La batalla entre Poseidón, dios del mar y Hades, dios de la muerte ha dado inicio. Una terrorífica y cruenta batalla ha sido abierta de par en par, dándose inicio a la guerra santa que seguramente estremecerá el mundo.

El movimiento de los generales de Poseidón ya ha sido dado, mandando a proteger las tres entradas principales que colindan con el santuario submarino: Asgard, Bluegard y Cabo Sunion, siendo esta ultima el foco en donde una cruenta batalla está a punto de realizarse.

–Hum…Aquí empezara el nuevo orden para la humanidad-murmura Sylphide de Basilisk en un tono de voz profundo.

- ¿De manera que empezará un nuevo orden? Qué interesante... - se oye comentar una agradable, hasta casi femenina voz proveniente desde muy lejos, en donde las masas rocallosas son protagonistas de la costa del mar egeo, en donde innumerables mitos se han contado, acerca de sirenas, monstruos marinos y hasta incluso tritones - Me imagino que has llegado hasta este lugar con el único propósito de hablarme sobre aquello, ¿no? - pregunta, viéndose una silueta delgada sentada en lo alto de una de las más grandes rocas con las piernas cruzadas, como si aguardara una llegada. El estruendo de las olas no se hace esperar reventando contra las rocas costeras.

-Eh venido a escribirlo con tu sangre- Acuña en un hilo de voz como si mordiese cada palabra con ansias carnales, entonces con  un agresivo movimiento de su diestra presuriza los vientos a su alrededor arrastrando la oscura neblina, para después re direccionarse violentamente hacia las marmóreas columnas que sostienen al general marino.

- Ya comprendo, entonces vienes a escribir con mi sangre un nuevo orden. Vaya, realmente las aspiraciones de ustedes, los Espectros de Hades, son enormes, siempre lo han sido. Pero me imagino que entiendes perfectamente que estás frente no a un soldado razo, sino que a uno de los generales de la armada de Poseidón. Eso significa muchas cosas, lamentablemente para ti, este no es un lugar indicado como para comenzar a escribir ese nuevo orden al cual te refieres. No, pues aquí estas en un lugar bastante especia.

 -¡Hablas demasiado, imbécil!- Exclama con potencia a la vez que aquellas rafas impactan los pilares desquebrajándose-¡Apártate del camino del Señor Hades!- Ordena con potencia, la misma que emplea para liberar aquella orbe fulgurosa en dirección al marino, mientras la presión generada ante el empuja su anatomía en dirección al manto terroso que cubre los suelos.

La lucha se posesiona en el lugar, ambos sacando golpes que hieren levemente ambos, dejándose en un cierto desbalance que sin duda alguna afecta a ambos, pero que finalmente es el general marino quien con un sorprendente y sorpresivo movimiento  casi en el aire logra sacar aquella arma llamada flauta, la cual es vital importancia para la victoria, la cual significaría la protección de esta importante entrada.

-Despídete- dictamina aquel general marino - DEAD END SYMPHONY - Menciona con tranquilidad a través de su cosmo energía, la cual por primera vez se manifiesta bajo una celestial aura que rodea su acorazado cuerpo, mientras que las notas superficialmente se aprecian bellas y melódicas, pero dentro del sistema nervioso central son interpretadas como un agente de amenaza constante, torturador y desesperante, puesto a que su función no es más que entregar un castigo directo al cerebro y ramificándose por todo el cuerpo por medio de los nervios, en donde los sentidos se doblegan y el cuerpo se estremece únicamente ante la melodía del brujo del mar, cuya figura se multiplica en todo el escenario el que es teñido bajo tonalidades rosadas, siendo acompañada de sirenas aladas las cuales danzan maléficamente alrededor de Basilisco.

-¡KYAAAA!- El dolor y desesperación para el espectro de basilisco es tangible en cada exclamación y quejido, mientras sus portentosas alas se ciernen sobre el mismo evitando el contacto visual con aquellas criaturas, los vientos a su alrededor parecen perder el control y los suelos bajo de él comienzan a romperse, a la vez que en el ambiente se percibe un singular y sutil aroma, característico de este heraldo de Hades, una toxina tan potente capaz de paralizar cada músculo y arrastrar a un dolor como ningún otro a quien lo respire, sin embargo decide lanzar un desesperado -AnnihilationFlap!-  Exclama como un rugido dirigiendo sus manos hacia adelante al igual que el flujo de viento que vertiginoso fisura los suelos a su paso arrastrando consigo su veneno en dirección al marino.

- Maldición, si la sinfonía mortal no hubiese estado en curso probablemente me hubiese causado mucho más daño que éste – Habla Sorrento para sí, intentando reincorporarse, sin embargo los intentos son en vano, puesto a que siente como su cuerpo se vuelve el triple de pesado que lo normal - ¿Qué demonios es lo que le sucede a mi cuerpo? No puedo moverlo con total libertad – vocifera dando a entender el alcance real que dejo el desesperado ataque el cual sin duda alguna ha sorprendido de una manera drástica a Sorrento quien ha dejado de tocar su flauta por unos momentos.

-Eso maldito es mi veneno...- Responde el espectro a la distancia con una respiración entrecortada tras escuchar con gran dificultad mientras escupe la sangre de su boca a los suelos.

- Es entendible que hayas lanzado una de tus técnicas con toda la desesperación que provoca la sinfonía, pero déjame tocar una última melodía para ti -Menciona con sutileza el elegante general, quien nuevamente lleva a su boca la flauta y empieza a emitir nuevamente el sonido de su música, pero esta vez pareciera ser una tonada fúnebre -¡CLIMAX MORTAL! – Exclama cuando su verdadera imagen se ubica encima de Sylphide, con su flauta y melodía tal y como una verdadera sirena diabólica, buscando con la técnica final del marina reducir la carne de su contrincante a nada más que polvo cósmico, al tratarse de la estrofa final de tan terrible ataque que escribe el final del destino desde el inicio de quien está en presencia de la obra maestra de Sirena.

La ultima melodía de la sirena general es catastrófica logrando finalmente que las piernas del espectro del inframundo se doblen carentes de fuerza alguna cayendo sobre sus rodillas mientras los fulgores de sus orbes se apagan y su pupila eclipsa totalmente sus ojos, la destrucción a sus sentidos ha sido tal que ya no percibe nada en el ambiente, su cabeza desciende mientras su yelmo vuelve a proyectar aquel sombrío velo sobre su faz, el daño sistémico no se hace esperar con un gran dolor en su pecho obligándole a vomitar un gran coagulo sanguinolento  y sus alas descienden a sus costados descansando sobre la tierra –Esto es solo el comienzo, te estaré esperando bastardo…- Murmura mientras su energía vital desaparece por completo, su cuerpo inerte desciende en dirección a los suelos, sin embargo, se desintegra en una serie de corpúsculos violetas y oscuros antes de caer, entonces aquella energía prestada de las estrellas regresa a ellas...

Continuará... 

La devastación pasa, los cosmos se reintegran a su cauce, un alma caída y la otra disfrutando la victoria y sellando con mucha más convicción la promesa de detener a cualquier espectro que trate de pasar por aquí, espectros que llegan prácticamente uno tras otro, siendo la sombra del próximo quien acompañado por un veneno el cual es  mucho más mortal que el debido al envenenamiento al solo contacto, siendo esta otra promesa más de una batalla llena de venenos, música y hedor a muerte.

"..Es increíble que no puedan cumplir una simple misión como la de abrir paso a los que entraremos entre las sombras.." es el pensamiento de una enigmática efigie quien se abre paso con una espesa niebla que poco a poco cubre todo el lugar, trayendo consigo un particular aroma desagradable que poco a poco se conjuga con la maldad y el odio que toma posesión a la altura del bravo mar que se sumerge en penas que engullen el cuerpo mientras que una mirada perpetua se sitúa a una distancia del cuerpo del espectro caído anteriormente

- Asíque te enviaron a ti para vengar a tu amigo, ¿o me equivoco, Espectro? -pregunta con tranquilidad el brujo del mar, cuya mirada se dirige hacia el arribo de un nuevo siervo de Hades, manteniéndose aún sentado sobre la roca a la espera de una respuesta.

-jajajajaja- Se escucha una maléfica carcajada que genera un terrible eco, demarcando la posición del recién llegado quien con una figura encorvada opta por adentrarse más en la espesa niebla venenosa ya que a pesar del volumen de la misma pudo ser visto por el encantador de marinos -..¿Vengar?, te equivocas chico bonito, se supone que tú ya no deberías estar  con vida y que simplemente yo debería haber pasado sin problemas..- el respirar pesado y tenebroso se deja escuchar levemente en aquel lugar.” A pesar de todo, parece que el improductivo veneno de basilisco ha hecho un poco de trabajo.." analiza el espectro sumido en sus pensamientos mientras que las pequeñas carcajadas se escuchan tintineantes, la cual refleja la seguridad que tiene el espectro de la profundidad.

- ¿Se suponía que no debería estar con vida? Al parecer no me conoces muy bien -Indica Sorrento, quien al parecer se indigna, por lo cual se lanza hacia la tierra, aterrizando con elegancia al compaso de su alba capa que sigue sus movimientos- Yo soy uno de los siete generales marinos de Poseidón, mi intención en este lugar no es bravuconear con seres comos ustedes. A diferencia de tu compañero, esto será rápido - indica el brujo del mar, quien se posiciona frente a frente con el Espectro, observándolo solo a centímetros con su mirada clavada intensamente sobre los ojos del espectro.

-Vaya, parece que el veneno del basilisco te ha afectado el cerebro- dice mientras sus ojos se abren, sus dientes se presionan en una sonrisa y su mirada divaga en un tono de superioridad y confianza de una victoria -Me he escondido más sobre la niebla que he traído y tu simplemente te acercas hacia mi tal cual, con un cuerpo que se acalambra poco a poco- el sudor se aclama y su terrorífica faz se vuelve insana y demencial, la cual activa su cosmos que a su vez emana más nubes purpuras que enloquecen a la neblina  que ya está instalada en su totalidad y la cual se cierra en un vórtice alrededor de ambos cuerpos -Te veré suplicar, retorcerte y transpirar, pedirás a gritos que te salve..- cierra sus voz, cierra su corazón, su tétrico ser se esparce como sombra por el vórtice purporeo.

- No tengo nada más que hablar con un hombre como tú, el cual me ha faltado el respeto de esa forma: DEAD END SYMPHONY - Menciona con tranquilidad, cuando ágilmente retira de atrás de su capa una larga flauta traversa, la que instantáneamente comienza a soplar y emitir embrujantes notas musicales.

El sonido comienza y las notas se meten más y más en la cabeza del espectro que ya se encuentra jadeando pesadamente por el efecto destructivo y mortal de aquel ataque general que momentos antes pudo matar a un espectro casi de las mismas características de Niobe.

-Eres un tonto, desde el primer momento en que osaste acercarte a mí, posándote frente a frente ante mis ojos, condenaste tu muerte, ya que mi niebla venenosa funciona desde el primer contacto con cualquier materia orgánica haciendo que pierdas los sentidos poco a poco..- su furia se dicta en el gesto de maldad de su rostro y al bajar raudamente ambas extremidades -! Fragancia Profunda ¡- el grito se oye mientras que el vórtice arremete con más fuerza y densidad al marino, logrando convertir todo el oxígeno en un veneno que combinado con los efectos devastadores del gas al solo contacto logran que sea una muerte sin salvación, ni error.

Tanto como el ataque del general marino como el de la estrella de la profundidad chocan, afectando por igual ambos, logrando notar los estragos que poco a poco baten tanto a uno como el otro. Mas siendo Sorrento, el que cuenta con mucha más astucia, el que finalmente descubre el destino final que llevaría a ambos luchadores con mantenerse esta vorágine.

"A este paso, terminaré muerto por la técnica de este Espectro. Muy bien, llegó la hora de acabarlo ahora mismo" Reflexiona el brujo del mar el cual ya se nota con los pómulos del general más pálidos debido a que el veneno ya comienza a hacer efecto, sin embargo, en un movimiento ágil e inesperado, los párpados de Sorrento se cierran y con un fugaz movimiento de su diestra, lanza su mano directamente hacia el cuello de Niobe, buscando cortar su cabeza

Aprovechando la distancia nula entre ambos, el embestido con la escama de sirena, cuenta con el influjo de la Sinfonía de la muerte final el cual sella todo movimiento físico de quien es víctima, pero es este pensamiento el que finalmente terminara con la vida del general, ya que claramente acaba subestimando al espectro de Deep, esto se debe a que tanto la sinfonía mortal de Sorrento y la fragancia profunda de Niobe tiene la misma cualidad de paralización. La cual aparentemente no ha tenido efecto en ambos ya que aún tanto como Sorrento y Niobe pueden moverse, pero ciertamente siendo este último el que se encuentra más paralizado, pero dejando guardado un último movimiento.

"Vaya, todavía puede hacer movimientos como eso, es extraño este tipo, desde el primer momento que me hizo frente a frente ya su sistema nervioso debió empezar a corromperse.." piensa la estrella de la profundidad mientras suelta el alarido infame que ocasiona el gran esfuerzo que es retroceder unos pasos para alejarse del general marino -Terminemos con esto...- dice mientras tose sangre y sus ojos se nublan por el grupo de hadas que van mermando en cantidad -Sepultare tu cuerpo en un manto venenoso...- esfuerza a su cuerdas vocales mientras agita enérgicamente sus brazos logrando que ese gigantesco remolino venenoso caiga compactado como si fuese una bomba fétida que elimina cualquier rastro de vida.

La mirada ensangrentada de Niobe se hace más fuerte, sus dientes tenebrosos y de terror se cierran en un chascarrillo adolorido y victorioso mientras que sigue juntando sus manos lo cual compacta más y más las nubes venenosa hasta formar un capullo de vapor por toda la humanidad ya derrotada y sin vida del general marino -Maldito seas...- recuñe el espectro de la profundidad mientras que el jadeo se debilita y las ilusiones en su cabeza desaparecen -Estuve a punto de morir...- sigue objetando a la par de que su mortífero ataque desaparece por los poros cutáneos del rival -Lo sabía, los generales no son rivales para los....- el encorvado ser cae aun respirando y con daños en todo el cuerpo esperando vivir para una última, siendo esta premisa errónea ya que toma una última bocanada de aire -..Para los espectros...- sentencia a la para que sus ojos se cierran muertos al costado del ser que cumplió con el cometido que prometió, ningún espectro paso, mientras él se encontraba con vida.