|
|
General: Entrevista con Pablo Milanés
Scegli un’altra bacheca |
|
Rispondi |
Messaggio 1 di 1 di questo argomento |
|
| Da: Guiteras0 (Messaggio originale) |
Inviato: 04/08/2002 20:28 |
Ler hasta el final. Omar Comas
MARTA RUIZ Pablo Milanés, uno de los más destacados trovadores de la revolución cubana, no titubea a la hora de denunciar los errores del régimen, los del pasado y los del presente Tengo 48 años. Vivo en La Habana. Estoy casado por cuarta vez. De mi primer matrimonio, con Olga, no tuve hijos. El segundo matrimonio fue con Yolanda y tuvimos a Lynn, 31 años, y las mellizas Suyley y Lian, 30 años. Del tercer matrimonio, con Soe, tuve a Aide, de 21 años. Y ahora llevo 13 años casado con Sandra y hace 20 meses nació Antonio. Tengo cuatro nietos y cinco perritos. Soy progresista, revolucionario y ateo. Acabo de editar "Pablo querido", un doble CD en que participan excelentes amigos.
. "El tiempo no pasó por mí, se detuvo en mí" LA VANGUARDIA - 03.22 horas - 17/02/2002 IMA SANCHÍS
-Por qué les puso nombres vietnamitas a sus hijas?
Nacieron en el año 70, en plena guerra de Vietnam. Uno estaba inspirado e influenciado por las simpatías. Pero son cubanas cubanas, como toda mi familia.
¿Descendientes de esclavos?
Sí, yo soy de Bayamo, que durante todo el siglo XIX fue una de las ciudades más ricas y nobles de toda Cuba, habitada por terratenientes que mandaban a sus hijos criollos a estudiar a Europa y que volvían cargados de sentimientos rebeldes.
¿Ahí nace su estirpe?
Sí, de los amores entre la hija de uno de esos terratenientes y un negro esclavo. El apellido Milanés le pertenecía a ella y se ha transmitido por línea materna. En mi vida las mujeres mandan.
¿Cuál ha sido la más poderosa?
Mi madre, una modista muy humilde que dio sustento a sus cinco hijos cosiendo en los barrios burgueses. Era una mujer muy sacrificada y le agradezco enormemente que me descubriera y se empeñara en que yo, el más pequeño, fuera alguien.
¿Le ayudaron los espíritus?
No lo sé, pero toda mi familia era seguidora del espiritismo científico de Allan Kardec, un filósofo francés del siglo XIX que tuvo mucha influencia en Cuba. Yo no creí nunca ni en las médium, ni en las religiones, ni en las pitonisas ni en los milagros. Aunque siempre me llevaban al templo. Iba cogidito de la mano de mi abuela y me sentaba a su lado en un gran butacón. Allí empecé a cantar. Eran gente maravillosa.
¿Le hubiera gustado creer?
Todas las cosas que viví en el templo me formaron, en el espiritismo también había enseñanza. Los religiosos, cuando son sinceros y auténticos, tienen una ética muy grande, sobre todo los más humildes. Me gustaría ser creyente antes de morir, convencerme de que voy a ir a la gloria en lugar de ser un pobre y miserable ateo que sabe que se lo van a comer los gusanos.
¿Su padre también era un espiritista convencido?
Sí, era un talabartero, un artesano del cuero. Tenía una gran sensibilidad, de él aprendí a hacer voces y de ahí viene mi afición a construir canciones con segundas voces. Pero fue mi madre la que ya a los seis años empezó a llevarme a todos los programas de radio y televisión para que triunfara. Y yo de niño ya era un triunfador, ganaba todos los concursos, y a los 15 años me convertí en un profesional.
Aparte de convertirle en triunfador, ¿le enseñaron algo más?
La ética para vivir y el respeto hacia los demás. Me proporcionaron mucha felicidad, porque la felicidad depende de las cosas más sencillas y tiene mucho que ver con el aprendizaje de un código de respeto y de educación.
Pero le robaron la infancia...
Un poquito. Yo estudiaba, trabajaba y cantaba. Pero de todas formas era un niño feliz, aunque protestaba porque creía que lo que me correspondía era jugar. Recuerdo que siendo un adolescente, cuando llené por primera vez el teatro Carlos Marx de La Habana, que nadie había llenado con anterioridad, fue tal el éxito que mi madre me pidió que me retirara porque ya estaba lleno de gloria. He tenido muchos momentos de triunfo, pero mi momento de mayor gloria sucede todos los días, cada vez que me enfrento al público, que jamás me decepciona.
Entonces nunca habrá pensado en retirarse.
Puse una fecha muy significativa y seria para retirarme: los 50 años cantando. Pero cuando ha llegado el momento me he arrepentido.
¿Por qué?
Me duele mucho ver a los viejitos haciendo el ridículo. Cuando converso con ellos me doy cuenta de que creen que lo están haciendo exactamente igual que hace 30 años. No me gustaría llegar a esa tercera o cuarta edad y no darme cuenta de que estoy desafinando, de que tengo la voz mala. Pero, ¿qué pasó? Que también he visto viejos que emocionan a la gente, que no les queda voz, pero que les queda corazón. Entonces he rectificado mi forma de pensar: ya no me voy a retirar, voy a seguir cantando hasta que me muera.
Como Compay Segundo.
Modestia aparte, fui yo quien lo dio a conocer en el año 1989, pero no tenía los medios para hacer la promoción mundial que le han hecho los norteamericanos.
¿Se alegra de su éxito?
Sí, me alegro. De lo que no me alegro es de que Compay no se acuerde de que empezó conmigo y nunca lo haya nombrado. Pero igual es la memoria, que le falla, tiene 94 años. Así empecé con mucha gente como él, haciendo un trabajo de recopilación de música tradicional cubana.
¿Conserva amigos de la infancia?
Sí, conservo tres amigos, otros han fallecido y otros se han ido de Cuba.
¿Y qué dicen de usted?
Que soy el mismo. Para ellos soy juguetón, ingenuo, sencillo e irresponsable en muchas cosas. Pero de una irresponsabilidad candorosa, esa que no hace daño. También me lo dicen mis hijas: "Papi, qué irresponsable eres".
¿Qué es la familia?
Si fuera por mí, diría que la familia es una entidad en crisis, ¡hoy en día debería ya ser eso! Pero debo reconocer que sorprendentemente es una de las estructuras que sostienen los valores de la sociedad. Soy anticonvencional y no me gusta refugiarme en la familia, porque creo que la felicidad del hombre está en la colectividad. Pero la sociedad se ha depauperado tanto que finalmente sólo nos queda la familia como último refugio.
¿Cómo se lleva con todas sus ex mujeres?
Muy bien. El amor es confuso, conozco filósofos que han hablado de todo menos del amor, porque no se atreven a definirlo. Nadie puede dar una definición de amor, ni siquiera Carlos Marx.
¿Cómo era la Cuba de su adolescencia?
Era una Cuba muy linda, un bellezón de mujer por fuera, pero con un cáncer horrible por dentro. Era una Cuba enferma de políticos corruptos, gángsters, pandillas... Había que cambiarla.
¿Y usted se propuso cambiarla con 15 años?
Cuando triunfó la revolución yo todavía era un ignorante político, no sabía lo que era ser revolucionario y progresista, sólo tenía intuiciones, pero la revolución me ayudó a proyectarme y a definirme.
¿En su familia estaban todos de acuerdo con la revolución?
No, en las familias cubanas nunca ha habido acuerdo, siempre han existido contradicciones. De hecho, creo que es el mayor desgarro que sufre la sociedad cubana y uno de los peores errores de la revolución que todavía no se han sabido solucionar. Los cubanos no debíamos haber acabado separados.
¿Se considera un peón importante de la revolución cubana?
Estuve haciendo tientos revolucionarios desde el punto de vista de la canción desde los 17 años, pero de una forma aislada, sin intervenir en nada, siendo un miliciano normal. Mis canciones más comprometidas llegan más tarde, cuando empiezan a llamarme Pablito.
¿Y cuándo empiezan a aparecer las contradicciones?
Las contradicciones aparecen cuando el enemigo aprieta, tú tienes que definirte y, a veces, no escoges el mejor camino. Así se tomaron determinadas medidas reaccionarias y represivas (censura, falta de libertades...), medidas estalinistas que no tenían sentido y que todavía sobreviven. Pero por encima de todo había algo más profundo: cómo se estaba trabajando en pos de la igualdad, la educación, la cultura y una visión científica y humanista del mundo.
Entre tanto, usted se casa.
Sí, con mi primer amor real, con Olga. Yo ya cantaba en grupos profesionales, primero con un cuarteto que se especializó en música del sur de Estados Unidos, en espirituales negros, luego con un cuarteto de jazz. Tres años después ya asumí plenamente la revolución de forma cultural, que no política.
¿Cómo se hace eso?
Pensaba que había que convertir una tradición musical que hablaba del ayer en canciones que dijeran cosas de hoy. Así nació "Mis 22 años", que los musicólogos consideran puente entre la generación prerrevolucionaria y la revolucionaria.
¿Qué ha sido lo más importante en su vida?
Lo que no he logrado todavía. Cada vez que termino un trabajo pienso que tiene miles de errores y no me tengo ningún respeto a mí mismo. Pero pienso que ésa es una nueva meta para hacer algo más valioso.Lo que me parece extraordinario es que a mi edad tenga la misma respuesta del público que tenía hace cuarenta años. Eso me alienta.
¿La música es lo más importante en su vida?
No, pero cuando te pones a dar vueltas a las cosas te das cuenta de que es lo único que sabes hacer y lo mejor que sabes hacer. Entonces dices: "No le des más vueltas: haz lo que sepas hacer y entrégalo".
¿Y la vida, los amigos, los hijos...?
Los amigos forman parte de todo eso, lo conforman. Cuando tú eres un creador, aun sin saberlo, todo lo que te rodea lo llevas a tu creación.
¿Cuál ha sido la mayor traición de su vida?
La que me ha podido hacer un amigo o una persona querida traicionando los sentimientos de ambos, y no lo perdono. No tolero la mentira, ni la hipocresía ni el oportunismo. No me gusta ni vivirlo ni verlo.
Entonces estará usted decepcionado de la política.
Bastante, está llena de corruptos y los políticos ya no tienen ninguna credibilidad. Incluso he llegado a la conclusión de que cuando somos jóvenes creemos que tenemos posiciones políticas y luego, cuando cumples los 50, te das cuenta de que eras un revolucionario, un progresista, pero que de ninguna manera fuiste político, porque tú eras auténtico.
¿Qué es lo mejor que ha hecho por alguien?
Hay una convicción que yo no tenía y que ahora tengo, y lo digo despojado de toda visión de estrella: lo mejor que he dado a todos los que quiero es ser como soy, y estoy orgulloso de eso.
¿Le ha hecho daño la fama?
No, aunque sé que he escapado por un tilín, porque es muy difícil sustraerse a ella. Es lo más atractivo que he visto en mi vida, pero la fama envilece mucho. Es como una puta muy bella que te atrae.
¿Qué principios rigen su vida?
Ser como soy y no traicionarme. Creo que cumpliendo este principio hasta que me muera yo voy a ser un hombre feliz.
¿Nunca ha dudado?
No, nunca he dudado, ni nunca me he fallado a mí mismo.
¿Se están perdiendo los valores en Cuba?
Cuba ha tenido una crisis económica en la que se han perdido valores morales. Medidas económicas como la dolarización han vuelto a instaurar diferencias sociales entre los cubanos. Sin embargo, cuando doy una vuelta por el mundo y después regreso a Cuba, digo: "No estamos tan mal".
¿Qué opina de los cubanos de Miami?
Al principio estaba lleno de prejuicios hacia ellos, lo reconozco, pero enseguida me di cuenta de que era un error, de que no se puede ser esclavo de la política. En todo caso hay que serlo de los sentimientos y de la hermandad, del patriotismo, que es una palabra a la que no me gusta apelar, pero Cuba es la patria de todos los cubanos.
Entonces, ¿se equivoca Fidel?
Se equivoca todo el que sea intolerante y absolutista. Se equivocan Fidel y 100.000 más.
¿Qué hacen los talibán en Cuba?
Creo que eso es una provocación absoluta, porque Estados Unidos tiene bases en el mundo mucho más cercanas a Afganistán que Cuba. Es una provocación a la que Fidel no ha respondido, no sé si con mucha tolerancia o con mucha inteligencia, pero yo no pienso igual que él. Creo que Bush es tan terrorista como Bin Laden, y que oficialmente en Cuba estamos admitiendo mediante el silencio la violación de derechos humanos.
_______________________________________________________________ Yahoo! Messenger Nueva versión: Webcam, voz, y mucho más ¡Gratis! Descárgalo ya desde http://messenger.yahoo.es
|
|
|
Primo
Precedente
Senza risposta
Successivo
Ultimo
|
|
|
| |
|
|
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati | |
|
|