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La estructura matemática de nuestra Biblia prueba más allá de cualquier duda que fue escrita por un matemático experto. Es imposible que hubiera sido redactada sólo por simples seres humanos. Este patrón numérico se encuentra bajo la superficie de los textos originales en hebreo y griego de los cuales proviene nuestra versión en español Reina Valera. La ciencia moderna ha tratado de develar los secretos de la Biblia, así como los científicos descubrieron los secretos del átomo. Esta es indicación adicional de que la Biblia no pudo haber sido escrita por hombres sin la guía y dirección de un Autor Divino. En estos últimos días cuando las personas están abandonando la Palabra inspirada de Dios en todas partes del mundo y están volviéndose a doctrinas de demonios, estimo que no puede haber un estudio que más ayude y fortalezca el corazón del cristiano que el tema de la espiritualidad de los números tal como está revelado en la Biblia. Éste le demuestra de manera clara, aun a los corazones más endurecidos, que el autor de todos los libros que forman parte de la Escritura tuvo que ser una mente suprema.

Es completamente imposible que hombres de mentes, ambientes y circunstancias tan diferentes, separados por cientos de años en el tiempo, hubieran escrito sin ayuda alguna, libros que exhiben todos el mismo diseño numérico maravilloso como un medio para retratar verdades espirituales profundas, las cuales preservan uniformemente el mismo significado.

La espiritualidad numérica prueba que hay una sola solución al problema, y esa solución está dada en la propia Palabra de Dios: Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P. 1:21). El Espíritu Santo fue el único autor y escritor de la Palabra de Dios, desde el principio hasta el fin, a pesar de que fueran muchas las plumas que la registraran por escrito. Todo estudiante concienzudo de la Biblia está absolutamente convencido que en los idiomas originales en que fuera registrada la Escritura, el hebreo y el griego, tenemos las propias palabras de Dios.

Cuán confortador es poder llegar a esta conclusión en estos últimos días de apostasía universal, cuando las propias potencias de los cielos están siendo conmovidas. Cuán maravilloso es poder descansar seguros y confiados en que la Palabra de Dios son las propias palabras del Espíritu Santo.

En otros mensajes de Profecías Bíblicas he explicado ya que Dios tenía un propósito al crear al hombre, el Dios que no sólo planeó y diseñó su creación, sino que también la estructuró matemática y científicamente. La estructura matemática en el capítulo 1 de Génesis en el texto original hebreo es algo que maravilla, exhibiendo la huella indeleble del Matemático Experto que puso su sello en él. Hay ciertas reglas y leyes que gobiernan la aritmética bíblica y ellas son:

• Todos los números simples del 1 al 40 tienen un significado espiritual. Mientras que sólo a un cierto grupo de esos mayores de 40 se les puede aplicar un significado espiritual.

• Los números compuestos de estos números, es decir sus múltiplos, generalmente portan el mismo significado espiritual sólo que intensificado.

• Los números que se forman cuando se suman dos cifras simples, usualmente portan los dos significados expresados juntos, portando una importancia espiritual más profunda.

• Cuando un número compuesto es divisible por varios factores, usualmente se encuentra que su verdad espiritual está oculta en los factores simples, es decir, en esos que son indivisibles.

• El primer uso de los números en la Escritura casi invariablemente nos da la clave de su significado espiritual.

• Una verdad espiritual no parece ser evidenciada en cada lugar en que aparece el número.

• Los números comunican verdades espirituales por los menos en tres maneras:

(a) Por el uso actual del número.

(b) Por el número de veces que el Espíritu Santo usa una palabra especial o frase.

(c) Por la gematría o valor numérico de una palabra o frase.

• Considere además esto: En el primer capítulo Dios dice 7 veces que lo que había creado era bueno”, en los versículos 1, 10, 12, 18, 21, 25 y 31.

• El verbo hacer” también aparece 7 veces en relación con actos creativos específicos de Dios. En Génesis 1:7, 16, 25, 26, 31, 2:2 y 3.

• En el capítulo 1 de Génesis el cielo” está mencionado 7 veces. En los versículos 7, 16, 25, 26, 31, 2:2 y 3.

• El propio Dios como creador es mencionado 35 veces, 5 veces 7, en el relato de la creación desde Génesis 1:1 hasta Génesis 2:4.

Ahora con estas reglas en mente vamos a proceder con nuestro estudio. Son incontables los ejemplos que podría citar, pero no quiero cansarlo así que sólo me limitaré a mencionar unos pocos para ayudar a los estudiantes devotos de la Biblia. Antes de continuar permítame aclararle que la gematría es un sistema mediante el cual cada letra tiene un valor numérico. Como los antiguos no tenían símbolos para expresar los números, a cambio usaban las letras del alfabeto. Los romanos empleaban solamente seis de tales letras. La M que hoy se utiliza para expresar el número 1.000 no se empleó en principio, sino que su uso es relativamente reciente. Las letras usadas por los romanos eran:

I = 1 V = 5 X = 10

L = 50 C = 100 D = 500

Sin embargo, los hebreos y los griegos fueron más allá que los romanos y emplearon cada letra de su alfabeto para expresar una cifra. Es decir que sus alfabetos tenían un propósito doble. Las letras eran para formar palabras, pero también servían como números, de esa forma eran empleadas en la aritmética, tal como hoy nosotros hacemos uso del sistema arábigo.

Por ejemplo, la letra a” en griego, siempre representaba el 1”, la b” el 2” y así sucesivamente hasta llegar al 10, después del 10 se continuaba contando por decenas y luego con las centenas. Es así como cualquier palabra en griego o hebreo puede expresarse en números al reemplazarla por la cifra correspondiente. La suma del valor numérico de cada letra daba la gematría o valor numérico de la palabra.

Estos valores numéricos son a menudo muy significativos y no dejan duda en la mente de quien estudia el tema muy cuidadosamente, que el Espíritu Santo usó la aritmética oculta para probar la verdad de la Palabra de Dios. A continuación voy a presentarle los valores numéricos de los alfabetos griego y hebreo, es decir, el número que representa cada una: