El atardecer cesa ante los últimos rayos solares que disminuyen en un color naranja intenso detrás del horizonte, donde una vista magnífica de admirar para los ojos de cualquier espectador en un cielo totalmente despejado, pero lentamente, los minutos pasan perdiendose esa magia, que la naturaleza terrestre ofrece ante el paso del despejado manto estelar, quien acompaña en su lecho a la elegante dama noctura dando una vez más, un trayecto que parece señalar una noche cálida y tranquila para todos los habitantes de la región.

Sin embargo, unas horas después bajo el hermoso cielo nocturno, una extraña fuerza invisible se desprende desde las aguas del mar Egeo, caliente y agitado, elevandose hasta perderse de vista en el espacio, donde fusionándose con un flujo de aire frío como el hielo se destaca una masa que estalla en un sin fin de relámpagos como si desde el reino de los dioses viniera, entonces, un gran estallido presenciable en la atmósfera terrestre, genera un centenar de truenos y relámpagos que hacen vibrar a la tierra adornando todo el cielo en cuestión de segundos, cuya reacción provoca una advertencia para quienes viven y se hacen llamar "La humanidad" dentro del planeta, aunque muchos ignoran lo cruel que puede ser el destino por haber sido llevado a ese plano, donde cada mañana, es un nueva prueba de vida para sus habitantes.

Olimpo - Tierra de los Dioses

Más allá de la tormenta que ha estremecido por un instante al planeta, existe un mundo paralelo donde a través de túneles dimensionales se llega a encontrar la morada de los que desde eras místicas han establecido el control sobre muchas particularidades de lo que se suele reconocer como la naturaleza misma, donde todo brilla bajo una escencia divina y cada parte parece ser lucida bajo la perfección nata conteniendo un punto céntrico de atención en medio de las infinitas cuadras de campo puro , un palacio de erige, uno diferente a los demás, donde vive y reina el gran Zeus, dios del rayo y el monarca absoluto del reino de los dioses quien ahora bajo su manto sagrado de vestiduras blancas y una barba tan brillante y larga como su pelo en un tonel platinado, impone su autoridad bajo una asamblea donde varias autoridades han sido reunidas para narrar en los libros del historiador, el futuro de aquellos dioses que no han cumplido con su juramento y su deber...

Los rayos abarcan a toda la sala, que no tiene techo, si no que mantiene un aura desquiciada, un cúmulo de energía negativa luchando contra la intencidad de los rayos de Zeus para ingresar, pero eso no es suficiente, ya que tanto Apolo, como Artemisa fueron convocados y ahora se manifiestan sobre la luz, imponiendo su atención sobre aquel que Reina, al igual que varios rostros que se remarcan en la oscuridad, como queriendo atravesar la barrera de Zeus, pero imposibilitados por su aún desceso en poder...


Zeus: Siendo testigo de la ambición desmedida, del cólera que cercena la sabiduría de un Dios cegado por el poder, les he llamado aquí como ejecutores y jueces de sus propios hechos…Hades, es el nombre de las calamidades que se han levantado alrededor de un mundo que por igual desde otrora se nos fue concedido. Ha desafiado el orden del Olimpo y las reglas que yo, el padre de todos los Dioses ha decretado para el equilibrio en el universo.  

Inquiere el dios de dioses, paseandose por el medio de la sala, con la atención de aquellos que tienen la fuerza para apoyar y de aquellos que aún se resguardan en la oscuridad, como el rostro del pecado, el hijo de dios que fué negado desde el reino de los cielos y la discordia, que escurridiza y sin invitación escucha cada rugido del trueno desde la profana oscuridad...

Apolo: Padre, es Hades quién ha incurrido en graves faltas hacia los designios estipulados por tu grandeza. Pero su falta pone en duda su supuesto criterio el cual guiaría a las almas de los humanos hasta su castigo después de la muerte ¿Es que acaso no se ha conformado con su misión en el Inframundo?

Zeus: Hades se ha cegado por el poder, la ambición por gobernar más allá de los confines del infierno pone en riesgo el equilibrio que buscamos para nuestra propia utopía. El alma de Poseidón permanece sellada, pero fué su voluntad que los humanos llegaran a dominar las sagradas armaduras del mar, sin mensionar que muchos de ellos eran reencarnaciones de otras culturas enseñadas en la tierra, Apolo tú más que nadie sabes que el respeto de un dios se lo gana con sus propias azañas, los humanos han dejado de rezar y solo nuestro poder vale ahora, por eso, debemos luchar juntos para evitar que la ambición de nuestros infames hermanos, tenga un final.

Artemisa: Gran Zeus, deme el derecho de purificar las almas corruptas que sirven al Dios de los muertos y junto a ellas concédame la posibilidad de ejercer como jueza plena de las almas que llegan hasta sus terriorios y encargarme de ejercer un castigo ejemplar para ese que se ha atrevido a desafiar el orden del Olimpo.

Zeus: Que el rencor y la prisa no merme su visión Apolo, Artemisa. Ahora que la Atlántida ha sido intervenida por los esbirros de Hades nos hemos percatado de su principal propósito “Divide y vencerás” Pues estoy seguro que su principal objetivo no es más que convertir al mundo en una superficie absorta por su poder en dónde sólo la oscuridad gobierne.

Apolo: Es pues, la mejor decisión encerrar su alma en un lugar dónde jamás se encuentre…Así, el Olimpo salvaguardara sus propios intereses y ningún Dios amenazará su utopía.

Entonces, un acontecimiento inesperado sucede, en medio de la sala, una proyección dorada comienza a recorrer los rayos emitidos por Zeus, hasta encontrar una brecha donde un sonido sordo, demarca la rotura de una parte del campo eléctrico, deslizandose como una babosa lentamente por el aire, hasta descender sobre el centro de la disputa, lo que sorprende por un instante a los dioses que se sobresaltan, captando la atención y ante sus ojos, la figura de una manzana dorada, en representación de Eris, la maléfica diosa de la Discordia...

Eris:…No comprendes, Apolo ¿o es que tu ego te ha cegado? El destino del mundo ya ha sido marcado por el mismo. Comprendo si Hades ha buscado la absolución de todos los pecados en esos mortales ¿o es que la compasión se ha apoderado de ustedes?

Apolo: Esa voz…sin duda, eres tú, Eris, la Diosa de la Discordia. El juego de palabras siempre ha sido como un veneno latente, sin embargo, has olvidado que no estás frente a un mortal.

Eris: ¿Mi veneno dices? Fiel verdad, cruel y absoluta como mi certeza. Este mundo está confinado a su destrucción, no hay mayor imperfección que los humanos, y Hades, sólo busca erradicar sus faltas ¿Qué simplemente no puede mi gran señor Zeus, desafiar su naturaleza y exterminarlos de una vez por todas? ¿O su compasión es tan grande?.

Artemisa: ¡Es a Zeus a quién te diriges!

Zeus: ¡Suficiente! Entre las sombras escondes tus fauces, muéstrate, Eris.

Entonces la figura de una esberla mujer reemplaza a la manzana dorada, generandose un cambio repentino en el ambiente, hasta presentarse completamente, aquellos rizos azules que envuelven una mirada despiadada y un tridente sostenido sobre su diestra mano...

Eris: Magnánimo Zeus, Rey de los Dioses, no soy una Diosa tan sabia como usted, sin embargo, no es nuevo darnos cuenta hasta dónde nos ha llevado la pasividad que hemos adoptado. Pero lo ofrezco un trato que no podrá rechazar…         

Zeus: Veo que no has entendido la verdadera razón de nuestro encuentro, Eris ¿Qué te hace pensar que estás en el derecho de ofrecer a mí, TU REY, un trato? Mi palabra es LEY y tú no entrarás más al Olimpo, quienes incurran a la falta de desafiar mis designios, serán castigados con el exilio o el encierro definitivo en el tartaro.

Eris: ¿El rey de reyes ha proclamado su gran verdad?

Zeus: Son tus palabras las que te condenan ante mis ojos, Diosa de la Discordia, mi voluntad es la que delimita nuestra grandeza, no seré persuadido por la serpiente que ha vanagloriado a Hades, poniendo en tela de juicio nuestros deseos…

Eris: ¡Que así sea pues, tu gran verdad Zeus, pues no será Hades quien gobierne la tierra, seré YO ¡Lo lamentarán todos!

Entonces desde la fisonomía del magno dios del sol, un poder increible se genera, desplegandose desde su índice una correntada que inmediatamente desaparece toda imagen de Eris, probocando que Zeus y Artemisa se abalancen inmediatamente sobre el lugar, comenzando a caminar preocupados y por último, devolviendo su mirada a Apolo, entonces, todo el foco de Atención se desprende desde ese lugar, devolviendose al espacio tiempo y perdiendose por un instante entre la línea temporal de otro plano hacia la realidad.