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Seguidillas
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Se me escapan tus muslos,
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ay, se me escapan
entre labios y dedos,
viento en las ramas;
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agua en el río,
que me tiembla en las manos,
y ya se ha ido.
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Pero al volver de nuevo,
no retroceden,
lados de ángulo agudo
brindando el vértice;
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qué geometría
desde el plano del vientre
a las rodillas.
El viento se ha dormido
ceñido al árbol,
el río es invisible
pausa en el lago;
adormecido
en abrazo de muslos
quedo contigo.
Los Angeles, 30 de octubre de 2005
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