Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
AMIGOS UNIDOS- Macbelu: FELIZ DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD AMIGOS
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: MACBELU  (Mensaje original) Enviado: 14/02/2010 17:48
 
 

Ayudar a quienes Amamos

En la antigua China había quienes ejercían un oficio curioso: los hacedores de adivinanzas.

Andaban por los caminos, recorriendo cada pueblo, y su habilidad consistía en elaborar acertijos ingeniosos, difíciles de resolver, que invitaban, para poder hallar la respuesta, a ampliar la conciencia de quien tomara el desafío.

 

Algunas personas, al cruzarse con ellos, gustaban de probar su propia inteligencia por unas monedas: si acertaban en la respuesta, esas monedas eran su ganancia, y si no lo lograban, las monedas eran para el hacedor de acertijos.

 

Ahora bien: se dice que esos tejedores de adivinanzas, aunque vivían de ello, siempre se sentían más felices cuando perdían, pues les era de mayor valor haber sido captados por el otro, toparse con quien pudiera comprender la complejidad planteada, que el mero hecho de ganarse unas monedas.

 

Así somos todos: sentir que podemos llegar al otro, ser captados sin tener que traducirnos a nosotros mismos, es una bendición. Y lo contrario, una profunda pena.

 

El poeta Ignacio Anzoátegui decía:

“Tengo dos silencios: uno, cuando callo; el otro, cuando hablo y no llego”.

 

Esa tristeza se acentúa cuando ese a quien no llegamos es un ser querido, y más aún cuando vemos que a todas luces está tomando decisiones en su vida que generadoras, a corto o a largo plazo, de daño, de dolor.

 

(Es cierto: no es fácil saber qué es bueno para la vida de un otro, aunque a veces el daño que se hace esté demasiado a la vista: uno ignora cuáles son las leyes que rigen el destino de evolución de esa persona, pues escapan a nuestro entendimiento.)

 

El punto es que, cuando haga falta, sí podrás donar tu sangre para transfundirla a quien la necesite, pero hay algo que nunca podrás hacer: una transfusión de experiencia, corazón a corazón.

 

Y sobre todo te será imposible donarla a quien no tenga ningún interés en recibir esa donación. (Cada uno de nosotros hemos sido alguna vez igual de necios ante otros que quisieron abrirnos los ojos... ¿verdad?)

 

Claro, es penoso. Y no importa cuántas herramientas tengas, cuánto otros sí valoren lo que puedas darles: quizás en alguna ocasión a tu más querido prójimo no te sea posible llegar.
 
¿Qué hacer? A veces insistir de otra manera, pero otras, simplemente correrse, dejar que el otro haga su propia experiencia.
 
Hay un antiguo refrán africano que lo expresa de modo magistral:
“Se puede llevar el buey hasta el río, mas no se le puede obligar a beber”.
Lo que sí siempre se puede hacer es aprovechar la ocasión para mirarse por dentro, conocer partes nuestras que sin esa situación quizás nunca habríamos visto.
 
Y si el otro realmente es digno de nuestro amor, sostenerlo desde ese amor, aún en el desacuerdo.
 
Aquí va un texto de una bella película:
“Nada es para siempre" (dirigida por Robert Redford), que hoy te queremos convidar:
 
"A cada uno nos tocará algún día

 tener que ayudar a un ser querido,

y entonces nos haremos la pregunta:

'Queremos ayudar, Señor, pero,

¿cómo podemos hacerlo?'

 

 Rara vez podemos ayudar a los que queremos.

Unas veces porque no sabemos qué ofrecer,

 otras porque lo que ofrecemos no se recibe.

 

Y de ese modo 

son justamente aquellos a los que más queremos

 quienes nos esquivan.

 

Pero aún así,

podemos amarlos.

 

Porque se puede amar totalmente

 sin entender totalmente."

 

Craig Sheffer


img242/5033/diseomacbelucj3.gif

 
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 14/02/2010 18:10
Gracias por estar siempre aquí,
gracias por tu amistad,
un abrazo, Araceli
 
 
 
 


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados