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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : REORDENA TUS PRIORIDADES Y AUN QUEDA MUCHO POR APRENDER
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: MAGVBIL  (Mensaje original) Enviado: 10/12/2016 13:38







Hola mis amados:

Estamos por terminar este año y es bueno pensar en el que va a llegar, que nos propongamos que todo lo que hagamos este de acuerdo a Su Palabra, así como el Señor Jesús pudo decirle al Padre que lo Glorifico al hacer la obra para la cual fue enviado, que nosotros de igual manera le glorifiquemos en lo que hacemos, pensamos o decimos, que los demás noten que somos hijos de Dios por seguir las huellas de Jesús y que manifestemos Su amor en todo porque Él es amor.
 
REORDENA TUS PRIORIDADES

Imagínate el siguiente escenario: Estas ocupado en tu oficio, trabajando o estudiando como lo haces diariamente, y de repente se te aparece Jesús y te dice: “Sígueme”. Acto seguido, se da la media vuelta y comienza a caminar.
Que harías? Como responderías a este desafío?
Eso fue lo que le ocurrió a un hombre llamado Levi, quien se encontraba sentado en la mesa de los tributos. Era cobrador de impuestos, a quien algunos temían, y muchos odiaban. Pero Jesús no vio su condición u oficio como un impedimento, pues conocía el corazón hambriento de Levi; hambriento de cambios, hambriento de propósito.
Jesús salió y vio a un publicano llamado Levi, sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: Sígueme! El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. (Mt 5:27,28)
Quizás Dios no está demandando un cambio drástico en tus ocupaciones diarias como en el caso de este hombre, pero definitivamente te está hablando acerca de un reordenamiento de prioridades en este nuevo año.
Me impresiona la oración que hizo Jesús en Juan 17:4. Le dijo al Padre:
Yo te he glorificado en la tierra, he acabado la obra que me diste que hiciese. (RVA)
Medita por unos momentos en lo que dijo Jesús. No te parece asombroso que habiendo aun tantas necesidades en Israel (tantos ciegos, cojos, y endemoniados) Jesús haya hecho esa declaración? Sin embargo, lo dijo porque sabía que había cumplido cabalmente con la misión que el Padre le había encomendado. Él dijo: “He acabado la obra que me diste que hiciese.” Cada una de Sus actividades había estado en perfecta armonía con el plan de acción que Su Padre le había dado, por lo que cada esfuerzo de su ministerio lo acerco a la meta, al premio del Supremo Llamamiento de Dios.
Hazte la siguiente pregunta: Estoy convencido de que la obra que estoy realizando la he recibido de Dios? Y no me refiero únicamente a tu servicio cristiano, sino a cada actividad que realizas en tu vida diaria.
La Ley de Pareto dice que, en general, el 80% de nuestros esfuerzos producen el 20% de nuestros resultados, mientras que el 20% de nuestros esfuerzos producen el 80% de nuestros resultados.
Sera posible que estoy invirtiendo mucho tiempo, dinero y esfuerzo en cosas que no concuerdan con los planes de Dios para mí, y que me distraen de mi propósito verdadero? Sera esa la razón por la que no he encontrado una verdadera satisfacción y contentamiento en el corazón? Sera por eso que no estoy viendo los resultados que desearía ver?
Un año nuevo nos provee la oportunidad de reordenar nuestro enfoque.
Pídele a Dios que te llene con su Espíritu, que abra los ojos de tu entendimiento y que guie tus pasos hacia la vocación para la que Él te llamo.
Por eso yo, prisionero en el Señor, os exhorto a que andéis como es digno del llamamiento con que fuisteis llamados. (Ef 4:1)
 
AUN QUEDA MUCHO POR APRENDER
 
Yo, que creí saber tanto respecto a relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo, mis errores, he visto que en materia de amor, aún me falta tanto por APRENDER... por ENTENDER... por CAMBIAR... por CORREGIR... por ACEPTAR... por MEJORAR...
DEBO APRENDER que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.
DEBO APRENDER a no poner toda la motivación de mi vida en sólo una persona.
DEBO ENTENDER que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado.
DEBO ACEPTAR que en el amor como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas y los dolores, y el miedo solamente dificulta más las cosas.
DEBO MEJORAR mi amor propio...
Para que la partida de quien quiero no me haga sentir despreciado, humillado o rechazado.
Para no ser tan sensible al abandono.
Para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto, y poder aceptar que simplemente funcionó el tiempo necesario.
Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie. 
DEBO ACEPTAR que agradarle a alguien hoy no garantiza el agradarle mañana. Y eso no tiene por qué ofenderme si lo acepto...
Si acepto que a veces las personas no pueden dar más.
Si acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo, y a que yo ya no le guste.
Si acepto que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mí no me satisfagan.
Que la impaciencia es producto de un impulso emocional, el cual tal vez pronto pasará. 
Que la impaciencia asfixia a quien está conmigo.
Que la presión se puede convertir en irrespeto.
Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, sino mi impulso, mi compulsión, y podría hacer algo de lo que me arrepienta.
Además, si soy paciente no veré la espera como sufrimiento.
DEBO APRENDER a no ser posesivo. Que alguien se marche no es perder una pertenencia que me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada, y “su dueño”  tiene derecho a llevársela cuando desee. Y aunque “ser dueño” de alguien brinde más seguridad que tenerlo prestado, debo entender que eso es una ilusión. Aunque la crea mía, no lo es, por lo tanto.    
No puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo.
No puedo esperar que actúe sólo de acuerdo a mis deseos.
No debo controlarle, manipularle, adueñarme de ella, ni decidir su destino.
No debo reclamarle a la vida por hacerme devolverle lo que me prestó.
Pero sobre todo... DEBO APRENDER... QUE NUNCA DEJARÉ DE APRENDER, y mientras continúo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir.   

Si tenemos esto presente, la vida será la escuela en la que cada día de nuestra existencia aprendemos, porque no todo lo sabemos ni hemos experimentado, sabiendo que no debo pisotear o creerme superior a los demás, sabiendo que ellos como yo somos seres humanos que tenemos fallas pero que aprendemos a superarlas para que la vida sea más especial, además el Señor esta para ayudarnos a superar todo esto y ser cada día mas como Él, nosotros vamos menguando y Jesús se deja ver a medida que dejamos que Él nos transforme.

Los amo y bendigo en Jesucristo.

MAGNOLIA   



  

MÉTELA EN TU CORAZÓN 

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazon he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11

 


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