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FRANCISCO NIETO V.: VISIONES DEL SENDERO DEL DISCIPULADO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 18/01/2013 22:58

 

 

 

VISIONES DEL SENDERO DEL DISCIPULADO

Tendría yo entre 25 y 30 años, cuando ya llevaba muchos años leyendo todo lo que caía en mis
 manos que tratara sobre algo misterioso, cuando comencé a tratar con unas personas que
seguían a Eugenio Siragusa, un italiano que decía ser enviado de los hermanos mayores
extraterrestres. Entre la gente que conocí había un matrimonio con el cual pasamos mi
 esposa, otros amigos y yo, muchas noches y madrugadas de fin de semana charlando
sobre el fenómeno ovni y sus mensajeros y guías espirituales que cuidaban de la
 humanidad y que, cuando esta estuviera en peligro, se llevarían a algunos que ya estaban
 preparando como discípulos para que en un futuro fueran semilla de una nueva raza.
Naturalmente que esto tenía más de falso que de verdadero, el sendero del discipulado
es algo parecido aunque el fin no sea “ser semilla de una futura raza” tal y como lo
interpretaban mis amigos. Estos amigos me contaron un día lo que ellos sabían sobre
 la reencarnación y el karma y, entonces, ocurrió algo que, al cabo de un tiempo, me
hizo tener una especie de visión o despertar de algo en mí que me decía que yo
 ya había estado en contacto con ese conocimiento en una anterior vida. Naturalmente
 que esto no es nada excepcional, mi caso es uno más entre millones pero, cuando
ocurrió le pregunté a mis amigos ¿Cómo es posible que hayáis dejado de interesaros por
esas cosas y hayáis vuelto a vuestra antiguas costumbres? Para mí fue como descubrir
algo maravilloso, que aunque ya creía en ello, hizo que me lanzara a la búsqueda de libros
 sobre esos y otros temas que hoy llamo filosofía oculta o simplemente ocultismo. Al
cabo de muchos años y ya siendo probacionista de la Fraternidad Rosacruz Max Heindel
 me di cuenta de que mis amigos no se habían esforzado ni habían persistido lo suficiente
como para vencer algunas pruebas del destino, y habían caído en las costumbre más
 normales de la humanidad como por ejemplo fumar y beber alcohol.
Cuando una persona, como en mi caso, siente la llamada o rememora internamente de alguna
 manera algo relacionado con la filosofía oculta y sabe a ciencia cierta que debe continuar un
 desarrollo espiritual que comenzó en el pasado, puede asegurar que tiene el compromiso
 de hacerlo desde antes de nacer; es decir, que se comprometió a seguir estudiando
y trabajando por ese desarrollo, lo que actualmente se llama “camino del discipulado.”
 A algunas otras personas les pasará lo que a mí, mientras que otras comenzarán en
 esta vida a interesarse por el ocultismo, lo que no significa nada porque el que
 comienza ahora puede perfectamente adelantar al veterano por el simple hecho de
 que no supere el período de probacionismo o discipulado que lleva a la primera
iniciación. Lo que sí es cierto es que cuando a alguien se le permite comprender y
 ver lo grandioso que puede ser el final de este camino, es difícil que no cambie su
 carácter, su vida y, por tanto, su destino, para dedicarse a cumplir unos ideales de
servicio amoroso y desinteresado a los demás y a Dios mismo.
Cuando en los mundos espirituales (todos tarde o temprano) comprendemos esta visión
espiritual de nuestro destino y vemos que debe ser el resultado de las Leyes de
Renacimiento y Consecuencia, tenemos una ampliación de conciencia que, a su vez, se
manifiesta en una serie de impulsos nobles en la siguiente vida; por eso, la comprensión
interna de un ideal elevado lleva consigo el compromiso de su logro. ¿Y esto por qué?
 Pues porque, cuando el ser humano a través de su evolución, llega a necesitar
esta “sabiduría oculta”, comienza un acercamiento progresivo y más acelerado hacia
 su propio Yo o Ego. Y es este Ego, en contacto directo con esa chispa diferenciada de
Dios (Espíritu) el que nos habla siempre que puede para despertarnos de este sueño
 terrenal y para que veamos la luz que brilla en nosotros mismos; de ahí que digamos
 como dijo el mayor Maestro del Amor, Cristo, que en nosotros está el Camino, la Verdad y la Vida.
A lo largo de muchísimos renacimientos hemos pasado por lo más egoísta y
por el mayor materialismo terrenal, pero la experiencia nos enseñó que tiene más valor el
 inegoísmo y el servicio desinteresado a los demás. También hemos pasado por muchas
sectas, desde las más fanáticas y crueles hasta otras actuales, pero de todas hemos
aprendido (hasta ver y comprender el mal) porque en ese momento y estado de
conciencia le necesitábamos. Las religiones también han estado presente en nuestro
desarrollo y nos han servido para comprender que hay un Dios, en unas un Dios personal
 y cruel y en otras un Dios amoroso. El continente, la raza, la cultura y todas nuestras
 experiencias han servido como puertas para conectar con ese Alma y para que nuestro
 Yo superior nos haga ver o intuir que hay una vida superior. Es entonces cuando nuestra
 conciencia comienza a hablarnos más claramente, precisamente cuando el altruismo
vence al egoísmo y cuando no reconocemos el odio porque lo hemos transformado en amor
 al prójimo. Entonces es cuando, aun habiendo traicionado los elevados ideales y habiendo
caído una y otra vez, nos levantamos una y mil veces para ser fieles a esos ideales
aunque tengamos que sacrificarnos y sufrir.
Los grados hasta llegar a la iniciación son varios, contando desde cualquier persona
de ideales elevados podríamos definirlos así:
1º.- La persona de ideales elevados que dedica parte de su vida y sus medios a servir o a
ayudar a la humanidad. Este no tiene por qué ser ocultista, sino que puede comenzar
 este sendero por medio de religiones, sectas, O.N.G. o similares.
2º.- Los que después de una primera fase, sabiéndolo o no sabiéndolo, están en prueba
 por su Maestro. Suele ocurrir que la persona pide a Dios que le facilite o ayude a ser mejor
o bien que a través de la religión, el ocultismo, etc., le faciliten el camino de liberación del
renacimiento y cosas similares. Así es que, cuando un Maestro de compasión ve o sigue
 durante una o varias vidas la trayectoria de esa Alma, decide tomarle en probación
 para darle mayores oportunidades de expansión de conciencia y para cambiar su karma.
Le facilitará las cosas para que obtenga un gran conocimiento pero también para que
 demuestre que desea ser mejor y servir amorosamente a los demás. El Maestro probará
su fortaleza ante las tentaciones que pondrán a prueba sus debilidades en todos los sentidos;
comprobará si se adapta al plan de su Maestro pero siempre dejándole libre para que
 tome las decisiones oportunas. El fin de todo esto es que el Maestro le acepte y haga
un seguimiento más profundo y un trabajo que acelere el desarrollo del aspirante.
La intención del Maestro o Hermano Mayor en estos casos es de hacer del aspirante
 su discípulo para, una vez superada la fase, presentarle para que reciba la primera
 iniciación. Pero el Hermano Mayor no obliga ni exige obediencia, solo da las pautas
 y ejercicios, el resto es cosa del aspirante, el cual, puede o no aprovechar la
 oportunidad de evolucionar más rápidamente. El período de prueba suele ser de 5 a 7
años, aunque claro, hay quien consigue ser discípulo y llegar a la iniciación en
 menos tiempo porque demuestra un gran desarrollo intelectual, un amor al prójimo
 y un deseo de ayudar altruistamente a la humanidad, que son
 muy bien valorados
 por el Maestro. Naturalmente que el Hermano Mayor inspira y ayuda al discípulo pero es
éste quien debe esforzarse y sacrificarse si de verdad quiere aprovechar la oportunidad
de adelantar varias vidas y hacerse un colaborador de los Hermanos Mayores. Así, cuando
el aspirante se convierte en discípulo dando muestras de que está preparado para ser un
 amoroso, responsable y fiel colaborador de la Gran Fraternidad Blanca, el Maestro le
presentará como candidato y ante un “padrino”, un hierofante y, a veces, junto a otros
candidatos, recibirá la primera iniciación.
A partir de que el aspirante comienza a recorrer el sendero del discipulado, todo su esfuerzo
se centrará en servir amorosa y desinteresadamente a la humanidad y a hacer los ejercicios
y deberes responsablemente bajo la dirección de su Maestro con la única intención de que
la personalidad vaya disminuyendo en poder. Como es de suponer, al debilitarse la
 personalidad, aumenta la influencia del Yo superior, o lo que es lo mismo, cada vez
 actuamos más como Egos y menos como personalidad. Esto lleva consigo dos
 nuevos aspectos del progreso, estos son:
1º.- El desarrollo de poderes como la clarividencia y la salida del cuerpo físico conscientemente.
2º.- Que el Ego comienza a recibir más influencia del propio Espíritu.
Aunque aquí no toca, diré que uno de los obstáculos que el aspirante debe superar
para alcanzar la iniciación es el hecho de vencer al Guardián del Umbral, el cual es, ni más
 ni menos, que una especie de monstruo que representa y está formado por todas las
 maldades cometidas en el pasado; hasta que no venza a este “ser” no podrá ser consciente
 en los mundos invisibles. A partir de la primera iniciación, el iniciado pertenece al grupo
que, en cumplimiento de la Voluntad de Dios, pasará a la siguiente gran fase eliminando
 así la posibilidad de verse fuera de este esquema evolutivo (condenación eterna)
Esto significa que en la presente ronda alcanzará la “perfección” o nirvana y estará a
 salvo de los 16 Senderos de Destrucción.
Por lo general, suelen pasar varias vidas entre una iniciación y otra (salvo excepciones)
y en cada una de ellas se aumenta el grado de purificación y se expande o eleva la
conciencia. Pero también dependerá esto mucho según el karma acumulado del pasado,
según el progreso espiritual, y según el esfuerzo y purificación del individuo; sin
embargo, siempre habrá más desarrollo de poderes y más conocimiento oculto que le
 vaya preparando para el siguiente grado de “Hermano Lego”.
Cuando hablamos de purificación y de liberación del peligro de no pasar a la siguiente ronda
o etapa, estamos refiriéndonos a que el discípulo debe esforzarse mucho por purificar
su carácter y, por tanto, vencer sus defectos. Estos son algunos de los obstáculos a
superar o aspectos que desarrollar:
1º.- La irritabilidad, el orgullo, la sensualidad y la ira son obstáculos importantes que hay
 que superar en el Sendero del Discipulado pero, como es lógico, antes ya se ha debido de
 trabajar otros aspectos menores de la personalidad que le esclavizan y atan a la rueda de
renacimientos (envidia, crítica, gula, etc.)
2º.- Un segundo obstáculo trataría de superar la incredulidad o duda respecto al Plan
evolutivo de Dios del que él es parte y respecto a las Leyes que intervienen en dicho
proceso evolutivo gracias a las cuales él obtendrá una conciencia como Dios y un desarrollo
 de sus poderes divinos. Varias vidas antes del discipulado debe pasar de incredulidad a
duda, a hipótesis y a ideales que, una vez vividos y experimentados prepararán al
 candidato para la iniciación. Mientras haya dudas el candidato no pasará de discípulo.
3º.- Otro aspecto importante relacionado con el discipulado es la aceptación de que ciertos
 ritos, ceremonias, invocaciones, oraciones, etc., son conductores de fuerzas espirituales
que, utilizados de forma voluntaria, ayudan al hombre a armonizar su conciencia y voluntad
personal con la conciencia y voluntad divina. Aunque sirven de mucha ayuda a los
 aspirantes, sin embargo, no son imprescindibles para adquirir cierto grado de sabiduría ni
para colaborar con la obra de Dios. Recordemos que hay hermanos nuestros más avanzados
 así como Ángeles y Arcángeles que nos ayudan en nuestro desarrollo, pero que, en definitiva,
 somos nosotros quienes debemos esforzarnos y superar los obstáculos. Lo primero es
reconocer que somos hijos de un Dios y que tenemos todas sus posibilidades dentro de
 nosotros, y lo segundo expulsar todas las dudas, creencias, supersticiones y lo que
 entorpezca nuestra unión con lo superior fuera de nosotros. Con estos pasos y con
la ayuda del Maestro el candidato eleva su desarrollo mental al nivel de la intuición y de
 la comprensión de verdades inimaginables para el común de la humanidad. Y si el
Maestro ve que el candidato se esfuerza por superar la personalidad y por desarrollar
el Espíritu, colaborará todavía más para que amplíe su conciencia, sin embargo, aún
 le quedará mucho que hacer al aspirante.
4º.- La conciencia de “personalidad” o yo respecto al cuerpo físico que hace pensar al
individuo que la salud, los problemas, la muerte, etc., le afectan a él en vez de a su cuerpo
 son otro obstáculo para el sendero de perfección. Cuando se desarrolla el discernimiento,
 la observación y la capacidad de análisis, a la vez que se adquieren elevados ideales y
 conecta con alguna religión o escuela oculta elevada y seria, comienzan a comprender
 que la mayoría de lo que pensaba que era (cuerpo de deseos, emociones, ideas, etc.) en
 realidad no son él. Esto lleva al individuo a identificarse cada vez más con su verdadero
Yo superior o Ego, lo que, a su vez, le lleva a disfrutar de una nueva forma de ver la vida.
Estos pasos, entre otras cosas, son los que llevan al ser humano de elevados ideales y
 que está dispuesto a servir a Dios y a la humanidad, a las puertas de la iniciación. A partir
 de aquí la vida está llena de felicidad, una felicidad interna que hace que cuando mire con amor y
 humildad a los hombres que aún siguen atados a la tierra, le cause dolor. Este iniciado se hace
 mensajero de Dios entre sus hermanos, imitador y practicante de la obra de Cristo, colaborador
 de las Jerarquías superiores para eliminar cuanto antes la ignorancia y el apego material de
 los hombres, y luz para alumbrar a sus hermanos que andan en la obscuridad. El Sendero
 del Discipulado está lleno de sacrificios, de esfuerzos y persistencia, de renuncias dolorosas
 e incluso de separación por parte de otros que no comprenden el cambio de personalidad.
 Pero también es un sendero que llena de gozo, de una felicidad a veces inexplicable, de
un deseo intenso de servir y amar al prójimo, de entusiasmo, de inspiración y de
esperanza. Este es el Sendero de la Transfiguración, una transfiguración que hará que,
tanto durante el día como por las noches mientras el cuerpo físico duerme, las experiencias
y el aprendizaje sean en unos planos hasta ese momento desconocidos. Es ahora,
 cuando el Yo superior ha vencido a la personalidad, cuando puede decir “Yo soy
 Yo, ya no soy ese otro yo que era”.
 

 

MI HOMENAJE A LA FRATERNIDAD ROSACRUZ Y A MAX HEINDEL
 
 
CIENCIAS OCULTAS Y ASTROLOGIA
 
ESOTERISMO Y ESPIRITUALIDAD
 

 

 

 

 
 



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