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Tiempo devocional-Hector Spaccarotella: Iglesias en crecimiento II
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De: hectorspaccarotella  (Missatge original) Enviat: 12/04/2013 12:50

Iglesias en crecimiento II

 

Acabo de terminar una serie de artículos que también compartí en mi programa de radio, sobre el crecimiento de las iglesias.

Fueron jornadas muy intensas con alta participación de lectores y oyentes.

El cuestionamiento inicial fue “¿Vos pensás que tu iglesia crece como debería?” y a partir de allí desarrollé ideas y reflexiones basadas en evaluar dónde están pardas nuestras congregaciones, si están en crecimiento, si se están achicando o si el número de miembros se mantiene estable (lo que es una forma de retroceder).

Esta serie de artículos generó muchos encuentros fuera de micrófono, porque el tema es realmente apasionante.

Y hay algo que surgió en la conversación que encendió una luz. Ví que aquello en lo que habíamos estado trabajando estos días respecto del crecimiento de nuestras congregaciones cristianas, también puede aplicarse a nuestra Argentina, ya que nuestras iglesias son un reflejo de lo que es nuestra sociedad.

De modo que pasamos por los mismos problemas, por las mismas crisis, y tenemos frente a nosotros como nación las mismas paredes que impiden nuestro crecimiento.

Claro que la primera tendencia es (usando una metáfora deportiva) tirar la pelota afuera de la cancha, es decir empezar a buscar razones fuera de nosotros.

Sin embargo, yo vuelvo hoy a ponerte un espejo. Pensá que vos sos la Iglesia, y pensá que vos sos la sociedad de esta Argentina del siglo XXI.

De modo que si queremos que la sociedad civil y nuestras congregaciones cambien, primero tenemos que estar dispuestos a revisarnos y renovarnos nosotros.

Y para aceptar la posibilidad de cambio hay que soltar todos aquellos hábitos y costumbres que nos damos cuenta que no están llevando nuestra vida a buen término.

Es necesario separarnos de todo aquello que se apega a tu vida y la frena.

Leía tiempo atrás un mensaje de la Pastora Argentina Mary Nasich de Castets. Ella dice que   tenemos que prepararnos para recibir la bendición de parte de Dios. Para superarnos y alcanzar los sueños que Dios puso en nuestro corazón tenemos que estar listos.

Cualquier deportista sabe que el éxito en el deporte que practica depende del esfuerzo, de la dedicación, del ensayo, del entrenamiento.

Igual que los atletas, es necesario ser disciplinados y estar dispuestos a dejar de lado todo aquello que está entorpeciendo nuestro buen estado físico o espiritual.

 

¿Estás dispuesto a pensar en ello?

 

Cada día que comienza es una nueva oportunidad en nuestra vida, en nuestra economía, familia, pareja, congregación. Y debemos aprovechar al máximo cada oportunidad que se nos presenta, pero solo depende de nosotros, tomarla o no.

Cuando nos proponen un cambio radical como el que te planteo hoy, nos resistimos, nos oponemos y hay una parte de nosotros que no está de acuerdo.

Cuando hice atletismo durante mi adolescencia, el profesor de esa disciplina se preocupaba mucho porque lleváramos una vida sana. Pocas salidas nocturnas, nada de alcohol ni tabaco, relaciones de pareja estables… aquel dicho de “mente sana en cuerpo sano”.

Y al ser jóvenes nos resistíamos.

Lo mismo nos pasa ahora. Tratamos de buscar excusas, de revelarnos, de no ser obedientes. Hay hábitos y apegos que no estamos dispuestos a soltar.

La armonía, la paz interior, los cambios sociales y espirituales de individuos y sociedades no se reciben, sino que se logran; para alcanzarlos es necesario poner en marcha  acciones, para llegar a la transformación en nuestra realidad. Y unos de los pasos que tenemos que dar para dicha transformación es poder caminar libres, poder elegir, sin apego a nada.

El apego es una fantasía, una ilusión de que las cosas son permanentes.

Esta imagen de que “las cosas son así y no pueden cambiar”.

Y eso no es cierto. Pero el cambio de mentalidad necesario para que la realidad de este presente que vivimos cambie, debe necesariamente comenzar en nosotros.

Dice la pastora Mary  Nasich  que todo aquello que se apega a nuestra vida nos ata y se convierte en peso para el alma. Para lograr cualquier cosa en la vida, debemos renunciar a nuestro apego a ellas.

Y esta afirmación que ella hace en nosotros como individuos, también tiene que ver con nosotros como iglesia y como sociedad.

El apego se basa en el temor y la inseguridad, y el desapego se basa en quien soy yo, en mi verdadero yo.

Vos y yo somos cristianos. Y el cristianismo, el seguir a Cristo, implica una completa regeneración de nuestras vidas. Deberíamos estar acostumbrados a estas palabras. El estilo de Jesús era ese : “morir al viejo hombre y estar dispuestos a nacer de nuevo en el espíritu”.

Esto implica cambios radicales, cambios de fondo. Una vez escuché una prédica donde se nos comparaba con el que dejáramos de respirar aire para comenzar a tomar el oxígeno del agua, como un pez. Para esto tendríamos que cambiar nuestros pulmones actuales por branquias como las de los peces. ¿Te sirve este ejemplo?  Un cambio completo en nuestra naturaleza.

En los estudios anteriores que te mencionaba, ponía a nuestras congregaciones como una planta. Igual que ella, estamos diseñados para un crecimiento constante y que de fruto.

Si esto no sucede hay una enfermedad que impide el normal y natural desarrollo y evolución.

Esto también se aplica a nosotros como argentinos.

Leí un libro del pastor Derek Prince, y tomo de él unos párrafos que te comparto algo que me parece de vital importancia:

Generalmente la Iglesia, en la mayoría de las veces, se ocupa solamente de las ramas. Normalmente no llega al segundo nivel para tratar con el tronco, y mucho menos con las raíces. Debemos profundizar para encontrar LA RAIZ del problema, y esta se llama REBELION.

Al presentar a la humanidad el mensaje del Evangelio y  a Jesús, Juan el Bautista hace una declaración categórica:

 

Mateo 3:10  Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

 

¿Te das cuenta del ejemplo? El texto bíblico pone en boca de Juan el Bautista la misma metáfora de la que venimos hablando. El asociarnos con una planta en crecimiento. Pero es completamente radical en su afirmación: “si no damos buen fruto seremos cortados y echados al fuego”.

El mensaje del Evangelio es “radical”, es decir que trata con la raíz. Y nos está diciendo a nosotros como Iglesia que no está conforme con solamente podar las ramas. Necesita para este tiempo un cambio desde la misma raíz.

¿Es posible que esto se aplique también a nuestra sociedad argentina? Estoy completamente convencido de que es así.

Y también se aplican para nosotros como ciudadanos de esta nación, el pensar que la enfermedad que está afectando nuestra sociedad desde el principio mismo de la historia, se llama REBELIÓN.

La rebelión implica desafío, un gesto de independencia hasta anárquica contra la autoridad humana y contra la divina.

Dice el pastor Derek Prince que las presentaciones contemporáneas del Evangelio no son suficientemente profundas. No tratan con el pecado de rebelión contra Dios.

Me pregunto cuántas de las personas que están conduciendo los destinos de este bendito país han sometido verdaderamente su accionar a Dios (más allá de que la mayor parte juran desdempeñar correctamente su cargo sobre los Santos Evangelios)

 

Génesis capítulo 13:1-18 nos muestra a Abraham como un hombre rico que lo tenia todo, pero estaba apegado a todo lo que poseía; cuando Dios le hablo a Abraham dijo: “Vete de tu tierra y de tu parentela”, este hombre se fue de la tierra pero se llevo a  Lot. Lot representa a todo aquello que nos aferramos. Lot representa aquello que estamos reteniendo y que no queremos soltar, Lot representa, personas, objetos, bienes, circunstancia, hábitos, aficiones, ideas, por los que sientes apego.

Pero para obtener la promesa de Dios tenés que ser libre de todo apego, el apego viene a tu vida a robar tu tranquilidad y felicidad, viene a robar tu fe

Como sociedad, estamos sufriendo de apego por una estructura espiritual, política, social y económica que viene limitando y buscando controlar el país por generaciones y generaciones.

Es tiempo de romper con eso. Es tiempo de pensar en cambios que afecten a la raíz misma del andamiaje social.

Pero esto exige de nosotros como individuos aceptar nuestra realidad actual y estar verdaderamente dispuestos a comenzar de nuevo. A desprendernos de nuestros viejos pulmones espirituales que ya no nos sirven y comenzar a respirar por las branquias que nos han sido instaladas a partir de nuestra nueva naturaleza.

Cuando más pienso en la idea más me convenzo que los males que nos afectan dentro de nuestras congregaciones, son los mismos que nos están condicionando como país.

De modo que tenemos frente a nosotros la posibilidad histórica de generar un cambio de dirección, una verdadera conversión espiritual para esta sociedad en la que vivimos.

Si aprendemos qué es lo que está frenando el crecimiento de nuestras iglesias locales, de nuestras congregaciones, si aprendemos cuales de nuestros apegos tenemos que desprenderlos, dejarlos de lado y arrojarlos fuera de nosotros como parte de un pasado que definitivamente queda atrás, estaremos emprendiendo un cambio tan profundo que desde la raíz misma de nuestras congregaciones iniciaremos el cambio que nuestra Argentina necesita.

 

¿Estás dispuesto a aceptar el desafío?

 

Como dice la Pastora Mary Nasich, hoy es el día en que tenemos que dejar todas nuestras cargas delante de Dios, porque Él quiere bendecirnos aun más.  Él quiere que lo conozcamos en intimidad, porque conforme al nivel de expectativas que tengamos será nuestra bendición.

Quedate con esta imagen. Nuestras congregaciones cristianas son un reflejo de lo que somos como sociedad. ¿Estaremos dispuestos realmente a generar cambios tan profundos que afecten las raíces mismas de la planta?

Las generaciones de nuestros hijos y nuestros nietos nos están esperando. No lo hagas solamente por vos, sino porque ellos lo necesitan.

 

HECTOR SPACCAROTELLA          

tiempodevocional@hotmail.com

www.puntospacca.net

 

  • Tomando comentarios de un Mensaje de la Pastora Mary Nasich de Castets. Bs. As. Argentina
  • Tomando comentarios del libro “Guerra en los Cielos” de Derek Prince (editorial Desafío, página 29)


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Resposta  Missatge 2 de 2 del tema 
De: Lolis Navarrete Enviat: 22/06/2013 02:29
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