La 
competición es esencial para el progreso social, la competencia sin tasa ni 
medida, engendra la violencia,
Libro 
de Urantia. Pág.805
 
 
Si viviéramos el presente con mayor dedicación, habrían 
menos miedos que nos atormentaran y más soluciones a nuestros problemas, porque 
el miedo nace en nuestro cerebro, es nuestra mente la que permite que lo 
sintamos, porque "Las dotes fisiológicas y la estructura anatómica de todo orden 
de vida nuevo, están en respuesta a la acción de la ley física, pero la dotación 
ulterior de la mente es un don de los espíritus ayudantes de la mente, que va de 
acuerdo con la capacidad cerebral innata. La mente, aunque no es de evolución 
física, depende por completo de la capacidad cerebral, siendo conferida ésta por 
el desarrollo puramente físico y evolutivo."670
La solución no está en negar que tenemos miedo, 
sino en buscar las causas que lo provoca  y poner nuestra mente en estado de 
serenidad, para encontrar el remedio a nuestras inseguridades frente a la 
dicotomía de lo que hacemos y lo que deseamos hacer.  Muchas veces, al terminar 
el día nos sentimos inmensamente cansados, cansancio que va más allá de lo 
físico, pues no se alivia con un buen descanso. Ese cansancio es lo que ahora se 
denomina el estrés y que en estos momentos, es una de las grandes causas de 
ausencia laboral y por lo mismo es tratado clínicamente por la ciencia.  Se 
suele culpar a las condiciones laborales, que son cada día más competitivas y si 
bien " la competición es esencial para el progreso social, la competencia sin 
tasa ni medida, engendra la violencia,"805 el exitismo produce agotamiento 
psicológico, porque se pretende ser, lo que no siempre se es, o se tiene. 
Si 
nuestra espiritualidad estuviese más relacionada con nuestro quehacer cotidiano, 
si fuésemos conscientes de nuestras emociones y sentimientos, podríamos avanzar 
más en nuestra evolución espiritual, y nuestra salud sería mejor, porque 
viviríamos de nuestra propia realidad y dejaríamos de ser gatitos pretendiendo 
ser leones. La aceptación de lo que somos no es resignación, sino el punto de 
partida para poder avanzar en forma efectiva, cambiando nuestras conductas 
erróneas.
yolanda 
silva solano