ES más fácil mirar la paja en el ojo ajeno que saber que tenemos una viga en el nuestro, criticar o murmurar de alguien es más fácil que sellar los labios y pensar por un momento la situación que afronta esa persona, por eso es bueno meditar en que si nos colocamos en el lugar de aquellos que son objeto de hablar mal de ellos, eso nos haría más justos, comprensivos y les ayudaríamos en vez de hacer lo que no agrada al Señor, que esta reflexión nos inste en todo momento a proceder de la forma que exaltamos el Nombre de nuestro amado Dios y Señor.
LOS ZAPATOS DE OTRO
Si el zapato te sirve, póntelo; si te hace daño, puedes tirarlo...
Todos hemos oído alguna vez la expresión "calzarse los zapatos de otro", que es como ponerse en su piel.
Es una forma de decir que podemos entender los sentimientos de otras personas y ver las cosas desde su perspectiva.
Sin embargo, la expresión siempre me ha parecido curiosa, porque es muy poco probable que los zapatos de otro nos sirvan; es como si nos pusiéramos sus gafas,no veríamos nada.
El caso es que no podemos andar con zapatos ajenos sin hacernos heridas en los pies.
Cada experiencia de la vida es única, porque está configurada por las especificaciones de cada alma.
Por ello es que debemos comprender a los demás permitiéndoles hacer su camino mientras les ofrecemos apoyo y espacio.
Así podemos acompañarlos llevando nuestros "propios zapatos".
¿Has intentado andar con los zapatos de otro?
¿Te quedaban bien, eran demasiado pequeños, o demasiado grandes para ti?
¿Crees que hay momentos en los que no podrías ponerte en la piel de otro, porque sus actos sólo son comprensibles para su alma?
En esos casos, deja que ande por su camino y continúa queriéndolo y apoyándolo, aunque no entiendas a dónde va.
...no critiques, acepta su realidad, es parte de su aprendizaje, respeta!
Autor desconocido
EL CAMINO DE LA CORNISA
Me vino a la mente cómo diariamente caminamos en la cornisa, a través de actitudes, decisiones, o acciones que sin que lo veamos nos mantienen siempre sobre el borde de cornisas. A veces en nuestras relaciones familiares, otras en nuestras relaciones laborales, y muy comúnmente en nuestras situaciones financieras.
Estas cosas suceden a diario en nuestra vida y a veces les damos cierta importancia cuando nuestro caminar nos hace ver el abismo, pero… hay una cornisa más que siempre olvidamos y es la más peligrosa, la cornisa espiritual. En ella estamos siempre al borde porque de ella nunca nos damos cuenta. Caminamos alegremente por nuestras decisiones y pensamientos siempre al borde del precipicio espiritual, porque la realidad que tenemos en nuestra mente vive muy alejada de la conciencia espiritual. La realidad de lo natural atenta contra la fe y el universo espiritual, y allí sin darnos cuenta siempre al borde del precipicio vivimos una realidad distinta a la que Dios quiere que vivamos.
Justamente el hecho de vivir en esa cornisa espiritual, nos mantiene siempre en la orilla de la desesperación, la pobreza, la enfermedad y el desánimo mezclado casi con la incredulidad, porque la fe es la substancia de lo que no se ve, y al poder ver lo que no se ve -por la palabra- podemos comenzar a esperarlo, y Jeremías dice que Él nos dará lo que esperamos, necesitamos salir de la cornisa espiritual, y comenzar a caminar por las buenas obras que Él preparó para que nosotros anduviésemos en ellas, y comprender que cuando Él dijo que todo lo completó por nosotros es cierto, por esto dice que todas nuestras necesidades serán suplidas por las riquezas en gloria en Cristo Jesús, es así que Pablo dice que todas las cosas en El subsisten, todo está en El, y está para ti y para mi, sólo que comencemos a ver con los ojos del espíritu. Si dejamos a nuestro espíritu comenzar a ver a través de la Palabra, que lo creó todo, las cornisas se convertirán en carreteras de bendición…
¿Qué esperas? Comencemos a ver...
Por eso la Palabra del Señor es nuestro mapa a seguir, si dejamos que nos guie con Su Santo Espíritu el camino se hará más fácil y llevadero, El cómo nuestro mejor Amigo esta siempre listo para tomarnos de la mano y no ver los precipicios sino mantener la mirada en el Autor y consumador de la fe que es Jesús, por tanto no temamos avanzar cada día por ese camino angosto que no vamos solos y Él nos lleva de triunfo en triunfo y de Gloria en Gloria, a Él toda la Exaltación y gratitud por esto.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
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