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General: PARABOLA DEL SAMARITANO PARTE #3
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De: Atlacath  (Mensaje original) Enviado: 17/02/2020 16:18

de los samaritanos. En un momento dado algunos líderes judíos exasperados, ante la pérdida de un debate público con Jesús pero tratando desesperadamente de desacreditarlo, le lanzaron el peor insulto que podían imaginar: <<¿No decimos bien nosotros, que tu eres samaritano, y que tienes demonio?>> (Juan 8:48).

Así que aquí está un hombre samaritano, a quien el líder religioso judío típico asumiría que es el enemigo obligado del viajero herido. Si bien el sacerdote y el levita le dieron la espalda, ¿Qué haría este samaritano cuando viera a un judío indefenso en medio de un apartado camino?. ¿Lo mataría y robaría su cadáver?

De ningún modo: <> (Lucas 10:33).

¿Qué está tratando de decir Jesús? Fue una respuesta preliminar a la pregunta original. Y es una respuesta difícil con un reproche sutil dirigido al intérprete de la ley que planteo la cuestión en el primer lugar. Sus posiciones privilegiadas como líderes religiosos no sirvió para que el sacerdote y el levita fuesen aptos para el reino. <> no consiste en derechos de nacimiento y abolengos, o en rituales y confesiones rutinarias de la fe (cf.Santiago 1:27). La religión pura es algo completamente distinto.

 

Como amo el samaritano.

 

El samaritano ahora toma un lugar central en la historia y aquí viene el punto principal: observe como este hombre ama. <> (Lucas 10:33). Nada notable hay aquí. El sacerdote y el levita llegaron hasta ese punto, pero no mostraron su amor. Este hombre un hereje marginado, fue movido por la compasión. Algo en su corazón se compadeció del hombre: una sensación de tristeza, pena. Empatía tierna. El vio y acepto la necesidad urgente de rescatar y recuperar al hombre. El llevo la carga del hombre herido como si fuera la suya propia.

<> (v.34). Este es el polo opuesto de lo que hicieron el sacerdote y el levita. El <>. Recuerde que todo lo de valor había sido tomado del hombre herido. Así que sea cual sea los vendajes que el samaritano uso, salieron de su propia bolsa o de su propia ropa. El vino era un antiséptico y el aceite era un bálsamo y un analgésico. Esto limpiaría y sellaría las heridas de tal manera ayudaría a prevenir la infección. El aceite también hidrataba, calmaba y suavizaba el tejido. (El aceite de oliva era el principal calmante usado en la medicina de esa época y era eficaz para traer alivio rápido del dolor punzante de ulceraciones y heridas sangrantes).

¿De donde vinieron el aceite y el vino? Los viajeros de largas distancias llevaban aceite para cocinar y vino para beber) el agua a lo largo del camino no era potable). El samaritano estaba usando sus propias provisiones. La expresión utilizada nos dice que él no fue tacaño con el vino y el aceite. El no estaba usando un gotero o untando solo un poco en los lugares lesionados. El lavo completamente las heridas del hombre. Jesús esta recalcando deliberadamente la fastuosa generosidad del samaritano.

Entonces Jesús dice: << y poniéndole en su cabalgadura>>; este era probablemente un burro o una mula (v.34). Se trata del <> del samaritano. Así que el samaritano camino mientras que el hombre lesionado iba en su cabalgadura. Lo que Jesús pretende subrayar aquí es que esto no es un cuidado mínimo; el samaritano estaba haciendo un sacrificio extraordinario para alguien que ni siquiera lo sabía.

El samaritano <> (v.34). El no lo dejo allí solo; se quedo con el viajero herido. Adquirió una habitación, instalo a hombre e ella y luego se quedo con él para cuidarlo hasta que recobrara la salud. El continúo tratando sus heridas, lo alimento, velo su sueño, se preocupo que se sintiera cómodo, que tuviera agua para beber y de cualquiera otro cuidado que el hombre herido necesitara. El samaritano se quedo con él durante toda la noche, porque el versículo 35 expresa: <> (énfasis añadido).

Dos denarios eran el salario de dos días completos y por lo que sabemos de los precios en aquel momento, eran suficientes para dos meses de alojamiento y comida en una posada junto al camino como esta. De nuevo, esto era una notable muestra de caridad, especialmente teniendo en cuenta que los hombres eran extraños entre si y habrían sido considerados enemigos por la mayoría. Sin embargo el samaritano renuncio a sus propias ropas a sus provisiones, a su tiempo. A una noche de sueño y una suma importante de dinero. El incluso se comprometió a pagar más si fuera necesario. Alguien podría regañarlo por ingenuamente exponerse a la posibilidad de ser aprovechado. Pero el estaba más preocupado por las necesidades de su prójimo que por cualquier otra cosa. Así que dejo una cuenta abierta a favor del hombre herido.

El samaritano no conocía al hombre. El no sabía por qué el viajero estaba en la condición que lo encontró, y en la narración de la historia por Jesús, ni siquiera se detuvo a investigar o someter al hombre a cualquier tipo de interrogatorio. Su corazón estaba tan lleno de amor que cuando alguien se cruzo en su camino con una necesidad desesperada que él era capaz de satisfacer, hizo todo lo que podía hacer. Nunca hubo una duda o vacilación.

En otras palabras, el samaritano nunca se detuvo a preguntar lo que el abogado había preguntado: <<¿Y quién es mi prójimo?>>. La pregunta mucho más importante seria: <<¿De quién soy yo prójimo?>>. La respuesta es de cualquier persona en necesidad.

Pero seamos honestos con nosotros mismos. Si nos encontramos en un escenario como este en la vida real, la mayoría de nosotros probablemente pensaría que la generosidad del samaritano hacia un extraño parecía excesiva. ¿Alguna vez dejo todo de lado para ayudar a un desconocido en una situación desesperada? Mas al punto, ¿alguna vez ha hecho esto a alguien que era su enemigo? ¿Corrió usted el riesgo de contagiarse con tal de ministrar a todas sus necesidades? ¿Le proporciono todo lo que necesitaba, vendas para sus heridas, le alimento, se quedo con él a través de una larga noche de dolor, pago sus cuentas, le proveyó habitación por varias semanas, comida y atención medica, y luego le dejo un cheque en blanco para que pagara todo lo que pudiera necesitar en el ínterin?

¿No?

 

Amor sin límites.

 

En realidad, no hay alguien que ha hecho todas estas cosas: usted para sí mismo. Esta es precisamente la forma en que cuidamos de nuestras propias necesidades. Dame lo que necesito. Llama al mejor medico. Llévame a la mejor instalación médica. Organiza el mejor cuidado que puedas conseguir. Cuida de mí siempre y cuando lo necesite. Mímame. No escatimes nada para mí. Podríamos conseguir estar ms cerca al verdadero sacrificio propio con un miembro de la familia o con un amigo cercano. Pero, ¿Quién aria esto por un extraño, y mas, por un enemigo? Esto es algo que simplemente no se hace.

Sin duda usted ha hecho algo maravillosamente generoso en algún momento de su vida. Pero ¿en realidad ama a extraños como este, todo el tiempo?

Por supuesto que no. Jesús esta describiendo un amor poco común que no tiene límites. Tenga en cuenta que esta es también una especie de replica a la pregunta original del intérprete de la ley en Lucas 10:25: <<¿Haciendo que cosas heredare la vida eterna? La respuesta es la siguiente:

¿Qué esta escrito en la ley?

<> (v.27).

<> (v.28)

Jesus conto la parábola del buen samaritano con el fin de mostrar el estándar increíblemente alto que establece la ley para nosotros. Es un reproche no solo para el abogado, sino también para todos nosotros. Si realmente amaramos siempre a nuestros prójimos de la misma forma en que amamos y cuidamos de nosotros mismos, la generosidad del samaritano no parecería tan notable.

Cualquiera que fuera la trampa polémica que el intérprete de la ley tenía prevista poner a Jesús, fue vencida por esta parábola. Al final de la Historia, Jesús le volvió la propia pregunta al abogado: <<¿Quién, pues de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?>> (v.36).

Con la poderosa lección de la parábola todavía flotando en el aire, el abogado tenía una sola respuesta posible: <> (v. 37).

La siguiente respuesta de Jesús debería haber provocado una profunda convicción y una humilde confesión de la propia incapacidad del hombre: << Ve, y has tu lo mismo>> (v. 37).

Aquí está el asunto: la ley exige que usted ame así todo el tiempo. Como intérprete de la ley, el hombre debería haber sabido que no podía realizar un simple acto de altruismo extravagante e imaginar que él había cumplido con las exigencias de la ley para siempre. La ley exige la perfección todo el tiempo. <> (Deuteronomio 27:26). <> (Santiago 2:10).

Así que la respuesta final de Jesús al hombre: <>, debería haber movido al intérprete de la ley para abogar por la gracia y el perdón. Si esto es lo que significa la ley cuando promete vida a los que obedecen (Levítico 18:5), nosotros no tenemos esperanza en absoluto bajo la ley. Lo único que la ley pude hacer por nosotros es condenarnos. <> (Romanos 7:10). Debido a que la ley exige una absoluta perfección sagrada (Mateo 5:48), nadie que alguna vez haya pecado puede estar preparado para la vida eterna en términos de la ley. Esto es lo que el abogado debería haberse dado cuenta. Así debemos hacerlo nosotros. La plena verdad es que incluso los cristianos, en cuyos corazones <> (Romanos 5:5) no aman consecuentemente como exige la ley.

Pero hay una lección más profunda aquí. La forma en que el buen samaritano cuido al viajero es la manera en que Dios ama a los pecadores. De hecho, el amor de Dios es infinitamente más profundo y más increíble que esto. El samaritano sacrifico su tiempo y dinero para cuidar a un enemigo herido. Dios dio a su propio Hijo eterno para que muriera por los pecadores que merecen nada más que la condenación eterna. <> (Romanos 5:6-8). De hecho, <enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo>> (v. 10, énfasis añadido).

¿Que hizo Cristo para redimir a su pueblo que supera con creces el acto admirable de benevolencia en la parábola? Cristo es la encarnación viva del amor divino en toda su perfección. El es sin pecado: <> (Hebreos 7:26). Durante su vida terrenal, El cumplió literalmente cada jota y cada tilde de la ley en absoluta perfección. Y luego en la muerte, el llevo el castigo del pecado de otros. Por otra parte, su justicia inmaculada, incluyendo el merito completo de ese perfecto amor, es imputada a aquellos que confían en El cómo Señor y Salvador. Sus pecados son perdonados y son vestidos de la justicia perfecta que requiere la ley. Heredan la vida eterna, no como una recompensa por sus buenas obras, sino por pura gracia, por la obra de Cristo en favor de ellos.

Si este abogado solo hubiera confesado su culpa y admitido su incapacidad para hacer lo que la ley exige, Jesús habría estado dispuesto a ofrecerle una eternidad de misericordia, gracia, perdón y amor verdadero. Si el simplemente hubiera sentido su necesidad, la respuesta en lenguaje sencillo y directa a su pregunta ya estaba en los labios de Jesús, quien dijo repetidamente cosas como:<> (Juan 5:24). <> (3:36). <> (10:27-28). <> (11:26).

Jesús nunca hizo tal promesa a almas engreídas y santurronas. Tanto este hombre como el joven rico le hicieron preguntas específicas acerca de cómo heredar la vida eterna, y El les respondió confrontándolos con las exigencias de la ley. Pero para aquellos que tienen oídos para oír, El dejo de forma constante y muy clara que la vida eterna no se gana mediante los meritos de la ley; más bien, es la herencia de gracia de todos los que verdaderamente ponen su fe en Cristo como Señor y Salvador.

¿El hombre acepto la lección que Jesús le estaba enseñando? ¿Confeso su incapacidad cuando Jesús le dijo: <>? ¿Reconoció su necesidad de gracia y arrepentimiento?

Al parecer no. Este es el final de la historia. Lucas pasa inmediatamente a un incidente diferente del ministerio de Jesús. Públicamente deshonrado en su fallido intento de ganar un combate verbal con Jesús, el anónimo intérprete de la ley simplemente desaparece de la narración y nunca oímos hablar de él. Como típica persona religiosa orgullosa y autosuficiente, podría haber hecho una resolución de duplicar sus buenas obras con el fin de demostrarse a si mismo que era digno del favor divino y la vida eterna. Tales personas ignoran (o deciden no creer) lo que la justicia de dios en realidad exige de ellas. Tratan de establecer su propia justicia sin someterse a la justicia que Dios ha revelado en Cristo (cp. Romanos 10:30). Leen la parábola del buen samaritano como si nada mas fuera un mandato para el humanitarismo.

Está bien que la parábola nos motive a perfeccionar nuestro amor por nuestro prójimo. Espero que usted sea motivado de esta manera. Pero si esta es su única respuesta a la parábola, entonces es prácticamente la peor respuesta que alguien podría dar a la lección que Jesús estaba enseñando. Esta parábola tiene el propósito de impulsarnos a confesar nuestra debilidad pecaminosa (revelada en nuestra falta de compasión y amor sacrificial) y buscar gracia y misericordia, acercándonos, arrepentidos, con fe a Jesucristo. El es el único que cumplió verdadera y perfectamente lo que la ley exige de nosotros. Solo El <> (Hebreos 7:25) El es la única fuente verdadera de vida eterna.

Si ese abogado verdaderamente hubiera mirado en la ley de Dios como el mismo recitaba los mandamientos) y hubiera reconocido su pecado en lugar de alejarse <> (Santiago 1:24), habría encontrado un Salvador cuyo yugo es fácil y ligera su carga. Pero como vemos, la Historia termina sin una pizca de arrepentimiento de su parte.

Esta no debe ser nuestra respuesta a esta parábola.

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 19/02/2020 18:15
Amor ágape. Una forma de amor que solamente puede entenderse desde Cristo.

¡Gracias!

HÉCTOR


 
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