Jesús “deploraba el exceso de especialización, pues es una tendencia que limita 
la mente.
 
                                                                                                                           
Libro de Urantia. Pág.1673
 
 
 
 
 El Libro de Urantia debe ser 
difundido a todo el mundo, pero jamás será una religión porque él nos pide 
especialmente que "no seamos místicos pasivos ni ascetas insulsos.”1931 y que en 
todo lo que hagamos “no nos volvamos dogmáticos y súper especializados.”1726  
Jesús reconocía que la mayoría de los hombres tienen que dedicarse al dominio de 
una vocación, pero deploraba el exceso de especialización, tendencia que limita 
la mente y circunscribe las actividades 
vitales.
 
Mencionó el hecho de que 
“toda virtud, si se la lleva a extremos, puede volverse vicio. El siempre 
predicó la moderación y enseñó la constancia y una adaptación proporcional a los 
problemas de la vida. Observó que el exceso de compasión y piedad puede 
degenerar en una grave inestabilidad emocional; que el entusiasmo puede llevar 
al fanatismo.”1673
 
Al mismo tiempo, les 
advirtió contra los peligros de la monotonía inherente en una mediocridad 
demasiado conservadora. pues la prudencia y la discreción, llevadas a los 
extremos, conducen a la cobardía y al fracaso. Exhortó a sus oyentes a que 
procuraran la originalidad, pero evitando caer en la excentricidad. La 
comprensión no debe caer en sentimentalismo, ni la piedad en beatería. Enseñó 
reverencia libre de miedo y superstición."1675
 
Ojalá cada uno de nosotros 
nos posesionáramos de estas palabras y las viviéramos en nuestra vida cotidiana 
y las hiciéramos nuestras, porque al hacerlas carne de nuestra carne,  nos 
estaríamos ayudando a nosotros mismos y al mundo a descubrir la 
Verdad.
 
Recordemos lo que Jesús le dijo a Juan “Debes ser 
el apóstol del nuevo mandamiento que os he dado y dedica tu vida a enseñar a tus 
hermanos cómo amarse unos a otros, así como yo os he amado a vosotros.  
Aprenderás a amar más a tus hermanos, cuando aprendas, primero, a amar más a tu 
Padre.1985
 
Como hombres mortales y materiales, vosotros sois 
efectivamente ciudadanos de los reinos terrestres, y deberíais ser buenos 
ciudadanos, mejores aun por haber renacido como hijos espirituales del reino. 
Como hijos esclarecidos por la fe y liberados por el espíritu del reino del 
cielo, os enfrentáis con una doble responsabilidad de deber hacia el hombre y 
deber hacia Dios, mientras que voluntariamente asumís una tercera y sagrada 
obligación: el servicio a la hermandad de los creyentes conocedores de Dios.” 
1930
 
yolanda silva 
solano