Jesús frecuentemente aludió a 
lo natural como «la sombra irreal y huidiza de las realidades del 
espíritu».
Libro de Urantia. 
Pág.1692
 

 
La simplicidad de Jesús para 
explicar lo que es el Reino de su Padre, queda plenamente de manifiesto en las 
palabras que siguen:
     Después de algunas 
preguntas de la multitud, Jesús dijo otra parábola: «El reino del cielo es como 
una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. La semilla de mostaza 
es por cierto, la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se hace 
la más grande de todas las hierbas y llega a ser como un árbol, tan grande que 
las aves del cielo van y reposan en sus ramas».
     «El reino del cielo 
también es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en tres medidas de 
harina para que de este modo se fermente toda la masa».
     «El reino del cielo 
también es como un tesoro escondido en un terreno, que un hombre descubre. En su 
regocijo va y vende todo lo que tiene para así poder comprar ese 
terreno».
     «El reino del cielo 
es también como un comerciante que anda buscando perlas finas; y habiendo 
encontrado una perla de gran valor, va y vende todo lo que tiene para poder 
comprar esa perla extraordinaria».
     «También, el reino 
del cielo es como una red que se echa al mar y recoge toda clase de pez. Cuando 
la red se llena, los pescadores la sacan a la playa, y allí se sientan a escoger 
el pescado; guardan los buenos en vasijas, y arrojan los 
malos».
     Muchas otras 
parábolas habló Jesús a las multitudes. En efecto, desde ese momento en 
adelante, pocas veces enseñó a las masas excepto mediante este método. Después 
de hablar a las audiencias públicas en parábolas, durante las clases vespertinas 
explicaba más plena y explícitamente sus enseñanzas a los apóstoles y a los 
evangelistas.”1694
¡Que distintos podríamos 
ser, si viviéramos la verdad con la profundidad y a la vez con la sencillez de 
Jesús.! En sus palabras no hay retórica alguna, sus ejemplos son sacados del 
diario vivir...
Creo que vale la pena releer 
más de una vez estas descripciones del Reino, para comenzar a ser en verdad un 
hijo de Dios...
yolanda silva 
solano