Integración del hombre con el universo —el aumento de discernimiento humano más el aumento del logro experiencial humano le trae hacia una armonía más estrecha con las presencias unificadoras de la Supremacía —la Trinidad del Paraíso y el Ser Supremo. Esto es lo que establece la soberanía del Supremo en los mundos que se han establecido por mucho tiempo en luz y vida. Tales planetas avanzados son efectivamente poemas de armonía, retratos de la belleza de la bondad lograda, conseguida mediante la búsqueda de la verdad cósmica. Si tales cosas pueden suceder en un planeta, cosas aun más grandes pueden suceder en un sistema y en las unidades más grandes del gran universo a medida que éstos también logren un establecimiento que indique el agotamiento de los potenciales para el crecimiento finito.
En un planeta de este orden avanzado, la providencia se ha vuelto una actualidad, las circunstancias de la vida están correlacionadas, pero esto no se debe solamente a que el hombre ha llegado a dominar los problemas materiales de su mundo; es también porque ha comenzado a vivir de acuerdo con la tendencia de los universos; está siguiendo el camino de la Supremacía para el logro del Padre Universal.
El reino de Dios está en el corazón de los hombres; y cuando este reino se vuelve actual en el corazón de cada individuo de un mundo, la regla de Dios se ha vuelto actual en el planeta; ésta es la soberanía lograda del Ser Supremo.
Para realizar la providencia en el tiempo el hombre debe cumplir la tarea de alcanzar la perfección. Pero el hombre aun ahora puede saborear por adelantado esta providencia en sus significados eternos cuando discurre en el hecho universal de que todas las cosas, ya sean buenas o malas, cooperan para el avance de los mortales que conocen a Dios en su búsqueda del Padre de todo.
La providencia se vuelve cada vez más discernible a medida que los hombres se dirigen hacia arriba desde lo material a lo espiritual. El logro del discernimiento espiritual completado permite que la personalidad ascendente detecte armonía en lo que hasta ese momento era caos. Aun la mota morontial representa un avance real en esta dirección.
La providencia es en parte el supercontrol del Supremo incompleto manifestada en los universos incompletos, y por lo tanto por siempre debe ser:
1. Parcial —debido a la condición incompleta de la actualización del Ser Supremo;
2. Imprevisible —debido a las fluctuaciones de la actitud de la criatura, que por siempre varía de un nivel a otro, causando así aparentemente una respuesta variable recíproca en el Supremo.
Cuando los hombres oran para requerir la intervención providencial en las circunstancias de la vida, muchas veces la respuesta a sus oraciones es su propia actitud cambiada hacia la vida. Pero la providencia no es caprichosa, tampoco es fantástica ni mágica. Es la emergencia lenta y segura del soberano poderoso de los universos finitos, cuya presencia majestuosa detectan ocasionalmente las criaturas en evolución en sus progresiones universales. La providencia es la marcha segura y certera de las galaxias del espacio y de las personalidades del tiempo hacia las metas de la eternidad, primero en el Supremo, luego en el Último y tal vez en el Absoluto. Y en la infinidad creemos que existe la misma providencia y que ésta es la voluntad, las acciones, el propósito de la Trinidad del Paraíso que motiva así el panorama cósmico de universos tras universos.
LU 1306