Página principal  |  Contato  

Correio eletrónico:

Palavra-passe:

Registrar-se agora!

Esqueceu-se da palavra-passe?

EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
 
Novidades
  Entre agora
  Painel de mensagens 
  Galeria de imagens 
 Arquivos e documentos 
 Inquéritos e Testes 
  Lista de participantes
 General 
 NAVIDAD 2.016 
  
 ¿QUE ES LA VERDAD? 
  
 EL EMBLEMA ROSACRUZ & The Rosicrucian Emblem 
  
  
  
 HERMANOS MAYORES 
 THE BROTHERS OF THE ROSE CROSS 
 The Rosicrucian Fellowsihip (CURSOS) 
 MAX HEINDEL 
 NORMAS DEL VISLUMBRAR 
  
 AUGUSTA F. DE HEINDEL 
 CORINNE HELINE 
 ADMINISTRACION 
  
  
  
 BIBLIOTECA ROSACUZ 
 MANLY P. HALL 
  
 PREG Y RESP. R.C. 
 FOLLETOS ROSACRUZ 
 LINKS ROSACRUCES 
  
 ROBERTO RUGGIERO 
  
 FRANCISCO NÁCHER 
 ALEXANDRA B. PORTER , 
 JOSÉ MEJIA .R 
 MARTA BRIGIDA DANEY 
 LIBRO DE URANTIA 
 SALUD Y CURACION 
 CUENTOS PARA NIÑOS 
 EL SITIO DE ACSIVAMA 
  
 NOTAS AL INTERIOR 
 LA BELLEZA DE LA VIDA 
 TUS REFLEXIONES 
 BIBLIOTECA 
 PPS ESOTERICOS 
 MUSICA 
 GRUPOS Y AMIGOS 
  
  
 Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. 
 LA MORADA DE JESÚS 
  
 
 
  Ferramentas
 
General: LA ANCIANA❥⋰⋱.❥
Escolher outro painel de mensagens
Assunto anterior  Assunto seguinte
Resposta  Mensagem 1 de 1 no assunto 
De: TATIS-7  (Mensagem original) Enviado: 23/09/2020 21:48
No visitar a los familiares en residencias será motivo de sanción en China


La Anciana
 
A la entrada del gran bazar se reunían toda clase de mendigos. Me llamó especialmente la atención una anciana llena de andrajos que parecía la más pobre de todos ellos.
– Por favor -gemía-, llevo tres días sin comer.
Rebusqué en mis bolsillos y le di dos monedas. Esperé escondido en un zaguán hasta que se levantó, con el propósito de seguirla y ver en qué invertía la parca limosna que le había dado.
Despacio y cansina, la anciana avanzó lentamente entre la multitud que abarrotaba el mercado. Durante unos momentos la perdí de vista, y cuando volví a verla, caminaba ya mucho más alegre, apretando con cuidado un bulto bajo la túnica.
Tomó un callejón lateral que salía del mercado y desembocaba en una especie de plaza calurosa y polvorienta. Allí, sentada a la sombra del único árbol que había sobrevivido al terrible viento del desierto, la mujer levantó la túnica y sacó un mendrugo de pan y una magnífica rosa roja. Hizo una mueca que debía ser una sonrisa, al tiempo que comenzó a ablandar el pan con sus encías desdentadas.
La contemplé mientras deshizo el mendrugo lentamente y, poco a poco, se fue comiendo hasta la última migaja mientras observaba la rosa con ojos brillantes. Después, una expresión de paz se reflejó en su rostro.
Me acerqué junto a ella y le pregunté:
– Anciana, ¿cómo es posible que alguien tan pobre como tú haya derrochado una de las dos monedas que le di en esa extraña flor?
La anciana me miró desde sus cien años de sabiduría y dijo:

– Tenía dos monedas. Con una compré con qué vivir. La otra la gasté para tener por qué vivir…


Primeira  Anterior  Sem resposta  Seguinte   Última  

 
©2025 - Gabitos - Todos os direitos reservados