 
  
Los milagros
Elsa M.Glover 
  
Una ley científica es un enunciado de un patrón de observaciones del 
mundo. A veces se observa que ciertas leyes son válidas sólo en ciertas 
condiciones. Así, algunas leyes pueden ser válidas sólo a bajas temperaturas y 
otras pueden ser válidas a altas temperaturas. Algunas pueden ser válidas sólo 
para cuerpos macroscópicos y otras pueden aplicarse a cuerpos 
microscópicos. Mas bajo condiciones idénticas, el mundo se comporta de la 
misma forma en todas las ocasiones. Un milagro podría definirse como un 
suceso que es o bien altamente improbable o bien imposible de acuerdo con 
las leyes conocidas. La Biblia describe muchos milagros. ¿Cómo es posible 
encajarlos en una visión científica? En nuestros días igualmente testigos 
veraces presencian milagros ocasionalmente. Los mismos argumentos que 
aplicaremos a los milagros bíblicos es posible aplicarlos a los milagros 
actuales. 
Algunos milagros bíblicos son alegorías y no se pretende que sean 
tomados como registros de observaciones científicas. La historia en la que 
Adán y Eva son tentados por la serpiente que habla, para que coman una fruta 
y se vuelvan sabios (Gén. 3) es una alegoría que describe como los Espíritus 
Luciferes (la serpiente) dirigieron la conciencia de la humanidad (Adán y Eva) 
hacia su cuerpo denso y hacia su capacidad para tomar decisiones sobre lo 
que harían o dejarían de hacer. La historia de la mujer de Lot mirando atrás y 
convirtiéndose en una estatua de sal (Gén. 19:26) es una alegoría que señala 
que si las personas se vuelven hacia los modos antiguos de hacer las cosas 
sus vidas cristalizarán y no podrán progresar en modo alguno. La historia de 
Sansón, quien poseía una fuerza milagrosa cuando tenía el pelo largo pero 
perdió dicha fuerza cuando su pelo fue cortado (Jueces 16), es una 
representación alegórica del Sol, que gana poder cuando sus rayos crecen en 
primavera y verano pero pierde ese poder cuando sus rayos se acortan en 
otoño e invierno. La historia de Jonás huyendo al mar para evitar cumplir la 
tarea que Dios le asignaba, arrojado por la borda y tragado por una ballena, 
liberado indemne del vientre de la ballena y nuevamente requerido para cumplir 
la misma tarea, es una alegoría que muestra que si una persona comete 
suicidio con el fin de escapar de ciertos problemas, esos mismos problemas se 
presentarán ante ella cuando renazca. La historia que afirma que Jesús nació 
de una Virgen es una representación alegórica del hecho de que María y José, 
aunque mantuvieron relaciones sexuales lo hicieron sin pasión, conservando 
un estado mental puro y santo. Puesto que esas historias son alegorías no hay 
necesidad de explicar los milagros que en ellas suceden, del mismo modo que 
no hay necesidad de explicar como el hada madrina de Cenicienta pudo 
convertir una calabaza en una carroza. 
Algunos milagros bíblicos no contradicen realmente las leyes científicas 
conocidas pero resultan extraordinarios por el momento en que ocurren. Las 
leyes científicas conocidas permitirían que un viento fuerte pudiera hacer 
retroceder al mar pero el hecho de que el Mar Rojo retrocediera justo cuando 
los israelitas quisieron cruzarlo e inmediatamente volviera a su situación 
anterior (Ex. 14:21-31) es extraordinario en su cronología. Las leyes científicas 
conocidas pueden permitir que sobrevengan rayos, tormentas, terremotos, 
sequías, plagas y otros desastres "naturales" y que las personas que han 
estado enfermas a veces se recuperen pero es extraordinario que las plagas 
azotaran Egipto cuando el faraón se negó a dejar ir a los israelitas (Ex. 7-12); 
que la tierra se abriera y tragara las tiendas de Coré y los otros que se habían 
revelado contra Moisés mientras que ningún israelita fiel resultó herido (Núm. 
16); que los filisteos fueran castigados con tumores mientras retuvieron el Arca 
de la Alianza (1 Sam. 5); que cuando los filisteos uncieran vacas a un carro 
portando el Arca, las vacas se dirigieron directamente hacia la tierra de los 
israelitas (1 Sam. 6); que Oza cayera muerto inmediatamente después de tocar 
el Arca (2 Sam. 6-7); que el fuego celestial consumiera un sacrificio que Elías 
había ofrecido (1 Reyes 18:38); que Guejazi fuera castigado con la lepra 
cuando aceptó pago de Namán tras haber curado Eliseo a Namán de la lepra 
(2 Reyes 5); y que muchas personas fueran curadas cuando tocaron el vestido 
de Cristo o cuando Cristo los tocó. Estos milagros indican que Dios (o los seres 
espirituales superiores en general) trabajan habitualmente de acuerdo con las 
leyes físicas. Si algo necesita ser destruido o algunas gentes necesitan ser 
castigadas, el procedimiento más fácil o más conveniente para que Dios lo 
lleve a cabo sería liberar aquellas corrientes de energía que mantienen en 
actividad las cadenas físicas de causa y efecto. 
Algunos milagros parecen contradecir las leyes científicas conocidas. 
Una explicación para esta contradicción podría ser que las condiciones hayan 
variado, con patrones de operación diferentes a los previos. En Génesis 5-9 se 
recogen siete personas (Adán, Set, Enós, Cainán, Jared, Matusalén y Noé) 
todas las cuales vivieron más de novecientos años. La investigación 
clarividente muestra que en esos días los cuerpos físicos estaban tan sujetos al 
envejecimiento como lo están hoy pero en esos días un padre era capaz de 
pasar sus recuerdos a sus descendientes y así el padre "vivía en la memoria" 
de sus descendientes durante un número de generaciones. Desde que la 
condición necesaria para transmitir este tipo de memoria (fundamentalmente, 
el matrimonio dentro de una pequeña tribu o una familia, ver El Concepto 
Rosacruz del Cosmos, p. 353-354 de la edición inglesa) ya no está presente, 
han dejado de observarse esas vidas tan prologadas. 
Otra razón por la que los milagros pueden contradecir las leyes 
científicas conocidas puede estar en que una ley desconocida actúe en ese 
momento. Los clarividentes, con capacidad para ver en los mundos espirituales 
y, por tanto, para ver las pautas de funcionamiento de dichos mundos y como 
esos "mundos superiores" influyen en el mundo físico, pueden ampliar el rango 
de leyes conocidas de manera que lo que inicialmente aparecía como 
milagroso luego se vuelve comprensible. Los clarividentes ven que en los 
mundos superiores el pasado y el futuro existen simultáneamente con el 
presente. Así pueden comprender como los profetas eran capaces de ver el 
futuro, o como la conciencia de alguien puede permanece en un tiempo 
determinado o moverse hacia atrás en el tiempo para hacer que el Sol y la 
Luna parezcan mantenerse inmóviles (Jos. 10:11-14) o hacer que la sombra 
del Sol parezca retroceder diez grados en un reloj de sol (2 Reyes 20:9-11). 
Los clarividentes pueden proyectar su conciencia de modo que pueden ver 
cosas que no están en la línea de visión de sus ojos físicos. Así ellos pueden 
comprender como Eliseo supo que Guejazi había recibido un pago inmerecido 
de Namán (2 Reyes 5:26); como Cristo pudo decir a la mujer samaritana en el 
pozo todo acerca de su familia (Juan 4:17-19) y pudo decir a Natanael que él 
se había sentado antes al pie de una higuera (Jn. 1:47-50) y pudo decir a sus 
discípulos dónde echar sus redes para llenarlas de peces (Jn. 21:4-14). 
En los mundos espirituales, el clarividente puede ver los arquetipos 
según los cuales todas las cosas son hechas y los diferentes tipos de vibración 
que traen al ser los diferentes tipos de materiales en la tierra (ver Iniciación 
Antigua y Moderna, p. 87-89 de la edición inglesa). Así él ve como los tipos de 
vibración pueden ser modificados de forma que las piedras puedan convertirse 
en pan o el agua en vino o la comida creada del aire. Puede comprender 
entonces como el maná pudo surgir de "ninguna parte" (Ex. 16:14-35); como el 
aceite y la comida de la viuda podían reponerse continuamente (1 Reyes 
17:14-16), como Cristo pudo convertir el agua en vino (Jn. 2:1-11) y como 
Cristo, a partir de siete panes y unos pocos pececillos fue capaz de alimentar a 
cuatro mil hombres con sus mujeres y niños (Mat. 15:32-38). Cuando el 
arquetipo se mantiene mentalmente unido incluso ante el fuego, entonces uno 
puede caminar sobre el fuego sin quemarse como hicieron Sidraj, Misaj y 
Abed-Nego (Dan. 3:19-27). Cuando el arquetipo de un cuerpo humano ha 
perdido su energía vibratoria, la persona muere. El clarividente puede ver como 
un arquetipo agotado puede ser revitalizado y como el espíritu separado del 
cuerpo puede regresar al mismo y así el muerto puede ser devuelto a la vida. 
De esta forma se hace comprensible como hicieron volver de entre los muertos 
Elías al hijo de la viuda (1 Reyes 17:17-24), Eliseo al hijo de la sunamita (2 
Reyes 4:18-37) y Cristo al hijo de la viuda (Lucas 7:11-17). 
A medida que los hombres hacen más y más observaciones (tanto 
físicas como clarividentes) y obtienen de ellas más y más comprensión de las 
leyes según las cuales opera el universo, encuentran que fenómenos 
previamente considerados milagros aparecen como la operación de leyes. 
Cada nuevo conjunto de observaciones, sin embargo, aporta nuevos 
fenómenos inexplicados y así lleva al científico a buscar nuevas explicaciones. 
Es una máxima oculta que "Un velo tras otro es levantado para encontrar velo 
tras velo detrás". 
  
REFERENCIAS 
-  Heindel, Max. Ancient and Modern Initiation. Oceanside, Cal: The
Rosicrucian Fellowship, 1931. 
-  Heindel, Max. The Rosicrucian Cosmoconception. Oceanside, Cal: The
Rosicrucian Fellowship, 1973. 
  
  
  
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