La asociación entre ira, alcohol y agresión no está tan clara como parecía en un principio.

"Sabemos que existe un vínculo entre alcohol y agresión", comenta Peter R. Giancola, director del Alcohol Research Laboratory, de la Universidad de Kentucky y autor del estudio, "pero no ocurre con todo el mundo; hay mucha gente que bebe mucho y se sienten soñolientos y felices."

Aunque la agresión es una conducta dirigida a una meta destinada a dañar a una persona, la rabia hace referencia a un conjunto de emociones sin una meta particular.

La rabia como rasgo de personalidad tiene tres componentes: afectivo (emociones como la frustración, el enfado, la irritación), cognitivo (caracterizado por cinismo y desconfianza) y conductual (como gritar, montar una escena, etc).

El estudio evaluó a 300 personas de ambos sexos con edades entre 21 y 35 años. Los resultados mostraron que el consumo de alcohol no aumenta la agresión en todas las personas. La agresión relacionada con el alcohol era mayor entre los hombres con puntuaciones más altas en las medidas de rabia en su aspecto cognitivo y conductual, y en las mujeres con puntuaciones más altas en las medidas de rabia sólo a nivel conductual.

Según Giancola, "las mujeres tienden a tener un umbral de violencia más alto (es decir, tardan más en reaccionar violentamete), debido a que la sociedad les dice que sean buenas.

Para que la violencia ocurra en las mujeres, tienen que se provocadas por el entorno o bien ser el tipo de persona que, estando sobria, muestra un comportamiento agresivo".

2005