Te fuiste llenando de enojos por…
- Los abusos sufridos
 
- Todo aquello que no lograste cambiar en los demás
 
- La tibieza con la que enfrentaste la vida
 
- Los errores cometidos
 
- Las manipulaciones propias y ajenas
 
- Lo que pensaste que debías ser
 
- El cansancio
 
- Tus miedos
 
- Las amistades perdidas
 
- Tus expectativas exageradas.
 
Pero algo y todo cambió cuando experimentaste la Gracia de Dios.
La Gracia (el Favor Inmerecido) cuando te alcanza y te abraza, te libera de la ira.
¿Por qué?
- Hay permiso para el error
 
- No es necesario controlar el comportamiento ajeno (Dios también les transfiere Su Gracia a los demás)
 
- Renuncias a la calculadora donde todo se trataba de merecimientos
 
- Lo que impulsa tu vida ahora es compartir esa Gracia
 
- La tibieza va dando lugar a la pasión
 
- La Gracia te vincula con la fe, con lo que es posible, más allá de lo que hoy pueda ser tu realidad.
 
La Gracia, de eso se trata; de vivir en la dimensión de la Gracia. La Gracia todo lo cambió. 
Liberación. Sanidad. Crecimiento. Todo esto estuvo a tu disposición. Ahora, tan sólo la Gracia, te permitió alcanzarlo.
La Gracia te liberó de la Desgracia.
Gustavo Bedrossian