Evidentemente, el estudiante que desarrolla el interés profundo que da pie
al entusiasmo, está desarrollando a su vez un espacio o profundidad mental
que le servirá para adentrarse en la realidad de la vida y para experimentar
profunda y conscientemente , aun en la rutina.
Es necesaria una transformación
para que no haya ningún grado de resistencia en la mente (consciente o
inconscientemente) Si hay resistencia (actividad mental sin control) falta
flexibilidad y sensibilidad y, por tanto, en la mente solo hay ruido, bullicio
y desgobierno, sin embargo, de lo que se trata es de encontrar la calma
y ese silencio profundo mental.
Tampoco estamos hablando de una mente
plácida, indiferente, abandonada, distraída, etc., porque ese tipo de mente
nunca experimentará en la realidad ni en lo profundo de la vida. Sí, hay que
flexibilizar y sensibilizar la mente y hay que renovarla para que esté en el
presente y elimine todo el pasado, pero también es necesario que haya
perturbación o tormentas para que surja el interés y el entusiasmo.
Ante las
perturbaciones o inquietudes uno debe quedarse quieto porque si nos dejamos
llevar por la actividad mental y por la confusión nos perderemos entre ellas
mismas pues, después de todo, tras la tormenta viene la calma.