Todas las cosas son sagradas y toda labor terrenal es un servicio 
a Dios.
 
Libro de Urantia. Pág.1960
 
 
 
 
La religión, la 
espiritualidad, no son una técnica para llegar a una paz mental estática y 
contemplativa, sino que es “una forma de vida y una técnica de pensamiento” 1013 
porque “ no es el propósito de la religión verdadera, simplemente traer paz, 
sino más bien asegurar el progreso. No puede haber paz en el corazón, ni 
progreso en la mente, a menos que os enamoréis de todo corazón de las verdades 
eternas.” 1745
 
“De esta forma, la mente 
del hombre, se vuelve la mediadora entre las cosas materiales y las realidades 
espirituales”” 1779 porque “la experiencia de una vida religiosa dinámica 
transforma al individuo mediocre en una personalidad de poder idealista. La 
religión sirve al progreso de todos porque fomenta el progreso de cada 
individuo, y el progreso de cada uno es aumentado por el logro de 
todos.”1094
 
La religión del espíritu, 
se manifiesta en la vida cotidiana y ordinaria, porque “para aquel que conoce a 
Dios, no hay labores comunes. Todas las cosas son sagradas y toda labor terrenal 
es un servicio a Dios”1960 Mientras no nos convenzamos de esta verdad, nuestra 
religión seguirá siendo una pose, porque “la verdadera religión, de hecho no 
funciona separada del individuo, porque mientras os dedicáis a la obtención de 
las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades de la vida 
temporal.” 1778 
 
 Nada sacamos con leer y sabernos el Libro de 
Urantia o la Biblia de memoria, si  no 
aplicamos sus enseñanzas, si somos incapaces de ganarnos el sustento diario con 
holgura y honradez, porque la abundancia económica, es una consecuencia de 
nuestra espiritualidad, por algo Jesús nos dijo: “Dedicaos a vuestra obra del 
reino, creed que tanto el Padre como yo conocemos vuestras necesidades. Si 
dedicáis vuestra vida a la obra del reino, todas vuestras necesidades serán 
satisfechas. Pedid cosas celestiales y las cosas materiales estarán incluidas.” 
1823 La religión de Jesús contiene el fruto de la abundancia espiritual y 
material.
 
yolanda silva 
solano