ESCUCHAR A DIOS
Cuando hago una pregunta a un amigo, dejo de hablar y escucho, para poder recibir una respuesta.
A fin de recibir una respuesta a las preguntas que hago a Dios,
debo aquietar mis pensamientos, abrirme a la guía divina y escuchar cuando rezo.
Dios oye todas mis preguntas y proporciona las respuestas en el momento adecuado y de la manera conveniente.
Quizá las respuestas que reciba no sean las que esperaba, pero cuando me
dedico a la oración con una actitud de apertura a las bendiciones y con fe en la sabiduría de Dios,
recibiré la seguridad que ansío.
Al escuchar siento una sobrecogedora paz y bienestar,
pues Dios me ama, me escucha y responde a mis plegarias.
"Hijos, atended a los consejos de vuestro padre: poned atencion
para adquirir buen juicio. Yo os he dado una buena instrucción,
así que no descuidéis mis enseñanzas."
Proverbios 4, 1, 2
Jeronimo R. Ocampo