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General: Certeza para un mundo inseguro
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 21/01/2019 13:14

En una publicación realizada por la BBC en 2017, en conmemoración del día internacional de la paz, se muestra que ese año “Sudamérica fue la región del planeta en la que hubo un mayor retroceso en este campo (la paz), de acuerdo con el Índice de Paz Global, un informe realizado por el Instituto para la Economía y la Paz”.

El artículo afirma: “Las cuatro regiones más pacíficas —Europa, América del Norte, Asia Pacífico y Sudamérica—, todas registraron retrocesos, con el mayor deterioro general en Sudamérica”. Esto es “debido a las caídas en el ámbito de la seguridad, principalmente debido a los aumentos en las tasas de encarcelamiento y al impacto del terrorismo”.[1]

Estudios como estos nos impactan de forma que aumentan el temor y la inseguridad en nosotros. Con tanta corrupción, maldad, injusticias, crímenes, y demás, ¿cómo viviremos? ¿Qué será de nuestra generación y aún la de nuestros hijos?

Inseguridad en el mundo

Por un lado, nuestros gobernantes parecen incompetentes para realizar su labor de protección y garantía de justicia. Por el otro, los individuos se alejan cada vez más de los estándares morales que deben regir el comportamiento para mantener la paz y un desarrollo social sostenible. Al mismo tiempo, abrazan una cosmovisión secular que los conduce a un reduccionismo de la vida, una deshumanización.

Esto sacude los cimientos de nuestra sociedad, la cual por años estuvo caracterizada por normas morales que garantizan una estabilidad histórica y social. Hoy tenemos una generación atemorizada con el presente e insegura respecto al futuro.

Sin embargo, no hemos sido los únicos que se han sentido caminando en arena movediza. Cientos de años atrás, el salmista David tuvo la misma experiencia en medio de una sociedad en que la maldad iba en aumento. El salmo 12 “es un lamento comunitario que describe un momento en que los mentirosos están en posiciones de autoridad”.[2]

En medio de ese pasaje de la Biblia, los versículos 6-7 nos dicen:

“Las palabras del Señor son palabras puras,
Plata probada en un crisol en la tierra, siete veces refinada.
Tú, Señor, los guardarás;
De esta generación los preservarás para siempre”.

Allí tenemos una promesa segura a la cual aferrarnos en un mundo inseguro. Veamos con mayor detalle dos cosas en esos versículos:

1. La Palabra del Señor es pura.

Lo que Dios dice está libre de impurezas y mentiras (cp. Jn. 3:3). Su Palabra es como un mineral perfectamente refinado. Es libre de toda vileza e hipocresía.

Dios no es como los hombres malvados de nuestra generación (Sal. 50:21). No es como, por ejemplo, las autoridades que mienten en procesos electorales dando promesas que no están comprometidas a cumplir, o que adulan a otros para lograr sus propósitos.

Dios es puro y su Palabra es pura. “El mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos” (Sal. 19:8b). Fue por su Palabra que Él creó todas las cosas (Jn. 1:1). Ella sostiene todo lo que existe (He. 1:3). Más adelante leemos que la Palabra se hizo carne: “El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:14). Es la misma que fue a la cruz, murió, y resucitó por nuestros pecados.

Independientemente de la crisis que vivas en tu país, las promesas de Dios son un sí y un amén (2 Co. 1:20). ¡Confía en su Palabra!

2. El Señor promete cuidar a sus hijos.

Nada es más alentador que saber que, en medio de tanta maldad que nos rodea, Dios protege a los suyos. Otra versión traduce el versículo 7 así: “Podrá haber malvados en el mundo, y la maldad ir en aumento, pero tú siempre nos proteges y nos defiendes de esa gente”.

¿Cuál es la condición de la sociedad en que te encuentras? ¿Hay niveles altos de inseguridad? ¿El temor es el “pan de cada día”? ¿Las autoridades “se hacen de la vista gorda”? ¿No hay esperanza humana para la resolución de los problemas? ¡Confía en tu Dios!

Él es nuestra seguridad en medio de la inseguridad. Hay un cuidado providencial garantizado para sus hijos. Esto no significa que no vendrán dificultades o que no seremos afectados por los males que aquejan la sociedad en que vivimos (Jn. 16:33). Pero sí implica que, aun en medio de esa realidad, Dios proveerá su paz, cuidado, plenitud, y gozo.

Puede que, como David, estés afligido por las malas estrategias políticas y económicas de tu nación, o el aumento significativo de la delincuencia y los efectos que producen. Tal vez eres parte de los consumidores finales que pagan la abusiva carga impositiva fruto de medidas fiscales injustas o insensatas. Tal vez estás abrumado por la experiencia de ver un sistema judicial donde reina la impunidad y corrupción.

Al vivir en una generación así, recordemos: “Las promesas del Señor son puras como la plata refinada en el horno, purificada siete veces. Por lo tanto, Señor, sabemos que protegerás a los oprimidos; los guardarás para siempre de esta generación mentirosa, aunque los malvados anden pavoneándose y se alabe el mal por toda la tierra” (Sal. 12:6-8 NTV).

¿Confías en esta promesa segura?


[1] Por qué Sudamérica es la región del mundo donde más se ha deteriorado la paz.

[2] ESV Global Study Bible, by Crossway.




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