La Sabiduría Milenaria de hoy nos enseña que somos ayudantes de Cristo.  Es como decir, Cristo nos necesita para manifestarse en nuestro entorno, frente a nuestros compañeros de trabajo, delante de aquellos que nos rodean. ÉL es invisible pero nosotros somos visibles; a EL nadie lo ve pero nosotros somos cartas leídas.

 

Si el Señor nos brinda esta responsabilidad de administrar sus secretos, cada uno debe demostrarle que es digno de su confianza.  En los detalles pequeños, en las cosas ocultas, en todo momento, donde nadie nos ve, nuestras acciones deben ser de confianza frente a quien nos tomó por soldados.

 

Lo mismo sucede dentro de nuestras organizaciones. Si te ganas la confianza de tus superiores, seguramente tendrás un trabajo estable; y si encima te perfeccionas, estudias, te especializas en la tarea, seguramente crecerás cada día más y las remuneraciones también, porque la confianza es un bien muy codiciado en esta época. Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada dice el libro de Hebreos. 

 

Muchos pierden la confianza por dinero, otros por pereza, por falta de fe, por malos objetivos, por depresión, por cansancio, por miles de excusas. Recuerda que la confianza es algo que el otro tiene tuyo, el otro tiene tu imagen, él ve tus actitudes y analiza si eres de confianza mirando tu vida. Es que tu vida habla más fuerte que las palabras.  Y nosotros, los que tenemos la alegría de ser Embajadores de Cristo, los que recibimos la tarea de enseñar los designios secretos de Dios, debemos esforzarnos en ser  dignos de confianza.  

 

Esta sabiduría milenaria puede marcar en tu próximo balance 2016, las grandes diferencias por las que estás luchando hasta hoy sin el éxito que anhelas.  Dios quiere que lo representes, le ayudes como administrador de sus misterios. Te atreves  a caminar sobre este desafío? 

 

Se Feliz en este 2016!

 

Elias Bajer  (elias @ businessandswing.com)