Reporte texto tema 4:

Ubicación de los centros y centros de gravedad:

Cada centro ocupa todo el cuerpo, y por así decirlo penetra todo el organismo, a su vez, cada uno tiene un centro de gravedad:

-Intelectual: cerebro.

-Emocional: plexo solar;

-Mo­tor e instintivo: médula espinal.

Velocidad de los centros (de menor a mayor):

-Intelectual: el más lento.

-Motor e instintivo (más o menos la mis­ma velocidad): 30000 veces más rápido que el anterior.

-Centro emocional: el más rápido, aunque muy raramente trabaje a su verdadera velocidad, y por lo gene­ral trabaja a la velocidad de los centros instintivo y motor. 30000 veces más rápido que el anterior.

Esto significa que para cada clase de trabajo que un centro tiene que ha­cer tiene tanto más tiempo.

Creemos que nuestro tiempo ordinario, o el tiempo del cen­tro intelectual, es el único tiempo que existe, por eso, nos parece increíble que al tomar un vaso de agua, sintamos inmediatamente los efectos (cada sustancia que entra en el cuerpo por la boca tiene que ser analizada, probada de diferentes maneras para sólo después ser aceptada o rechazada) pero no tiene nada de increíble si nos damos cuenta que el centro instintivo no tiene un segundo, sino aproximadamente ocho horas de su propio tiempo para este trabajo, y en ocho horas se puede llevar a cabo este análisis en un laborato­rio ordinario, sin prisa innecesaria.

División de los centros en dos partes: positiva y negativa

-Intelectual: Afirmación y negación, sí y no. Ambas son útiles y necesarias. Siempre una prevalece sobre la otra, y si no llega la indecisión.

-Instintivo: Agradable o desagradable. Ambas son necesarias. Ellas son la verdadera guía de toda vida animal en la tierra y cualquier falla en ellas produce una falta de orientación y por consiguiente un peligro de enfermedad o de muerte.

-Motor: Sentido lógico, es decir, el movimiento en oposición al repo­so.

-Emocional: No tiene parte negativa natural, la mayoría de las emociones negativas son artificiales, no pertene­cen al mismo centro emocional y están basadas en emociones instintivas que les son completamente extrañas, pero que son transformadas por la imaginación y la identificación.

Emociones positivas tales como "amor", "es­peranza", "fe", como emociones perma­nentes, son imposibles para un hombre en el esta­do ordinario de conciencia.

Según la teoría de James y Lange los acontecimien­tos exteriores y las constataciones interiores no pro­ducían emociones. Los acontecimientos exteriores y las constataciones interiores producían reflejos interiores que producían sensaciones; y éstas eran interpretadas como emociones.

No podemos tener emociones positivas porque estas son emociones que no pueden llegar a ser negativas, y por eso requieren esta­dos de conciencia más elevados que el ordinario, requieren la uni­dad interior, la conciencia de sí, un "Yo" perma­nente, y la voluntad. Pero en el estado ordinario todas las emociones se mezclan con identificación e imaginación.

Las emociones negativas arruinan la vida, y no tienen ninguna utilidad, e impiden nuestro desarrollo. Si se destruye la identificación, ellas desaparecen. Lo más extraño y fantástico sobre las emociones negativas es que la gente en realidad las adora. Por eso, se dice que el hombre debe sacrificar su sufrimiento.

Las emociones negativas sólo pueden ser vencidas y sólo pueden desaparecer con ayuda del conoci­miento de escuela y de los métodos de escuela.

Las emociones negativas se aprenden por imitación.

En los adultos las emociones negativas están apoyadas por la constante justificación y glorifi­cación que de ellas hacen la literatura y el arte, y por la autojustificación y autoindulgencia perso­nal. Aun cuando nos cansan, no creemos que po­damos librarnos completamente de ellas.

Les encontramos demasia­das disculpas, y nadamos en las aguas de la autocompasión y del egoísmo, según sea el caso, encontrando culpa en todo, excepto en nosotros mismos.

Todo lo que acabamos de decir muestra que en relación a nuestro centro emocional nos encon­tramos en una situación muy extraña. No tiene parte positiva ni tiene parte negativa. La mayoría de sus funciones negativas son inventadas; y hay mucha gente que nunca en su vida ha experimentado alguna emoción real, tan completamente to­mado está su tiempo por emociones imaginarias.

Así que no podemos decir que nuestro cen­tro emocional está dividido en dos partes, positiva y negativa. Sólo podemos decir que tenemos emo­ciones agradables y emociones desagradables, y que todas aquéllas que no son negativas un mo­mento dado, se pueden tornar emociones negativas a la menor provocación y hasta sin ninguna provocación.

En cuanto a lo que se comenta sobre el centro emocional en estos días experimenté una situación que me hizo entender mucho más profundamente estas ideas. El hecho de algunas desatenciones como perder la tarjeta del banco, entre otras, sumada a tener que realizar trámites burocráticos, algunos sin saber porque, me llevaron a una estado en el que estaba sumido en emociones negativas intensas, sentía la aceleración de todo el cuerpo, los pensamientos repitiéndose una y otra vez, la abstracción del mundo externo, llegué a sentirlo profundamente, y me sentí asqueado por todas estas emociones, y al mismo tiempo me di cuenta que no podía detenerlas, que sólo algún hecho externo favorable podría cambiar mi estado emocional a uno agradable.

Advertí como las emociones eran como una marioneta movida por los sucesos externos, si estos sucesos eran favorables entonces mi estado era agradable, si eran desfavorables entonces mi estado era desagradable. Finalmente, decidí que ni bien pudiera hacerme el tiempo, me pondría a leer algunas páginas de los libros de Nicoll sobre los comentarios psicológicos sobre las enseñazas de Gurdjieff y Ouspensky. Lo hice así, y la lectura aclaró los pensamientos, se detuvo en gran medida el pensamiento mecánico, y empecé a pensar sobre las ideas que se detallaban en el libro, y eso me produjo un estado emocional más relajado. A partir de esta experiencia, pude empezar a recordar muchas otras experiencias en que las situaciones exteriores moldearon mi estado emocional. En experiencias donde la intensidad de las emociones negativas es fuerte, quizás es más fácil darse cuenta de esto pero hay muchas otras que son más sutiles y muchas veces no advertimos el cambio de estado emocional de agradable a desagradable porque son instantes, segundos a veces, como por ejemplo el fastidio por esperar que venga el colectivo pero ni bien llega al poco tiempo sentir la alegría de que llegó, o cosas así. Igual la conclusión que me queda es clara, no soy dueño de las emociones que atraviesan mi conciencia.

Trabajo sobre si mismo

No tenemos control sobre la misma conciencia, pero sí tenemos cierto control sobre nues­tro pensar en la conciencia. Dando a nuestros pensamientos la dirección que ellos tendrían en un momento de conciencia, podemos inducirla de esta manera. 

Observación de si

Al observarse notaron tres cosas:

1-No se re­cuerdan a sí mismos, no se percatan de sí mismos en el momento en que tratan de ob­servarse.

2- La observación se hace di­fícil por el incesante flujo de pensamientos, imá­genes, ecos de conversaciones, fragmentos de emociones, que fluyen por su mente y muy a me­nudo distraen su atención.

3-Desde el momento en que comienzan a observarse, algo en ustedes desata la imagina­ción.

Recuerdo de si

Uno debe tratar de recordarse a sí mismo. Para hacer esto se debe luchar contra los pen­samientos mecánicos, y contra la imaginación.

Es muy difícil de aprender a practicar. No debe estar ba­sado en la expectativa de resultados, de lo contra­rio uno se puede identificar con sus esfuerzos.

No podemos llegar a ser conscientes a vo­luntad, en el momento en que lo queramos, por­que no tenemos dominio sobre nuestros estados de conciencia. Pero podemos recordarnos a no­sotros mismos, por un corto período, a voluntad, porque tenemos cierto dominio sobre nuestros pen­samientos.

Hemos encon­trado el punto débil en el muro de nuestra mecanicidad. Este es el conocimiento de que no nos recordamos a nosotros mismos; y el habernos dado cuenta de que podemos tratar de hacerlo. Hasta este momento nuestra tarea sólo ha sido el estudio de sí. Ahora, con la comprensión de la ne­cesidad de un cambio real en nosotros mismos, el trabajo comienza.

La práctica del recuerdo de sí, conectada con la observación de sí, y con la lucha contra la imaginación, no sólo tiene un significado psicológico sino que también cambia la parte más sutil de nuestro metabolismo y produce efectos alquímicos, en nuestro cuerpo.

Reporte práctica tema 4:

Muy buen ejercicio, para constatar la cantidad de acciones mecánicas que se realizan diariamente, y eso que sólo estamos enfocándonos en una pequeñísima parte.

Me propuse 3 metas:

1- No comerme las uñas.

2- No cruzar las piernas al estar sentado.

3- No rascarme la cabeza o cara.

Es un ejercicio muy interesante que se extiende durante el día entero, ya que me doy cuenta que a cada momento, a cada instante, a cada segundo puedo caer en la mecanicidad.

Puedo comprobar que una cantidad inmensa de veces durante el día algo se acciona sin ningún control mío, y trata de realizar alguna de estas acciones que me propuse no realizar. Sin embargo, mantengo el propósito presente, recordándolo, y algunas veces me puedo anticipar, me doy cuenta que está por accionarse este movimiento mecánico, y decido no hacerlo. Otras muchas veces, el movimiento mecánico se realiza pero puedo darme cuenta a los pocos segundos y entonces lo detengo, en estos casos no quedo enganchando por emociones negativas como fastidio, enojo por no haber llevado a cabo la meta, sólo observo y registro.

A medida que transcurrieron los días, iba leyendo y releyendo en diferentes momentos del día las metas propuestas (primero no recordaba releerlo más que 1 o 2 veces al día como mucho y luego fue aumentando la cantidad) y al finalizar la práctica de la relajación de una hora, leía nuevamente el papel con las metas, y estas se fueron asentando cada vez más.

Durante la mañana del día siguiente a hacer la sexta relajación, las metas 1 y 2 parecieron desaparecer, mientras que la 3 pareciera que creció en intensidad (y vale aclarar que me baño regularmente, jaja), la sensación de picazón en la cara y las ganas de rascarme aumentaron muchísimo (identificación fuerte), y a cada instante reclamaban para que realizara la acción mecánica de rascarme la cara en diferentes zonas de esta, pero me di cuenta que no era yo el que pretendía hacer esa acción, así que mantuve el aplomo, puse la atención en la respiración y en el cuerpo cada vez que esta sensación de rascarme llegaba, y si bien esas ganas mecánicas no desaparecieron, quedaron como en un segundo plano, como una corriente subterránea, y por arriba de ellas un pensamiento más claro centrado en el propósito de no rascarme, eso me permitió poder mantener la meta sin claudicar, y seguir realizando las actividades de forma normal. Esa sensación de picazón se mantuvo durante todo el día y hubo algunos descuidos, pero ya los pude cuantificar porque eran pocos: 3 veces me rasqué le cabeza, y una vez crucé las piernas. 

Luego de hacer la séptima relajación prosiguió más o menos igual, y también los descuidos fueron pocos: 4 veces rascarme la cabeza y 3 veces cruzar las piernas al estar sentado. Por momentos, pongo la atención en la respiración, en el cuerpo, recuerdo el propósito, y le sumo el deseo de liberarme de estas acciones mecánicas, porque tengo el derecho a no ser mecánico y la personalidad queda al descubierto, la observo, observo a Tony con su picazón y sólo lo observo sin producirme nada. Pero la identificación vuelve y sólo mucho después recuerdo volver a usar esa ayuda tan grande que es la atención consciente.

Luego de hacer la octava relajación, recuerdo otra idea trabajo importante, ¿Quién tiene esa picazón en la cara? Es un yo, sólo un yo que siente esa sensación, me doy cuenta como me vine tomando como una unidad en estos días, y al darme cuenta de esto, la personalidad se aplaca, esas ganas que surgen fuera de mi control de rascarme menguan en su intensidad, es sólo un yo, y entonces aparecen muchos yoes de trabajo en mi ayuda recordando sus ideas, recordando nuevamente la meta, poniendo la atención en la respiración, en el cuerpo. Me separo de ese yo mecánico, lo puedo observar más claramente. Este día no tuve ningún descuido y cumplí las 3 metas.

Este ejercicio me permite mantenerme al filo de la navaja, requiere una atención constante para no caer en el olvido, me muestra como la personalidad, Tony, está siempre esperando ese olvido para intrometerse, y arruinar todo, y en este caso, impedir que cumpla las metas que me propuse cumplir.

Además, empiezo a darme cuenta de muchísimas pequeñas acciones mecánicas que han sido realizadas en mí por la personalidad en el pasado (van acumulándose en mi memoria), ya que tienen el mismo sabor que estas.

Luego de hacer la novena y la décima relajación, seguí reflexionando sobre ese yo que provoca las acciones mecánicas, y no dejo de sorprenderme de como un solo yo puede tener tanta fuerza cuando ha sido alimentado durante mucho tiempo, aunque considero que su fuerza se ha disminuido bastante. En este período me rasqué 1 vez la cara.

En cuanto a las relajaciones de una hora, fueron volviéndose más profundas a medida que avanzaban los días de su realización. Los primeros 5 días por lo menos, las hice sentado, y no lograba relajarme más allá que lo que había hecho en otras prácticas. No había ninguna indicación de la postura a utilizar en la relajación, así que empecé a hacer la relajación recostado y esto fue un cambio positivo, empecé a poner la atención con más detalle en cada una de la zonas y explore lugares que nunca había transitado con la relajación lo cual fue liberador, y me permitió profundizar. Con una hora por delante pude meterme para adentro, y recorrer los huesos, musculatura y hasta algunos órganos. Me encantó realizar esto y como decía aporta una sensación liberadora, de soltar tensiones que hace mucho estaban ahí. Aunque queda mucho por explorar en este sentido, creo que di un paso adelante que me beneficia, y encontré un ejercicio muy interesante para seguir profundizando más y más.

Finalmente puedo concluir que elegí metas que no eran tantas chicas como pensaba, sin embargo, les encuentro mucho valor a las observaciones que hice.

Gracias por todo!!!

Abrazo solar!!!