Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: RESISTIENDO AL ENEMIGO A TRAVÉS DE LA ORACIÓN
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 26/11/2020 09:46

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).

Pablo acababa de hacer la pregunta: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (8:35).

Claramente, Pablo reconoció la misión de Satanás en estos últimos días: impedir que el pueblo de Dios camine en su gran amor. Muy a menudo, multitudes en la iglesia de hoy están ciegas a esta obra engañosa del enemigo y viven completamente inconscientes de que él les ha impedido con éxito conocer y disfrutar del amor de Dios por ellos.

Nunca debemos temer a nuestro adversario, por supuesto. Pero si no estamos alertas a los sutiles ataques de Satanás a nuestra fe, continuaremos viviendo vidas derrotadas. Pablo sabía lo importante que es exponer las artimañas del diablo y sólo cuando identificamos estos ataques a nuestra fe, es que podemos decir con Pablo: “Nada me puede separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús”.

En todas las épocas, Dios ha colocado intercesores en las mismas líneas del frente para luchar contra los principados y poderes de Satanás. Hoy en día, estos soldados espirituales, “guerreros de oración”, se pueden encontrar en todas las naciones. Judas exhortó: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios” (Judas 20-21). El mensaje para los que están en batalla espiritual es claro: “Edifíquense en la fe. Consérvense en el amor de Dios”.

Es imposible fortalecer nuestra fe mediante la fuerza o la capacidad humana. Sin el Espíritu Santo, simplemente no podemos mantenernos en el conocimiento y la seguridad del amor de Dios por nosotros. Necesitamos el Espíritu de Dios para darnos poder en todas las cosas.

Cuando todo parece conspirar contra el cumplimiento de las promesas de Dios, el Espíritu Santo se levanta en nosotros con verdaderas palabras de consuelo: “¡Espera! ¡Confía en él! Dios está obrando en cada hora de tu situación, así que no vaciles. En lugar de ello, levántate y pelea la buena batalla de la fe”.

David Wilkerson



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados