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DEPRESION FORO: ¿ASUMES SIEMPRE QUE TU ERES LA CULPABLE SIN HABER HECHO NADA MALO?
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De: LaDraCaroline  (Mensaje original) Enviado: 26/05/2010 21:07

¿ASUMES SIEMPRE QUE TU ERES LA CULPABLE SIN HABER HECHO NADA MALO?

martes 25 de mayo de 2010 by DraCaroline | Posted in , , , , , , , , , , , ,




Mary asi la llamaremos, es una mujer de edad mediana, separada de su esposo, y una vez le acepto la invitación de un compañero estudiante de llevarla a casa después de clases en la universidad local. Cuando llearon al edificio de departamentos, Mary le dijo "Te invitaría un cafe, pero estoy muy cansada y tengo que levantarme temprano para ir a trabajar". Su compañero dijo que le dejara entrar que no estaría mucho tiempo pero ella objetó. Entonces él le pidió el baño antes de irse a su casa. Mary dudó pero bueno se sintió obligada por lo menos se sintió que le debía esa cortesía. Después de usar el baño, él le exigió un beso a ella pero se resistió, entonces la tiró al piso y la violó. Ella lloró muchísimo toda la noche y en medio de la noche me llamó rehúsandose a hablar con la policía o ir al hospital como le solicité de emergencia que lo hiciera. De hecho, ella ya se había bañado y retirado toda evidencia del asalto. El hombre, ella dijo, le había dicho que ya que estaba separado de su esposos, la policía nunca le creería- y que él negaría todo cargo de violación.

Estos ejemplos indican, que el masoquismo puede provocar relativamente una menor metida de pata social o llevar a una situación de vida o muerte. Puede surgir en cualquier circunstancia, en cualquier momento que la ansiedad provoque a una persona masoquista a responder a una amenaza percibida o interna que no tiene una base en la realidad.

La ansiedad tiene su origen en las experiencias que se vivieron durante la niñez con adultos de importancia, figuras que son ahora los fantasmas que se insinúan ellos mismos en las personas que encontramos en nuestras vidas adultas. Los masoquistas constantemente responden al presente como si estuviera pasando en el pasado, participando en una especie de teatro de sombras en la cual las personas no son lo que ellos aparentan ser. Lo que constituía una respuesta apropiada para un niño enfrentándose a un padre es inapropiado cuando ocurren por ejemplo, entre un empleado y su jefe, un doctor y su paciente, un esposo y esposa. Lo que fue necesario para un niño en su infancia como una conducta adaptativa ahora se convierte en un terrible lastre cuando continúa en la adultez.

La masoquista se disculpa rápidamente porque asume que siempre está equivocada. Una paciente mía lo puso de esta forma: "Sé que no he hecho nada malo, pero es como si estuviera esperando constantemente una acusación". Otra dijo " Si algo anda mal, de pronto pienso que tiene que ver conmigo". El masoquista escoge el autocastigo en la creencia de que así se librará de un peor destino. Ella es incapaz de decir no porque desea la aprobación de los demás, de hecho desesperadamente lo desea, y no puede arriesgarse a ofenderlos. Tiene miedo a la autoridad, una cualidad que atribuye a cualquiera: un mesero en un restaurante o un empleado en una tienda. No tiene un sentido de sus propios derechos, o su propia valía, ni tiene la capacidad para desarrollar su propio punto de vista. Por todo esto, ella depende de las otras personas. Y en la aceptación de su dolor que se generan por estos déficits, ella es completamente pasiva. Ella acepta el sufrimiento como parte de ella.

En el proceso de comunicación, el uso de palabras autodestructivas, es la clave para este sistema de autocastigo, el mecanismo por el cual la masoquista señala a otras personas y genera una especie de retroalimentación cibérnetica que garantiza que el dolor continuará.

Recuerdo que estaba en un Congreso de Salud Mental en México hace años atrás y en el receso me dirigí alrededor del auditorio para apreciar los diseños de los corredores cuando de pronto me ví al lado de una jovencita. La chica me miró y me dijo "Estoy obstaculizando la pared". Le dije "¿perdón? dudosa si había escuchado correctamente.

Me repitió "Estoy obstaculizando la pared".

"¡Oh! Noté que tanto su actitud forzada y su expresión eran peculiares. Después me excusé y seguí mi camino.

Esta fué una comunicación masoquista por excelencia. Contenía una abierta declaración de vulnerabilidad e impotencia y una solicitud imperiosa de compasión: Estoy obstaculizando la pared...soy un tapiz...me siento humillada...me siento sola...¿quién hablaría conmigo? indicaban los sentimientos invertidos de grandiosidad de la joven: Ella se sentía el centro negativo de atención; sentía que todos los ojos estaban sobre ella, criticando su humillante soledad. Fue estrictamente defensivo: Me advirtió de su debilidad y buscaba compasión con el propósito de alejarla de la crítica y el odio que esperaba. Y fue inútil: su expresión no me hizo quedarme; me hizo alejarme y dejarla sola nuevamente. No quería que esto convirtiera este tiempo libre en una respuesta terapeútica, y ella me hizo sentirme segura de que no me alegraría conversar con ella.

Esta mujer preocupada de sus defensas internas no tenía un claro sentido de la realidad. Si me hubiera hablado de música, del concierto en el auditorio, la conferencia, del mismo congreso o aún de las comidas mexicanas -cualquier cantidad de cosas hubiera hecho que me hubiera quedando hablando con ella. En lugar de eso, su autoprofecía se había cumplido. Se sentía sola y culpable por ser así, percibiendo su soledad como el reflejo de su propia autovalía. Creía que los demás lo verían también así. En base a esa creencia y la anticipación de la crítica, se defendía ofreciendo una expresión de soledad -Estoy pegada en la pared- haciéndolo más obvio. ¿Imagínense si un hombre violador percibiera con su sexto sentido a estas pobres mujeres masoquistas ? Hubiera percibido la autoconciencia de esta mujer y su soledad y se la hubiera llevado después del concierto.

Dios me los guarde y proteja, sigan enviando sus consultas gratis a dracaroline@dracaroline.com que con cariño y respeto orientaré.

Hasta el próximo mensaje
DraCaroline


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