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REFLEXIONES: DINERO Y POSESIONES
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 06/10/2012 22:35
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DINERO Y POSESIONES
 
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Si le preguntáis a cualquier adulto del mundo occidental de hoy por el factor de su vida que más le preocupe, por el factor que más ocupa su mente consciente, probablemente dirá que el dinero. Voy a hablar ahora, por tanto, del dinero y las posesiones. Conforme vaya hablando iréis viendo que el tema del dinero no puede verse aisladamente de otros aspectos de la vida que os rodean. ¿Por qué? Porque el dinero es el poder motor de le sociedad de hoy. Si el valor del dinero desapareciese en quince días, toda la estructura de la sociedad occidental colapsaría. A un nivel internacional, conforme la fuerza de la moneda de un país sube o baja, también varia su estatus y posición en el mundo. Un país rico tiene influencia y poder en una conferencia internacional, pero un país pobre no. A nivel individual, por regla general, una persona rica tiene más influencia en le sociedad de hoy que una pobre. El hombre ha creado una sociedad material, cuya base son las posesiones, y le apoya con su sistema monetario. Es difícil, por tanto, evitar el sistema, incluso para aquellos que no desean unirse a él.
Como es de suponer, en el mundo del dinero hay poco sitio para la espiritualidad, pues el mismo acto de poseer tiene en sí mismo una vibración no espiritual. Pero, ¿a qué llamáis en realidad posesión? Nada os pertenece nunca. Ningún aspecto de le materia de este Tierra, ya sea un trozo de tierra, una franja de mar, una planta o un animal es vuestro para comprarlo y venderlo. Quizá penséis que porque habéis pagado dinero a otra persona para compran un objeto poseéis éste; pero esa persona no tiene derecho a vendéroslo ni vosotros a comprarlo, pues la materia de esta Tierra no os pertenece e vosotros sino al Señor de esta Tierra. Sólo se os ha prestado.
Nada poseéis en verdad, pues aunque creáis que tenéis algo, sólo lo poseéis hasta que otro os lo quite, o hasta que se destruye, o hasta que abandonáis vuestro cuerpo físico con la muerte para pasar a otro nivel de la vida. El acto de poseer no puede ser nunca final. El hombre debería apreciar esto, y comprender que toda la energía y tiempo que pase tratando de poseer cosas materiales se pierde porque, aunque puede producirle un beneficio temporal, o eso cree él, su posesión jamás será permanente. El riesgo de incurrir en karma para sí mismo y para los que lo rodean, ante el Señor de esta Tierra y los Señores de la Materia. Verdaderamente, un hombre que posee muy poco puede llevar una vida más fructífera que un hombre que posee mucho.

Toda le estructura de la sociedad de hoy se basa en el dinero. La gente trabaja para ganar dinero. Casi todo el mundo estaría de acuerdo conmigo si les dijese que no trabajarían sí pudieran ganar u obtener el dinero de otro modo, Por tanto, su motivación para el trabajo es errónea, pues no trabajan porque quieren, sino porque tienen que hacerlo: necesitan dinero. En la sociedad de hoy, desde luego, tenéis que tener dinero. Nadie puede negar esto, y como la sociedad está establecida de este modo tenéis que ganar dinero para vivir en esa sociedad. Tenéis que comprar ropas y comida, que compran o alquilar una casa; y por tanto es preciso gañiré dinero. Me gustaría deciros que aunque podáis pensar que esto es normal, y que el dinero es una parte esencial de cualquier sociedad civilizada, no siempre ha sido así. En algunas antiguas civilizaciones avanzadas, aún no descubiertas por el hombre, no se utilizaba el dinero. Resulta posible vivir sin dinero -y ciertamente es deseable-, pero hoy en día es obvio que no podéis por tanto, debéis preocuparos por el modo en que utilizáis ese dinero que tenéis y por decidir hasta qué punto lo necesitáis realmente.
El modo en que está estructurada vuestra sociedad en este tiempo ha hecho que el dinero se convierta en una droga. Ya ganáis mil, dos mil o incluso cien mil dólares al año siempre necesitáis más, o en realidad creéis que necesitáis más. Una persona que gane mil dólares quizá será feliz ganando cinco mil. La persona que gene cinco mil quizá será feliz con diez mil; y así en progresión. Pocas personas se encuentran satisfechas con el dinero que ganan ¿A qué se debe esto? Porque para ellos el dinero significa posesiones. Con más dinero pueden obtener mas posesiones, más cosas que pueden llamar suyas: casas mayores y más grandes, coches más caros, más ropas de las que necesitan. Pueden hacer vacaciones más costosas y comprar decoraciones más caras para ellos y sus hogares. ¿Con cuánta frecuencia piensa el hombre en el dinero que necesita realmente para vivir, y no para otras cosas? Si el hombre tuviere justamente el dinero para vivir y no consiguiese ningún extra para gastar en posesiones, no preocupándose tanto por lo que posee, ¿en qué emplearía su tiempo libre? ¿Acaso no empezaría a apreciar más a sus compañeros y a la naturaleza que le rodea? ¿No empezaría a pensar en la espiritualidad, en Dios, en la Creación, en la Tierra en la que vive? A un hombre que tiene muchas posesiones le resulta difícil pensar en asuntos espirituales, pues su mente está totalmente absorbida por el dinero y las posesiones. Los que tienen dinero están preocupados por perderlo e invierten para producir más, y los que no lo tienen buscan constantemente obtenerlo por los placeres que piensan les proporcionará.
Evidentemente, estas observaciones no están dirigidas a la gente relativamente pobre de una sociedad en la que hay pobreza real, y que necesitan mas dinero no ya para mantener sino para mejorar su estándar de vida de modo que puedan llegar a un aceptable nivel de humanidad. Las personas que ganan mucho dinero deberían ayudar a los otros, a aquellos que realmente lo necesitan. Vuestros gobiernos, que tienen esta responsabilidad, deberían hacerlo automáticamente como si fuera una función suya. Estos comentarios están dirigidos a quienes ganan mucho dinero, a quienes tienen de sobra.

En la Biblia hay una historia de un hombre rico que le preguntó al Nazareno «¿ Qué he de hacer para heredar la vida eterna?» El Nazareno contestó: «Obedece los mandamientos, vende todo lo que posees, dáselo a los pobres y sígueme. » Pero el rico no pudo hacerlo porque valoraba sus posesiones por encina de su espiritualidad, y se marchó entristecido. Todos deberíais prestar atención a esta historia, pues es importante, lo mismo si poseéis mucho dinero como si poseéis poco. Sí colocáis vuestras posesiones por encima de vuestro Dios, por encina de vuestra responsabilidad ante vuestros compañeros, entonces éstas os dominarán. Podéis venerar a Dios o a Mammón, y esto es lo que es Mammón, los ídolos del hombre y, verdaderamente, los ídolos de la Era presente son el dinero y las posesiones. Ha habido eras en las que nadie poseyó nada, pero el hombre de hoy tiene sus posesiones y, una vez que ha pagado dinero por ellas, cree que son suyas y que nadie más debe utilizarlas.
Examinemos ahora vuestra responsabilidad hacia vuestro dinero y posesiones. Examinemos, en primer lugar, el modo en que obtenéis ese dinero. Si realizáis un justo trabajo diario y el patrono os paga un salario justo, el dinero justamente ganado tiene un valor espiritual además de material. En el campo de las relaciones industriales de hoy, en donde tantos chantajes y presiones se utilizan por ambas partes, aunque una de las partes pueda pensar que ha ganado, no se trata de verdaderas ganancias, pues cualquier condición de servicio obtenida a través de una motivación errónea, en contra de la Ley Natural, es indigna. Podréis pensar que esas ganancias tienen algún valor, pero no es así. A corto plazo podéis pensar que habéis ganado algo, pero a largo plazo la Ley del Karma lo igualará siempre. Hay quienes ganan su dinero inmoralmente; y con esto me refiero a los que explotan a uno de los Reinos de la Naturaleza. El dinero ganado de este modo no tiene valor espiritual.
Deberíais examinar el motivo de que trabajéis. ¿Lo hacéis para ganar dinero para vosotros y vuestra familia o trabajáis para ayudar a los otros? ¿Tenéis un negocio en beneficio de vuestros compañeros los hombres o en beneficio propio? Es importantísimo que todos los que tengáis negocios establezcáis vuestra motivación, pues todo lo ganado con motivación errónea es indigno en valores espirituales y recogeréis el efecto de la Ley Natural. Puede que no sea un efecto inmediato, pero vendrá con el tiempo, pues así como sembráis así recogeréis. Los que en vuestra sociedad de hoy ganan mucho dinero, los que tienen poder e influencia, tienen una responsabilidad diez veces mayor que los que ganan muy poco. Sí controláis una gran fábrica en la que trabajan muchos hombres, tenéis grandes posibilidades de incurrir en karma si no los tratáis con responsabilidad.
Si las grandes naciones no tratan a las pequeñas con responsabilidad incurren también en karma, al igual que los países ricos que no comparten con los pobres. Sí pensáis en los países del mundo de hoy encontraréis algunos que acumulan sus recursos naturales, sus minerales y alimentos, y que no los comparten con otros a menos que reciban un pago por ello hay países que producen alimentos y los destruyen para mantener un precio artificial mientras que gentes de otras partes del mundo mueren de hambre. Tanto los países como los individuos concernidos están incurriendo en un doloroso karma, pues demuestran valorar más a sus posesiones que a su Creador. El Creador está en todos los hombres, y, por tanto, sí no valoráis a quien os ha creado, a la Tierra y a todo lo que hay en ella por encima de vuestras propias posesiones, todavía os queda mucho que aprender, y el aprendizaje será doloroso.
Quizá digáis: «¿ Cómo puedo cambian mí actitud con respecto al dinero? Me gustaría llevar una vida basada en auténticos valores, pero me resulta difícil en la sociedad de hoy. » En primer lugar, debéis empezar por reconocer que el dinero es simplemente una posesión y que no importa si ganáis o perdéis posesiones. Lo importante es cómo las ganáis y cómo las perdéis. A menos que estéis entre los muy pobres, sentiros satisfechos con vuestro actual nivel de vida y no esforzaros por mejorarlo, pues ese esfuerzo está apoyando el mismo sistema que deseáis cambiar. Sí continuamente queréis más posesiones, estáis apoyando la estructura de la sociedad que, según habíais decidido, no ayuda a la espiritualidad del hombre.

Recordad siempre que vuestras posesiones no son realmente vuestras. Quizá pensáis que las poseéis, pero sólo es así mientras estáis encarnados. No podéis llevaros las posesiones a la tumba, ¿por qué, entonces, darles tanta importancia mientras estáis vivos? No aferraros a las posesiones como sí vuestra vida dependiera de ellas, pues no tienen esa importancia. Recordad que necesitáis dinero para tener un hogar, comprar comida y vestiros, pero una vez logrado eso, ¿qué otra cosa necesitáis realmente? Sí fuerais una persona espiritualmente motivada, cuando tuvieseis casa, ropas y comida daríais el resto a quienes lo necesitan más que vosotros. Una persona evolucionada, que ejemplifique verdaderamente el Principio Crístico, daría su dinero a los pobres antes de pensar en él. Si todos hicierais esto os sorprenderíais de cómo vuestro Creador os cuida.
Se dijo en la Biblia que si pedís recibiréis. Podréis decir que hay gente en este mundo que pide pero no recibe, que incluso muere de hambre. No voy a entrar en este momento en el tema del karma de las naciones o de los individuos que sufren de ese modo, pero al igual que los cabellos de vuestra cabeza, sus muertes son numerosas. Todo sucede por una razón.
A vosotros os corresponde ayudar a vuestros compañeros. Si vivís en una tierra rica, ayudad a los que viven en tierra de escasez. Sí vuestro país tiene mucho dinero, debería dar para ayudar a los países que lo necesitan. Sí vuestro país tiene muchos recursos naturales, debería compartirlos con cualquier país del mundo que los necesitara. Recordad que la Ley del Karma, de la Causa y el Efecto, os pagará mucho más de lo que recibirías en moneda corriente, pues así como ayudéis a los otros así seréis ayudados. Examinad vuestra motivación en todo lo que hacéis con vuestro dinero y vuestras posesiones. Recordad que algunas de las personas más sabias, más felices y más espirituales que han pasado por esta Tierra no poseían nada. El Nazareno pertenecía a una familia pobre que sólo poseía las ropas que les cubrían y que era alimentado por aquellos con quienes estaba; sin embargo, ejemplificaba el Principio Crístico para el Mundo. Ese es el ejemplo. No necesitáis dinero o posesiones para ser como el Cristo. Es mejor no tenerlas. Han existido sociedades donde la gente vivía junta en comunidad, sin dinero, creciendo y haciendo lo que necesitaban. Podría hacerse hoy. En todo el Mundo, los hijos de la Nueva Era se están esfor¬zando por conseguirlo, por establecer pequeñas comunidades que no estén basadas en el dinero o las posesiones. No despreciéis esta idea hasta que no la hayáis intentado. Si habéis tenido posesiones toda la vida, ¿no será difícil abandonarlas? Al final las posesiones os poseen, y al poseeros os niegan vuestro pleno derecho espiritual.
Tened cuidado los que tenéis dinero y posesiones, pues podríais estar creando gran karma para vosotros mismos. Debéis manejar con responsabilidad vuestro dinero y posesiones, pues de otro modo la Ley del Karma decretará para vosotros una encarnación en la que seáis uno de los millones de personas que viven en la pobreza y mueren de hambre en un país lejano.
La estructura de la sociedad de hoy es tal que el sistema monetario del mundo colapsará pronto. El dinero en el que depositáis tanta fe y seguridad no valdrá pronto de nada. No se puede permitir que continúe la situación actual, en donde los países ricos siguen enriqueciéndose y los pobres empobreciéndose. El valor del dinero y las posesiones cambiará. Cuánto mejor sería si hubierais cambiado vuestros valores antes de que eso ocurra. Sí sois capaces de mirar a vuestra cuenta bancaria y vuestra casa y decir que podríais abandonarlas sin dolor ni remordimiento Si tuvierais que hacerlo, entonces tenéis la cantidad adecuada de dinero y posesiones. Pero si decís que no podéis hacer eso porque las necesitáis, porque tenéis que tenerlas, entonces poseéis demasiado.
Os pido que examinéis la fuerza y el motivo en que se basa vuestra vida. ¿Es el dinero o la espiritualidad? No quiero decir que no puedan ambos ir juntos, sino que el equilibrio debe estar ahí. El equilibrio de la espiritualidad es que no poseáis ni os esforcéis por poseer más de lo que vuestro Creador pensaba para vosotros. Sí poseéis mucho mientras otras personas no poseen nada, resulta evidente que existe un desequilibrio. El hecho de que tengáis tantos problemas en vuestro mundo de hoy, tanto entre razas como entre individuos, tiene casi siempre la causa en el dinero y las posesiones. Lo que vosotros tenéis, otro lo necesita. Lo que estáis tratando de poseer, otro tratará de impedíroslo.
Recordad que sois hijos de Dios, que estáis viviendo en Su Tierra junto con la materia de la Tierra y que nada os pertenece. Lo único que poseéis es vuestra conciencia. Es lo único que os llevaréis con vosotros cuando abandonéis el cuerpo físico. Mucho mejor será, por tanto, que progrese esa conciencia.
 
 

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