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Y EL VERBO SE HIZO CARNE...

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EL MISTERIO DEL GÓLGOTA.(II)

Sus hermanos menores (de Cristo), Los Espíritus Solares, los

Arcángeles, habían trabajado como Espíritus de Raza en el cuerpo de

deseos del hombre, pero su obra había sido efectuada desde afuera.

eran simplemente una fuerza solar reflejada proveniente de la Luna,

pues la luz lunar es el reflejo de la luz solar. Cristo, el Jefe de los

Iniciados de los espíritus solares, entró directamente en el cuerpo

denso de la Tierra llevando consigo la fuerza solar directa, lo que le

permitió influir en nuestros cuerpos de deseos desde adentro.

El hombre no puede mirar al Sol mucho tiempo sin quedarse ciego,

pues sus vibraciones son tan fuertes que destruyen la retina del ojo.

Pero puede mirar sin temor a la Luna pues sus vibraciones son muy

inferiores; sin embargo, son también luz solar, pero las vibraciones

más fuertes han sido absorbidas por la Luna, la cual refleja entonces el

residuo sobre nosotros.

Así sucede también con los impulsos espirituales que ayudan al

hombre en su evolución. La Tierra fue arrojada del Sol porque nuestra

humanidad no podía soportar los tremendos impulsos físicos y

espirituales del Sol. Aun después de estar a tan gran distancia de

aquél, el impulso espiritual sería todavía demasiado fuerte si no se

enviara primero a la Luna, para beneficio del hombre. Cierto número

de Arcángeles (espíritus solares ordinarios) fueron con Jehová como

ayudantes para reflejar esos impulsos del Sol sobre la humanidad de la

Tierra, en forma de religiones de Jehová o de raza.

El vehículo inferior de los Arcángeles es el cuerpo de deseos. Nuestro

cuerpo de deseos se obtuvo en el Período Lunar, en el que Jehová era

el Iniciado más elevado. Por lo tanto Jehová puede manipular el

cuerpo de deseos humanos. El vehículo inferior de Jehová es el

espíritu humano (véase el diagrama 14), y su contraparte es el cuerpo

de deseos. Los Arcángeles son sus ayudantes, pues tienen el poder de

administrar las fuerzas espirituales del Sol, siendo el cuerpo de deseos

su vehículo inferior. Así que pueden trabajar y preparar a la

humanidad para cuando llegue el tiempo en el que reciba los impulsos

espirituales directamente del Sol, sin intervención de la Luna.

Cristo, el Iniciado más elevado del Período Solar, es quien tiene a su

cargo la tarea de enviar ese impulso. El impulso que refleja Jehová fue

emitido por Cristo, quien preparó así a la Tierra y a la humanidad para

su admisión directa.

La expresión "preparó la Tierra" significa que toda la evolución de un

planeta es acompañada por la evolución del planeta mismo. Si algún

observador dotado de visión espiritual hubiera contemplado la

evolución de la Tierra desde alguna estrella distante, hubiera notado

un cambio gradual en el cuerpo de deseos de la Tierra.

Bajo la antigua dispensación, el cuerpo de deseos humanos era

mejorado mediante la ley. Y este trabajo se sigue efectuando así aun

en la mayoría, la que está preparándose de ese manera para la vida

superior.

La vida superior (iniciación) no comienza hasta que empieza el trabajo

en el cuerpo vital. El medio empleado para ponerle en actividad es el

Amor. o mejor dicho, el Altruismo. Se ha abusado tanto de la primera

palabra, que ésta ya no sugiere el significado requerido aquí.

Durante la antigua dispensación, el Sendero de la Iniciación no estaba

abierto para todos, sino para unos pocos. Los Hierofantes de los

Misterios elegían cierto número de familias, las llevaban al Templo y

las ponían aparte de todas las demás. Esas familias elegidas guardaban

rigurosamente ciertos ritos y ceremonias. Sus casamientos y comercio

sexual eran regulados por los Hierofantes.

El resultado de esto fue la producción de una raza que tenía el grado

apropiado de laxitud entre los cuerpos vital y denso; y también el

poder de despertar al cuerpo de deseos de su estado de letargia durante

el sueño. En esta forma se pusieron a unos pocos en condiciones para

la Iniciación y se les daban oportunidades que no podían concederse a

todos. Encontramos ejemplos de esto entre los Judíos, cuya tribu de

Leví fue la elegida como Templarios; y también en la casta de los

Brahmanes, que son la única clase sacerdotal entre los hindúes.

La misión de Cristo, además de la de salvar a los perdidos, fue la de

hacer posible la Iniciación para todos; por lo tanto, Jesús no fue un

levita, clase para quien era una herencia el sacerdocio.

El surgió del pueblo común, y aunque no de una clase de instructores,

sus enseñanzas fueron superiores a las de Moisés.

Cristo Jesús no negó a Moisés, la ley, ni a los profetas. Por el

contrario, confirmó a todos ellos, demostrando al pueblo que ésos eran

sus predecesores, pues indicaban a Aquel que debía venir. Dijo al

pueblo que esas cosas habían servido sus propósitos ya, y que en

adelante el Amor debía suceder a la Ley.

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