a imperios rosados y blancos. Las razas, lenguas y religiones estarán entremezcladas como agua, sal, aceite y azúcar en un país cercano al portón que abre la puerta secreta del Polo Norte. Habrá una nueva patria para todos después de la peste y guerra. Desaparecerán la horca y pena de muerte con cada una de sus fronteras.
El imperio del falso vino con sus 7 columnas, otro que permite la poligamia y el abuso sexual de infantes y ese que con armas, gases y aparatos ha segado la vida de hijos e hijas de Dios colocando injusticia y muerte, nunca más volverán a ver el sol de mando entre sus ejércitos, patios ni en sus casas. Los militares con sus vehículos movidos por motores de oro negro en desgaste y varios recursos, morirán al lado de sus templos y edificios por epidemias con aire contaminado. Habrá en varios puntos ejércitos ilegales armados con los mismos esqueletos de muerte. Un varón salido entre los ignorados del sur de líquido aceitoso y apetecido, regará una nueva semilla desde al planeta. Su voz llegará hasta el desierto de los equivocados que también serán destruidos en su momento. Los perfectos y escogidos que fueron exterminados volverán 10 años después a los cuerpos que serán reencarnados en ese tiempo cuando la conciencia haga el cambio por orden de los dioses que fueron ignorados. La paz llegará durante 1.000 años más hasta el gran final de la nueva tierra habitada con los mismos visitantes de las otras dimensiones y universos".
(Ella nació en Domrémy, Francia, 1412 - Asesinada en Ruán, id., 1431). Hecha santa por la vergüenza y cinismo que sintieron sus asesinos. Mujer heroína francesa. Nacida en el seno de una familia campesina trabajadora. La infancia de Juana de Arco transcurrió durante el sangriento conflicto enmarcado en la guerra de los Cien Años que enfrentó al delfín Carlos, primogénito de Carlos VI de Francia, con Enrique VI de Inglaterra por el trono francés, y que provocó la ocupación de buena parte del norte de Francia por las tropas inglesas y borgoñonas. A los trece años, Juana de Arco confesó haber visto a san Miguel Arcángel, Al joven San Esteban, a santa Catalina y a santa Margarita. Declaró que sus voces la exhortaban a llevar una vida devota, justa y piadosa. Unos años más tarde, se sintió llamada por Dios para una misión que no parecía al alcance de una campesina analfabeta y desconocida: Dirigir el ejército francés, coronar como rey al delfín en Reims y expulsar a los ingleses del país.
En 1428 viajó hasta Vaucouleurs con la intención de unirse a las tropas del príncipe Carlos, pero fue rechazada. A los pocos meses, el asedio de Orleans por los ingleses agravó la delicada situación francesa y obligó al delfín a refugiarse en Chinon, localidad a la que acudió Juana, con una escolta facilitada por Roberto de Baudricourt, para informar a Carlos acerca del carácter de su misión. Éste, no sin haberla hecho examinar por varios teólogos, accedió al fin a confiarle el mando de un ejército de cinco mil hombres, con el que Juana de Arco consiguió derrotar a los ingleses y levantar el cerco de Orleans, el 8 de mayo de 1429. A continuación, realizó una serie de campañas victoriosas que franquearon al delfín el camino hacia Reims y permitieron su coronación como Carlos VII de Francia (17 de julio de 1429).
Acabado su cometido, Juana de Arco dijo que dejó de oír sus voces interiores (algunos afirman que ocultó el don que recibía de las estrellas), y solicitó permiso para volver a casa, pero ante la insistencia de quienes le pedían que se quedara, continuó combatiendo, primero en el infructuoso ataque contra París de septiembre de 1429, y luego en el asedio de Compiègne, donde fue capturada por los borgoñones el 24 de mayo de 1430. Entregada a los ingleses, Juana de Arco fue trasladada a Ruán y juzgada por un miserable y perverso tribunal eclesiástico acusada de brujería. Con el argumento de que las voces que le hablaban procedían del diablo, con lo cual se pretendía presentar a Carlos VII como seguidor de una bruja para desprestigiarlo. Los católicos romanos sentían envidia porque una mujer fuera escogida por Dios para profetizar y para dar a conocer visiones que era un actividad exclusiva del machismo europeo de la época y de varones religiosos.
Tras un proceso inquisitorial de tres meses, fue declarada culpable de herejía y hechicería; pese a que ella había defendido siempre su inocencia, acabó por retractarse de sus afirmaciones y guardó silencio no sin antes dictar la profecía 2012. Ello permitió conmutar la sentencia de muerte inicial por la de cadena perpetua. Días más tarde, sin embargo, recusó la abjuración y reafirmó el origen divino de las voces que oía, por lo que, condenada a la hoguera, fue ejecutada el 30 de mayo de 1431 en la plaza del mercado viejo de Ruán. Algunos dicen que fue violada por los clérigos que la custodiaban. Durante unos años, corrió el rumor de que no había muerto quemada en la hoguera y que habría sido sustituida por otra muchacha, para casarse posteriormente con Roberto des Armoises. La verdad es que Juana de Arco se presentaba después de muerta en espíritu a varones, mujeres, campesinos y trabajadores del campo y ciudad. Se cree que ella les enseñó después de muerta en espíritu, las técnicas para cultivar la tierra, para defenderse de pervertidos, asesinos y para cultivar el espiritu de la verdad. Santa Juana de Arco, creía y estaba segura de la reencarnación.
En 1456, Juana de Arco fue rehabilitada solemnemente con cinismo religioso y vergonzoso, por el representante de Roma, papa Calixto III, a instancias y por temor a Carlos VII, quien promovió la revisión del proceso. El creía que los inquisidores eran los malos y suplantaban a los demonios del infierno terrícola. Considerada una mártir y convertida en el símbolo de la unidad francesa, fue beatificada con hipocresía en 1909 y canonizada descaradamente en 1920. El mismo año en que Francia la proclamó su santa patrona como estrategia de perdón por el crimen. Los mismos asesinos desalmados, mas tarde le llamaron santa con hipocresía y doble moral de sus iniquidades y pecado.
Los mismos asesinos desviados de rectitud y compasión y psicópatas de muerte, que la llevaron viva a la hoguera para quemar su cuerpo vivo en la hoguera, mas tarde la llamaron santa con risas macabras de pantomima y doble moral de sus iniquidades y pecado. Ellos quisieron disimular pero Dios desde antes le regaló el cielo.. No fue la Iglesia Católica Romana quien la santificó. Sí fueron los representantes del vaticano quienes la mataron viva en la hoguera. Los demonios no pueden santificar a nadie pero han creado la farsa para defender sus crímenes e injusticias. Esa es otra de las farsas a las que nos debemos oponer todos y todas, con fuerza y rectitud. Los
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