El 
nombre que se le dé a Dios es de poca importancia, lo significativo es que 
debéis conocerlo y aspirar a ser semejante a El.
 
Libro 
de Urantia. Pág,23
 
 
"El 
Dios eterno, es infinitamente más que la realidad idealizada o el universo 
personalizado. Dios no es simplemente el deseo supremo del hombre, la búsqueda 
mortal objetivada. Tampoco es Dios solamente un concepto, ni el potencial de 
poder de la rectitud. El Padre Universal no es un sinónimo de naturaleza, 
tampoco es él la ley natural personificada. Dios es una realidad trascendente, 
no simplemente el concepto tradicional humano de los valores supremos. Dios no 
es una focalización psicológica de los significados espirituales.  Dios puede 
ser cualquiera de estos conceptos o todos ellos en la mente de los hombres, pero 
él es aún más. Él es una persona salvadora y un Padre amante para todos los que 
disfrutan de paz espiritual en la tierra, y que anhelan experimentar la 
supervivencia de la personalidad en la muerte."23
 
El ser humano tiene una sola manera de acercarse a su Padre y es a 
través de la verdad, la belleza y la bondad, cualquiera  sea el uso que se podamos hacer de ellas, 
porque pertenecen en esencia al Creador, que por ellas proyecta en la apariencia 
algo de su Ser y al hacerlas parte de nosotros, nos estamos asemejando a El  y como consecuencia de esta semejanza con 
Dios encontramos la felicidad y la paz interna, “porque cuando el hombre 
comienza a comprender y  a experimentar 
la personalidad y  el carácter del Dios 
vivo, es conducido cada vez más, al amor de un Padre bueno y perfecto, universal 
y eterno”1675
La 
actualidad de la existencia de Dios se demuestra en la experiencia humana, por 
"el hecho que él dentro de sí tiene la presencia divina, el Espíritu enviado 
desde el Paraíso para residir en la mente mortal del hombre y allí ayudar a la 
evolución del alma inmortal de supervivencia eterna. Tres fenómenos 
experienciales revelan la presencia de este Ajustador divino en la mente humana: 
la conciencia de Dios, el impulso de encontrarlo y el anhelo de ser como 
El"24
"El 
hombre no podría amar altruistica y espiritualmente si no viviera en su mente un 
amante divino. El hombre no podría comprender verdaderamente la unidad del 
universo si no viviera en su mente un intérprete. No podría estimar los valores 
morales y reconocer los significados espirituales si no viviera en su mente un 
evaluador. Y este amante surge de la fuente misma del amor infinito; este 
intérprete es parte de la Unidad Universal; este evaluador es el hijo del Centro 
y Fuente de todos los valores absolutos de la realidad divina y 
eterna"2094
Pero 
recordemos que somos criaturas con albedrío, por tanto nuestro Espíritu 
residente no puede actuar en nosotros sin nuestro consentimiento pues "aun con 
una mente dotada del Espíritu de la Verdad, el Ajustador no puede invadir 
arbitrariamente el intelecto mortal"1187  porque es precisamente el don  
espiritual el que permite que "el hombre mortal puede acercarse a Dios y puede 
abandonar repetidamente la voluntad divina mientras conserve la facultad de 
elegir."64
Nadie, 
ni siquiera Dios puede evolucionar por nosotros, si no lo deseamos, "de este 
modo el Espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la elección 
de las criaturas."150
yolanda 
silva solano