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Tiempo devocional-Hector Spaccarotella: MARCELA Y SU TÍO
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De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 07/01/2013 14:24

MARCELA Y SU TÍO

 

Un mensaje recibido tiempo atrás, cuenta de una situación real que me gustaría compartir con vos.

Me pregunté para qué difundirlo, y la respuesta es que necesitamos aprender. Una vez más siento que necesitamos aprender como Iglesia.

Como te decía, la situación relatada es absolutamente real y pasó con una joven que hoy tiene 20 años, que vive en un país latinoamericano y que llamaré Marcela.

Desde su país esta joven me escribe aprovechando la distancia y el anonimato de un mensaje de correo. Esto que te leeré es una adaptación del mensaje original, conservando todo su contenido.

 

Soy una joven de 20 años, sobreviviente de abuso sexual infantil. Sentí la confianza de escribir después de haber leído el testimonio del Hno.Héctor.

Aún no he logrado recordar todo lo que viví pero al menos tengo muy claras dos ocasiones en que un tío mío (esposo de la hermana de mi mamá) abusó de su posición de poder como adulto, como tío y, lamentablemente, como Pastor, para tocarme de maneras inapropiadas; soy consciente de por lo menos dos ocaciones, una cuando yo tenía siete años y la otra a los catorce (Gracias a Dios no hubo acto sexual completo). Hace unos meses y después de todo este tiempo de guardar dentro mío lo sucedido, decidí contarle todo a mis Padres y a mi hermano y consideramos que era importante denunciar el asunto con los líderes espirituales de mi tío.

Él sigue siendo nuestro Pastor y no ha dado muestras de arrepentimiento, a pesar de que yo esperé durante todos estos años a que él se arreglara con el Señor, creyendo incluso que seguramente no sería necesario que esto saliera a la luz, si él se arrepentía (el arrepentimiento trae frutos que nunca se vieron en él). Mis Papás y yo nos comunicamos con sus líderes y ellos nos convocaron a un careo pero antes de que mis papás y yo llagáramos, los líderes ya habían puesto al tanto de todo al Pastor, que como conté, es además mi tío.

Para mi sorpresa, él no negó nada, dijo recordar perfectamente todo lo ocurrido en esas dos ocasiones pero, alegó que se debían a la terrible influencia espiritual que hay en mi vida debido a que mi Papá ha sido un hombre muy infiel en su matrimonio, así que, la que lo sedujo  (¡a los siete años!) fui yo.

Es más, dijo que yo lo había disfrutado y que hasta se lo había hecho saber. Mis papás y yo salimos de esa reunión (que más bien pareció masacre) completamente apaleados, pero con la confianza de que El Señor conoce la verdad y de que jamás respaldará la mentira ni el abuso que se cometa con ninguno de sus pequeñitos. Tristemente, a pesar de la confesión del pastor, los líderes lo apoyan al 100%, alegando que él ya se arrepintió y nos aseguraron a mis papás y a mi, en nuestra propia cara, que yo no soy ninguna víctima, sino todo lo contrario, que soy una perversa desde que nací y por eso hice (repito, a los siete años) que un Pastor de la calidad de mi tío, cayera seducido por mis artimañas de niña precoz.

No es fácil lo que mi familia y yo estamos viviendo. Ahora debemos seguir congregándonos en la misma iglesia, sabiendo que nuestro pastor es un mentiroso y abusador. Éste hombre tiene dos hijos mayores que yo, y ambos muestran muchos síntomas típicos de víctimas de abuso sexual, pero todos se niegan a ver o investigar, incluso mi tía quien, dicho sea de paso, apoya totalmente a su esposo. Quieren que el asunto se olvide y, al igual que en el título del libro de los pastores Silvia y José Cinalli, que DE ESO NO SE HABLE.

Yo amo la doctrina que se imparte en el ministerio que da cobertura a nuestra iglesia y siempre he admirado a los siervos que el Señor ha puesto como líderes pero, de verdad, esta vez no entiendo por qué el Señor les ha cerrado los ojos. o por qué ellos se niegan a ver. Sinceramente no sé qué clase de consejo estoy buscando, tal vez sólo necesitaba desahogarme y ojalá pueda recibir algunas palabras de consuelo.

 

Con este mensaje de Marcela comenzamos un intercambio de correos electrónicos que espero use el Señor para ayudarla a recuperarse.

Cuando leía por primera vez esta carta, de verdad no podía salir de mi asombro por muchas razones.  Algunas de ellas me gustaría compartirlas con vos en este día.

Probablemente vos conozcas personas que hayan pasado por situaciones similares. Todos los casos con los que traté personalmente son así de duros, así de tristes, así de difíciles. En todos los casos uno tiene ganas de salir corriendo para otro lado, y termina preguntándose “¿cómo hago para ayudar a esta persona?

En principio teniendo en claro que lo urgente es dar el apoyo necesario para que Marcela comience su recuperación del shock traumático que viene afectando su vida desde hace años. Ella fue fortalecida por el Espíritu Santo para romper el pacto de silencio y comenzar a hablar del tema conmigo. Luego y por separado se verá cuál es la actitud que sería conveniente tomar con el tío y pastor de Marcela.

Puedo rescatar que afortunadamente los padres entendieron inmediatamente y CREYERON a su hija. Esa es una de las mayores luchas de los sobrevivientes, ya que muchas veces los padres piensan que fabulan, que lo que están contando no es real.   Que es producto de su imaginación.

Otro hecho importante es que como pasa en un 85% de los casos, el abusador es familiar y una persona muy cercana a la víctima, y que tiene además una posición de autoridad afectiva generada por el parentesco. El niño vive el abuso sin poder reaccionar, completamente shockeado porque no puede creer que esa persona que quiere y admira esté dañándola de ese modo. La autoridad impone además la obediencia de la orden de no resisitr, de mantener el secreto y de someterse a todos los deseos del adulto.

Hay ocaciones en que esa autoridad es impuesta por el miedo, como en el caso de otra joven de Río Gallegos (ciudad donde vivo en Argentina) que era abusada por su abuelo. Este hombre la violaba poniendo su escopeta al costado de la cama para intimidarla. Lo hizo muchas veces cuando era solamente una niñita y sus palabras eran “si hablás, te mato”.

En el caso de Marcela el abusador es su tío (vínculo afectivo) y además su pastor ( vínculo de autoridad).

La reacción del tío es la de un psicópata. Un hombre que sin ninguna vergüenza confiesa los hechos no mostrando ningún síntoma de arrepentimiento. Acusa además a la niña, intentando demostrar que ella con sus siete años lo había seducido.

Usa además otro recurso, la supuesta influencia demoníaca por la herencia espiritual que la niña tenía a causa de los pecados de su padre.

Vos pensá mientras tanto que todo esto está siendo escuchado por Marcela, que está allí sentada, que después de guardar esto en lo profundo de su alma por 12 años finalmente se anima a hablar. Y lo hace a partir de darse cuenta de que los hijos de su tío están mostrando síntomas de abuso. Y que además por la posición de pastor, este hombre podría estar repitiendo los hechos que ella vivió con otras niñas hoy mismo.

Una de las razones más frecuentes que llevan a la víctima de abuso a hablar de lo que le pasó, es porque se dan cuenta de que hay otras personas que pueden estar sufriendo lo que ella sufrió. Que el abusador puede reiterar las mismas aberraciones sobre otros.

Rescato algo más. Dentro de su relato, Marcela dice: “Gracias a Dios no fue violación”. Es muy importante entender que en el niño el shock traumático es tan grande por una caricia inadecuada o un beso con dobles intenciones, que por un acto sexual completo. El daño en su mente es exactamente el mismo.

¿Podría la falta de preparación del pastor llevarlo a pensar honestamente que la iniciativa es de Marcela? Absolutamente no. Un niño de 7 años no tiene ni idea de lo que es eso.

Uno de los primeros pasos en la recuperación de un sobreviviente es sacarle la pesada mochila de la culpa. No había ninguna forma de que desde él evitara lo que estaba sufriendo.

Marcela necesita ayuda, una ayuda en la que podemos intervenir los hombres, seguramente, pero una ayuda que tiene que llegar tan profundo en el alma lastimada, que no se podría si no interviene Dios mismo.

Él conoce todo de Marcela. Él estuvo allí, sufriendo con ella. Él estuvo allí cuando fue confrontada con el abusador.

 

El salmo 139 dice:

 

Psa 139:2 al 18  Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos.

Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos.

 Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh SEÑOR, tú ya la sabes toda.

Por detrás y por delante me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí.

Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; es muy elevado, no lo puedo alcanzar.

¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia?

Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú.

Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar,  aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

 

Si, Él promete estar siempre a nuestro lado, y cumple. Él está más interesado que nadie en que podamos salir adelante. Si Marcela encontró en mí alguien con quien hablar, fue porque el Señor lo perimtió.

El salmo dice:

 

Si digo: Ciertamente las tinieblas me envolverán, y la luz en torno mío será noche; ni aun las tinieblas son oscuras para ti, y la noche brilla como el día. Las tinieblas y la luz son iguales para ti.

 

Confiar en que aquello que hoy se ve negro, ante sus ojos puede verse blanco. Que aquello que hoy significa un pozo de profundidad abismal puede con su ayuda convertirse en un camino llano.

Marcela se animó a hablar y comenzó el camino de su recuperación. ¿Dónde estás parado vos en esto?

Entonces te desafío en que confíes en Dios. Escuchalo, porque nadie te conoce como Él, y nadie quiere tu bien más que Él.

Escuchá sus palabras:

 

Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre.

Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.

No estaba oculto de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra.

Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos.

¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!

Si los contara, serían más que la arena; al despertar aún estoy contigo.

 

HECTOR SPACCAROTELLA          

Río Gallegos

Argentina

tiempodevocional@hotmail.com

www.puntospacca.net



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 10/03/2013 04:23
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