"Jesús 
se mezclaba con la gente, no era elitista en su trato, tan pronto conversaba con 
la viuda afligida, como con el más rico de los fariseos, el no hacía distingo 
entre creyentes y profanos, entre judíos y gentiles, para El todos eran hijos de 
Dios y como tal los amaba y les prestaba toda su atención. Estaba libre de 
prejuicios religiosos y nunca era intolerante. No había nada en su corazón que 
se pareciera al antagonismo social." 1671
Si 
nuestra vida religiosa, si nuestra evolución espiritual, la centráramos en esto 
tan concreto, como es el ver a todos los hombres como nuestros hermanos ¡qué 
diferente sería no sólo nuestra vida, sino también la de nuestro planeta Urantia 
en donde hay tanta discriminación, por raza, posición social, género y opciones 
sexuales.
Jesús, 
no se aislaba por grandes períodos, El se mezclaba con la gente, convivía con 
ella, porque vino a enseñarnos a conocer a Dios como nuestro Padre y a todos los 
hombres como nuestros hermanos en el trato con ellos en nuestra vida cotidiana, 
porque "aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y 
distorsionar la religión." 1124
A veces 
desatendemos a nuestros familiares, los privamos de nuestra compañía y de 
mostrarle a Dios con nuestro ejemplo de vida, porque ¡estamos demasiado ocupados 
leyendo el LU o meditando! Sin pensar que el primer deber es cuidar lo que se 
nos ha encomendado que es nuestra familia, especialmente nuestros hijos que en 
cada etapa de su vida, necesitan de una educación y cariño 
diferente.
Pero 
también los hijos debemos preocuparnos de los padres a quienes muchas veces los 
tenemos completamente abandonados y estamos mucho más cerca de los amigos 
virtuales que de ellos, que tanto necesitan sentir que los amamos, no basta 
quererlos, es preciso que se lo demostremos...
"Seguir 
a Jesús, significa compartir personalmente su fe religiosa y entrar en la vida 
altruista del Maestro, de servicio altruista al hombre, porque la regla de oro 
nos pide amar a nuestros hermanos, y no puede haber amor sin el servicio y la 
preocupación por los demás, porque " conocer a nuestros hermanos, entender sus 
problemas, es una de las mayores experiencias." 1431 porque comprender a 
nuestros hermanos y aprender a amarlos y  empatizar con ellos, es uno de los 
mayores logros espirituales que podemos alcanzar.
yolanda 
silva solano