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ESTE AMOR TUYO Y MÍO
Idealizado,
protegido y aprobado
bajo el influjo
de faraones egipcios
y dioses del olimpo.
Este amor
ávido de caricias,
escapado del infinito,
lo deseo con mi carne quemante
y mi sangre hirviendo
victoriosa.
Lo confieso,
yo que sobrevivo
a las fatigas,
al llanto quedo de violines
en noches largas de pasión
encendida.
Yo que lucho
contra el furor impávido del viento,
contra las caricias perversas,
el ímpetu de la sonrisa fingida,
el silencio
del primer abrazo
de un amor imposible
invocado con llanto.
Yo,
náufrago del deseo incontinente
en frías madrugadas faltas de besos,
de aliento, de palpitaciones,
de suspiros.
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
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