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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 14/03/2014 21:57

 

 


Como todo ocultista sabe y hoy incluso la física cuántica afirma, el hombre conoce el mundo

 físico según se representa éste en su cerebro una vez recibida la información por medio de

 los sentidos de nuestro cuerpo; a lo que hay que añadir que “somos conscientes” de las

 percepciones de los sentidos gracias a la mente. Estas líneas podrían dar respuesta a la

 pregunta ¿Cómo observamos el mundo físico? Pero, lo que somos es algo diferente, aunque

también relacionado con el cerebro y los sentidos. Lo que somos está fundado en toda la

información recibida y guardada desde que nacemos (educación, enseñanzas, hábitos, normas

 sociales, etc.) pero administrada e interpretada según la consciencia y el desarrollo moral,

 intelectual, espiritual y evolutivo de cada individuo, sin embargo, todo lo dicho hasta

ahora tiene más de irreal que de real. La verdad es que, como siempre ha afirmado

la filosofía oculta, lo que vemos fuera de nosotros y que llamamos mundo físico es la

condensación de energías o energías vibrando a baja frecuencia, como así lo demuestra

también la física actual. Por tanto, lo que vemos dentro de nosotros es una copia eléctrica

 (señales eléctricas que llegan al cerebro) del mundo físico o externo, por eso, nosotros,

 en realidad vivimos en lo interno y recibimos la información y experimentamos en lo externo.

Nosotros, como seres internos que somos, no podemos alcanzar el mundo externo

puesto que somos los observadores y experimentadores desde lo interno, y esto es así

porque, al igual que el mundo físico, nuestro cuerpo físico también es energético e irreal para

 el “Ser”. Aunque muchos digan que el mundo y el cuerpo físico son reales, la verdad es

que nosotros (el ser o consciencia) sólo percibimos la información que nos facilitan los

 sentidos, siendo ésta imágenes creadas gracias a los impulsos eléctricos que llegan al

cerebro y de éste a la mente. Ahora no nos queda más remedio que hacernos la

 pregunta del millón ¿Existe el mundo físico? En realidad sólo es real para los sentidos

 y son éstos los que nos han hecho creer desde que existen, que el mundo es físico. Por

 tanto, sí lo es para la consciencia objetiva que centra su atención en lo externo y para los

 sentidos, pero no lo es para el verdadero Ser o Yo puesto que lo que recibe son imágenes

 “no físicas” de lo que existe fuera de él y que en realidad también es energía (protones

con sus correspondientes partículas) La ciencia decía no hace tanto tiempo que el átomo

 y, por tanto, el mundo son materia y situaba al hombre ahí con su cuerpo material, pero

 hoy, al descomponer el átomo y las partículas que lo componen (protones, neutrones,

 electrones…) afirman que el cuerpo y el mundo físico no son materia física sino energías

 que vibran a muy diferentes frecuencias.

Esto acerca mucho la ciencia a la filosofía oculta y de hecho la física cuántica se está

haciendo complementaria del ocultismo, pero lo que la ciencia posiblemente no

sepa aún es que las partículas últimas descubiertas son una pequeña parte de las

partículas originales que formaron el mundo físico. El mundo físico está formado por

 cuatro éteres sobre los que la ciencia aún nada sabe, y cuando descubra eso se dará

cuenta de que los deseos, sentimientos, emociones y pensamientos que forman

 parte de nosotros también son “materia” o partículas que están entre el cuerpo físico

 y el verdadero Ser autoconsciente. Es muy posible que la ciencia se pregunte ¿Cómo

es que esas energías (materia) se agrupen y reagrupen para dar forma a los cuerpos?

 La respuesta de la filosofía oculta es que esos cuatro éteres, según su naturaleza, son

 los que forman los moldes energéticos sobre los cuales se adhieren y organizan los

 átomos de la Tabla Periódica para crear los diferentes tipos de “materia” que

normalmente llamamos sólido, líquido y gaseoso. Pero la filosofía oculta también

afirma que esos moldes energéticos o etéricos tienen su origen en el Mundo del

 Pensamiento y que por ese motivo, el hombre necesita la mente para ser consciente

 de lo que perciben los sentidos, lo que, a su vez demuestra, que el verdadero

ser humano, el receptor, está en un mundo o dimensión superior a la

mente o Mundo del Pensamiento.

Si nuestro cerebro, al cual llega la información de los sentidos, está compuesto

de materia como el resto del cuerpo (misma composición atómica) deberíamos

 percibir con todo el cuerpo pero sabemos que no es así, luego entonces ¿Dónde

 se encuentra el percibidor o receptor? Los impulsos eléctricos que llegan al cerebro

y que se transforman en imágenes actúan así para que la mente las perciba y el

observador o Yo quede informado. Estas imágenes se perciben gracias a los sentidos

y al cerebro físico, pero sabemos que una imagen despierta un sentimiento, deseo

 o emoción y que éstas hacen que la mente responda, consciente o inconscientemente,

 con un pensamiento. Esto significa que las percepciones de los sentidos pasan por

varios mundos que la filosofía oculta llama Mundo de Deseos o Emocional y Mundo

del Pensamiento, y es en las regiones superiores de este último donde se encuentra el

verdadero Yo receptor de lo que existe fuera de él. De ahí que una persona con

algún problema serio en la mente, no pueda responder y actuar correctamente

con su cuerpo y en el mundo físico, ya que la conexión entre el Yo y sus cuerpos

 (cerebro, cuerpo de deseos y mente) falla en algún lugar. Así es que, el que siente

 y tiene deseos, el que piensa, y el que afirma conscientemente “yo soy yo”, no está

 en el mundo ni en el cuerpo físico, ni tampoco en el Mundo de Deseos o emocional

ni en su cuerpo de deseos, ni tampoco es la mente porque ésta es el foco a través del

 cual él percibe y responde ante los hechos y circunstancias que afectan a su cuerpo

 físico y a sus sentidos. El Yo es el Alma o Ego que evoluciona renacimiento tras

 renacimiento creando esos mismos cuerpos en cada vida pero siendo los mismos

cada vez más desarrollados y más sensibles a las influencias de los mundos espirituales.

Una vez comprendido todo lo anterior ¿Qué es y dónde queda lo que llamamos muerte?

 Si el cuerpo físico es un mero instrumento para tener experiencias y obtener el

conocimiento necesario que nos haga evolucionar; si el cuerpo de deseos (de

 partículas de “materia” más sutiles) no somos nosotros sino que es el aliciente

 para actuar y responder sentimental y emocionalmente ante lo que nos ocurre y lo

 que nos rodea; y si la mente, de materia aún más sutil, es el medio para que el Ego

 perciba el mundo físico y para que responda consciente y razonablemente ante

cualquier hecho o circunstancia, ¿Quiénes somos y dónde existimos? Somos

el Ego o Alma que contiene los resultados de todas las anteriores vidas y que,

desde las regiones abstractas del Mundo del Pensamiento percibimos y

 experimentamos en el mundo físico a través de nuestros diferentes cuerpos; lo

que significa que cuando el cuerpo físico muere no morimos nosotros sino que seguimos

 expresando sentimientos, deseos, emociones y pensamientos. De ahí que la filosofía

oculta afirme que la muerte no existe para el verdadero ser humano.

La ciencia comienza a admitir que el hombre es o tiene un Alma, es decir, comienza a

admitir que la filosofía oculta tiene razón en lo que lleva diciendo hace siglos. También

algunos físicos están comenzando a admitir que todo lo creado ha debido tener su

origen en algún ser inmensamente superior a nosotros. Además de los mundos

invisibles y superiores que hay por encima del físico, ni siquiera éste último ha

podido surgir de la nada o de un caos como algunos todavía firman. El origen de todo

 lo que percibimos tiene que ser una fuente creadora infinitamente más inteligente y

 pura que cualquier humano; nadie sino un Dios puede crear una obra tan perfecta,

 justa y ordenada como el mundo y el cuerpo físico del hombre. Esa Fuente creadora

mantiene su creación con nuevas creaciones constantemente porque si no fuera

así Su creación desaparecería. Pongamos dos ejemplos:

1º.- Nosotros somos como Él en sentido de que (Como Egos en el Mundo del

 Pensamiento) desde que nacemos estamos experimentando y creando con nuestros

propios cuerpos que también son creación nuestra (cuerpo físico, cuerpo de deseos y

 mente) y si elimináramos esos cuerpo se acabaría todo y nos quedaríamos desnudos

 en nuestro mundo espiritual, solos y sin creación alguna donde expresarnos. Así

mismo ocurre con Dios, Él manifiesta su creación de mundos (como nosotros de

nuestros cuerpos) para expresar Su naturaleza y la mantiene gracias a las experiencias,

 creaciones y actividad que se producen en ellos; igualmente, nosotros mantenemos

nuestra creación de varios cuerpos gracias a la acción, reacción y expresión creativa en

cada uno de ellos con el fin de evolucionar un poco más en cada vida.

2º.- Si la creación de Dios fuera un programa informático creado por Él en el cual fuera

 haciendo nuevas incorporaciones según un Plan previsto desde el origen o idea original

 (como las series de TV.) dicha creación se mantendría gracias a Su atención y a sus

nuevas creaciones añadidas; pero si dejara de hacer eso y apagase el ordenador, toda

Su creación se acabaría. Nosotros estamos en ese escenario como parte de Su creación

 y de Su Plan cuyo final es desarrollar Sus poderes que tenemos latentes en

 nosotros e identificarnos con Su conciencia.

 

 

 

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: moriajoan Enviado: 14/03/2014 23:36
 

 

  

 

 

 
 
 
Por consiguiente, Dios ha creado un esquema de siete mundos, cada uno de ellos compuesto
 de materia más sutil que, a la vez, compenetra a los inferiores (Mundo físico, de Deseos,
del Pensamiento y otros superiores con los que no tenemos contacto en nuestro estado
evolutivo actual) A la vez, nos diferenció a nosotros como Espíritus e hijos suyos y
 descendimos hasta el mundo físico desarrollando un cuerpo de materia de cada uno de
esos mundos (Cuerpo físico, de Deseos y Mental) los cuales y como ocurre con los mundos,
están compenetrados gracias a esa diferencia de grados de densidad o vibración de su
“materia”. El Plan de Dios trata de que una vez que adquirimos los cuerpos los utilicemos
 para que, a través de la experiencia, obtengamos la autoconsciencia, y para que, a partir de
 ahí, comencemos a trabajar en cada renacimiento de la manera más elevada posible hasta
poder identificarnos con ese Ego o Yo superior. Según vamos evolucionando e
 identificándonos con ese Ego, vamos desarrollando los poderes del Espíritu y la
conciencia hasta que, en un futuro aún muy lejano, nos identifiquemos y volvamos a
 unirnos con nuestro creador y creador de todo el universo.
Afirma la ciencia que el universo surgió de la Nada o del Caos, esto puede ser cierto desde
 el punto de vista de los sentidos, de la consciencia objetiva o de la ciencia física. Pero
 el ocultista sabe que cuando se ha evolucionado lo suficiente como para ser clarividente
voluntario y para ser conscientes en el mundo o regiones superiores al mundo físico,
este mundo físico con todas sus formas, tiene su origen y está compenetrado por los
éteres que compenetran a los átomos (como los átomos compenetran las moléculas y
 éstas a las células) y que estos éteres están compenetrados por otra materia más sutil, y
 ésta por otra aún más sutil. Sin embargo y piensen lo que piensen los científicos, todo
 este Plan tiene como fin para nosotros el desarrollo del cerebro, de la autoconsciencia,
 de la voluntad, de la mente y de la conciencia que nos identificará en su momento con
 Dios como parte suya que somos. Cuando más se descompone una partícula física
 más subpartículas se descubren hasta que llega el momento en que nos damos
 cuenta de que todo es energía pero que ésta actúa según un plan inteligente y
ordenado, y que, a la vez, actúa, reacciona y se expresa
con cierta inteligencia, sentimiento o deseo.
Lo mismo que Dios crea dichos mundos formados de dichas clases de materia, energía
y conciencia para que sirva de campo de experiencia y evolución a Sus hijos, también
 nosotros creamos diferentes cuerpos relacionados con nuestra vida (Espíritu)
evolución y conciencia que será el campo de evolución de otras vidas microscópicas y
 espíritus elementales. Pero llegará el día en que seamos clarividentes y conscientes
 en esos otros mundos creados por Dios y entonces ya no veremos en tres
dimensiones sino en cuatro, a la vez que no necesitaremos cuerpo físico; entonces
 continuaremos la evolución en otro cuerpo superior y más sutil y nos expresaremos
y crearemos de forma cuatridimensional. Y si alguien duda de que esto pueda llegar
a ser ¿Cómo cree que hemos llegado a ser conscientes de este mundo tridimensional
 si en un pasado tuvimos una conciencia similar a la de
 los animales que no ven en tres dimensiones?
La materia física o condensada no es más que átomos vibrando a baja frecuencia pero
 cuando se profundiza en ella y se separan los átomos, siguen estando unidos por otra
 clase de energía aún desconocida por la ciencia (los éteres) y a la que llaman “vacío”,
y por la mente que creó los mundos que componen nuestro universo de cuya materia y
 energía formamos nuestros cuerpos. Si, como dicen los físicos, el universo se creó de
 una sola partícula (origen del Big Bang) significa que nosotros, como cuerpo físico y
como Almas, éramos y somos parte de esa partícula, por tanto, todos nosotros, como
Espíritus e hijos del Creador, tenemos el mismo origen. La diferencia entre nosotros está
en el grado evolutivo que cada uno haya alcanzado a través del renacimiento; (según
el esfuerzo, adaptación, sacrificio, etc. que cada Ego haya hecho) del grado de conciencia
 que haya obtenido; y también respecto al desarrollo de los sentimientos, de la mente y
 de la voluntad en relación con otras formas de vida evolucionantes como, por
ejemplo, los reinos que nos siguen.
Esto nos hace pensar y admitir como verdadero, lo que el ocultismo enseña de que:
 Lo mismo que nosotros hemos desarrollado todo lo que nos hace humanos y los
que vienen detrás nuestra aún no lo han alcanzado, así mismo hay otras formas
de vida o Espíritus que están por encima de nuestro grado evolutivo y siguen su
desarrollo en los mundos superiores al físico, donde nosotros algún día seremos
conscientes (como lo somos ahora aquí) y les podremos ver (por ejemplo, los Ángeles)
 Si toda partícula atómica y subatómica, aun separada dentro del universo, sigue unida
por la energía, por el poder y por la mente que la creó, nosotros, como parte de ese
 universo, debemos estar también unidos por muy diferentes que seamos, puesto que la
 diferencia entre nosotros es sólo física, emocional y mental fruto de la evolución pero no
del Espíritu evolucionante cuyo origen es el mismo para todos.
Como ya hemos dicho y con lo expuesto hasta ahora, podemos llegar a la conclusión
 de que lo que percibimos (como Egos) a través de la mente y gracias al cerebro y a los
 sentidos, es una ilusión para el Ego y no es el mundo real al cual pertenece o
 pertenecemos como conciencia. Sin embargo, es cierto que gracias a la acción y a
 las experiencias del hombre en este mundo de percepciones (aunque lo perciba
 desde el Mundo del Pensamiento) este Ego o Yo superior está evolucionando y
desarrollando los poderes latentes del Espíritu, que son los mismos poderes del Mismo
Ser que le creó y que creó todo el universo con nosotros incluidos. De ahí que en la
biblia esté escrito que “En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser” y que
“Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.” La verdadera Realidad, no ilusoria,
se irá percibiendo poco a poco según se vayan desarrollando los poderes
del Espíritu, de forma similar a como hemos desarrollado hasta ahora la
 autoconsciencia, la mente y la voluntad que nos diferencia tanto de los animales.
Por consiguiente, llegará el día en que no necesitaremos un cuerpo físico para
continuar nuestro desarrollo, porque lo haremos con nuestro cuerpo etérico y en
 las regiones etéricas donde los Ángeles (entre otros) están evolucionando también
 en un cuerpo similar. En esa época futura no necesitaremos el cerebro ni los sentidos
para ver ese mundo etérico ni tampoco para profundizar en el mundo que hoy definimos
 como abstracto, intuicional, profético o irreal. Está claro, pues, que el mundo real,
el mundo del Espíritu no está ni lo podemos encontrar con los sentidos ni en el mundo
físico ilusorio, ya que las ilusiones las crea el cerebro y las percibimos con la mente
desde el Mundo del Pensamiento. Pero cuando esa mente, hoy poco controlada,
esté gobernada y dirigida totalmente por la voluntad y la conciencia, que son los
aspectos que representan al Espíritu, entonces veremos directamente en esos mundos
 espirituales de donde fue creado el físico.
Ahora bien ¿Qué medios tenemos para encontrar la Realidad, es decir, a Dios manifestado
 y creador de todo? Naturalmente que con los sentidos no lo conseguiremos porque éstos nos
limitan al mundo físico de las formas y que se representa
en el cerebro y en la mente como ilusorio;
tiene que ser con el Alma. Los mundos inferiores (físico,
de Deseos y del Pensamiento) se consideran
 más “personales” porque son donde estamos evolucionando
 gracias a la materia que obtenemos
de ellos para formar nuestros cuerpos (físico, de deseos y mental) en cada renacimiento, y
también porque es en esos mundos donde, después de la muerte,
asimilamos la quintaesencia
de nuestra vida pasada y nos preparamos para la próxima. Por tanto y de acuerdo con esto,
también podemos evolucionar en ellos (como de hecho lo hacemos) gracias a nuestros
diferentes cuerpos ya que: 1º.- Con el cuerpo físico actuamos y experimentamos en
 el mundo físico; 2º.- Con el cuerpo de deseos evolucionamos siempre y cuando nos
 esforcemos por expresar los más elevados y espirituales deseos,
sentimientos y emociones;
y 3º.- Con la mente siempre que la utilicemos para meditar, discernir, gobernar el cuerpo de
 deseos, y actuar de acuerdo a las leyes espirituales. Esto es lo que el común de la humanidad
 está haciendo actualmente, aunque en la mayoría de los casos inconscientemente; esta es
la manera en que, renacimiento tras renacimiento, nos estamos acercando al Espíritu y a Dios.
 Debemos creer y trabajar para identificarnos con lo que, desde lo interno, se nos presenta
como orden, amor, fraternidad, justicia divina, servicio desinteresado, compasión y todas
 las virtudes que conocemos porque las hemos experimentado a través de la evolución y
otras más que despertaremos y expresaremos en el futuro.
Si el origen de todo lo existente es la “Nada” o “Vacío” y nosotros (físicamente hablando)
 al igual que el universo, somos una condensación de materia que procede de otro
vacío individual, está claro que debemos ir desapegándonos de lo terrenal y del concepto
de que somos un cuerpo físico para poder identificarnos con ese “Vacío” que, en el más
 elevado sentido, es la “Realidad” o “Todo”. Lo mismo que para nosotros “adquirir
conocimiento” es identificarnos con lo conocido, así mismo debemos conocer la
 Realidad para identificarnos con ella puesto que la “realidad” procede y es ese vacío
al cual nosotros también pertenecemos. Como esa identificación no la podemos hacer
en el mundo ilusorio de los sentidos, debemos buscarla en nuestro interior, en el
 verdadero Ser, en el Espíritu creado por Dios, la única Realidad. Según vayamos
 identificándonos con Dios iremos despertando su naturaleza latente en nosotros
y sentiremos cada vez más que somos parte de Él



 
 
 
MI HOMENAJE A LA FRATERNIDAD ROSACRUZ Y A MAX HEINDEL
 
 
 
 
 
 
CIENCIAS OCULTAS Y ASTROLOGIA
 
ESOTERISMO Y ESPIRITUALIDAD
 
 
 
 

 

 

 

 

 
 
 


 
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