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General: Chavez y los anarquistas
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De: OmarComas1  (Mensagem original) Enviado: 02/10/2002 14:08


(Hoy martes 1 de octubre sale a la calle un
nuevo número del vocero anarquista venezolano, que en la siguiente edición
- prevista para fines de noviembre - llegará a los 7 años de vida. En este # 29
destaca el artículo que sigue, donde el compa Pedro Pablo da cabal respuesta a
las acusaciones que el chavismo ha lanzado recientemente contra el movimiento
anarquista local)

 

         
Un cierto panfleto bolivariano

En agosto pasado, el chavismo distribuyó
ampliamente un volante firmado por el equipo de análisis político de la
Alcaldía del Municipio Libertador-Caracas
(también circuló ampliamente vía
Internet y fue reproducido en varias publicaciones pro-gubernamentales), donde
se hace una crítica al anarquismo y su concepción de cambio y revolución frente
a la llamada revolución bolivariana. Nos creemos en la obligación de responder a
esta crítica, surgida no sabemos por qué causa precisa, pero que adivinamos nace
del temor frente a un movimiento que en el mundo se ha mostrado como la mejor
alternativa frente al actual orden de cosas, algo que la revolución bolivariana
dice aspirar y cuyo fracaso en alcanzarlo es evidente para
todos.

Con pintoresca exageración en el discurso, se abre
diciendo: La revolución bolivariana es la más hermosa propuesta de cambio
planteada al país en los últimos 100 años
. Hablar de propuesta (desconocida
más allá de afirmaciones propagandísticas, generales y vacías de contenido)
luego de casi 4 años en el gobierno es una exageración porque, como dice el
refrán, lo que va a salir se asoma y lo que se ha asomado se parece más a la
clásica combinación latinoamericana de liberalismo económico con autoritarismo
político y populismo verbal, aderezada con mucha ineptitud y torpeza, que nadie
puede asociar razonablemente con una revolución y menos socialista. Lo que ha
sido el movimiento chavista es revolución si por tal se entiende girar en el
mismo lugar alrededor de un mismo punto; es cambio si se trata un quítate tu
para ponerme yo en el disfrute del tesoro público; y hay que tener un sentido
estético muy particular para ver lo hermoso de la miseria, hambre, degradación y
desamparo que padecemos tras estos 44 meses de ineptitud al timón. Agravado
porque, como bien lo dice el escrito, Venezuela es un país con inmensas
riquezas y una profunda vocación de paz
.

No entraremos en el detalle de los absurdos que
pueblan el libelo, como que la marcha del 11-A es una señal de que la
oposición pierde
; como la defensa de una paz armada, obsoleta
herencia conceptual de la Guerra Fría; como la denuncia que hacen contra los
retorcidos intentos del TSJ
(Tribunal Supremo de Justicia), olvidando que
fue la revolución quien lo nombró; como la oscuridad que envuelve el abundante
uso de la categoría pueblo, de claro origen fascista; ni la
reivindicación de la figura de Chávez, nada brillante en las confusas jornadas
del 11-A y días subsiguientes, investido aquí como único líder reconocido
por el pueblo y por todos los revolucionarios
.

Centrémonos en la crítica al anarquismo, construida
con más calificativos que ideas sustantivas. Dice el panfleto: A los
anarquistas con sus discursos pseudo revolucionarios, incendiarios y su
desesperación inmadura, les decimos que la revolución es con todos y para
todos
. Resulta que somos pseudo revolucionarios, como si abogar por la
desaparición de todo poder autoritario institucionalizado, entre otras cosas,
fuera pseudo; somos incendiarios, lo que no sabemos a qué se refiere a menos que
tenga que ver con el fuego que prende en los corazones de quienes reflexionan
sobre nuestra prédica; padecemos de desesperación inmadura, ignorando que el
anarquismo lucha denodadamente por un cambio revolucionario auténtico desde
antes que apareciera el marxismo y lo hace en todo el mundo, con páginas
heroicas escritas en América Latina, sin desalentarse en sus aspiraciones, con
fracasos y éxitos que han servido para madurar nuestras ideas, dar solidez a
nuestras propuestas y responsabilidad a los que las sostenemos.

Prueba de esta ignorancia es que aconsejan que la
revolución es con todos y para todos precisamente al anarquismo, que reniega de
cualquier división y distinción, que por eso no es demócrata (gobierno de
alguien sobre otro al que "representa") sino ácrata (nadie gobierna a nadie),
que rechaza cualquier liderazgo permanente como el que ese mismo impreso reclama
para la revolución bolivariana, y que consiste en una dirección colectiva
socialmente reconocida
(no pretenden que sea aceptada ni elegida),
constituida por un centro de dirección revolucionaria que organice y
conduzca al pueblo
. A diferencia del anarquismo que surgió, se nutrió y se
nutre de la gente, parece que  el chavismo considera al pueblo como una
sarta de estúpidos que necesitan ser organizados y conducidos. Si hubiera
resistencia, entonces el escrito dice que se disponen a la confrontación
combinando la violencia y lo institucional
, renegando de los
conciliadores
y de las negociaciones, en clara revelación de que
sus intenciones son exclusivamente de dominación.

Sin duda que el punto clave de esta crítica es la
oración que proclama: Es preciso que comprenda [el anarquismo] que
un pueblo, sin una dirección que construya estrategias en todos los terrenos, es
un pueblo inerme frente a sus enemigos y destinado a perderse en escaramuzas
aisladas y de segundo orden
. La expresión habla por sí sola. Por lo pronto
reconoce que el anarquismo no admite supremacías ni liderazgos de nadie; pero lo
grave es que contradice el consejo que nos diera antes al hacer una clara
exposición de cómo considera al pueblo, puesto que afirma que por sí solo es
inerme y, como no puede pensar, está destinado a perderse. Ante esta ineptitud
de la gente, este infantilismo del pueblo, la revolución bolivariana pregona que
sólo le queda obedecer las esclarecidas estrategias de los líderes, que son
ellos (Mussolini no lo habría dicho mejor). ¿Puede alguien sensato, anarquista o
no, aceptar esta propuesta (depositar toda esperanza en un grupito de mortales
que en nuestro caso ni siquiera tiene calificaciones altas en nada) cuando,
desde la revolución rusa hasta Hitler, pasando por Mussolini, Franco, Perón y
Fidel, ha demostrado su inutilidad en forma contundente? Sólo desde una
perspectiva anclada en el Siglo XIX se puede proferir una declaración tan
anacrónica e insultante para la inteligencia. Si algo ha aprendido la gente en
el mundo con todos los fracasos del Siglo XX, y lo está aprendiendo en Venezuela
a pasos agigantados, es precisamente que no se debe dejar la dirección de
ninguno de sus asuntos en manos de nadie que no sea las de ellos mismos. A lo
más, permitir que alguien coordine o administre, un empleado, pero está fuera
del buen sentido y de la experiencia histórica optar por un centro de dirección
revolucionaria que organice y conduzca al pueblo, fije metas y objetivos,
construya estrategias, nos fiscalice y luego nos notifique en un círculo
bolivariano cuales son nuestras obligaciones, mientras sufrimos penurias a causa
de la revolución bonita. Todo esto porque somos supuestamente incapaces
para elegir nuestro camino.

Pasando por un momento al plano práctico de la
rimbombante revolución dirigida por ese núcleo de iluminados que conducirá y
ordenará, por los que hay que dar todo; tenemos algunas preguntas como parte del
pueblo que no participa en negociaciones cupulares, ni somos
explotadores terratenientes o travestis de la dominación foránea:
¿quiénes integran ese centro de dirección revolucionaria, cuántos son, qué
pretenden, quién los nombra?, ¿los elige el Espíritu Santo en un Pentecostés
Bolivariano?, ¿en ese centro acaso no estuvieron Olavarría, Miquelena, Peña,
Angela Zago, los 4 Comandantes, Izarra, Escarrá, Lameda, Puchi, Pablo Medina?
(algunos de los ex-chavistas que ahora adversan al Comandante)... De acuerdo a
lo que hemos visto, el fulano centro de dirección revolucionaria parece cambiar
según los ciclos lunares. Dado que el escrito afirma que no se trata de un
problema con Chávez o contra Chávez
, cuando Miquelena se separó ¿con quién
de los dos se fue la revolución y por qué?. El auténtico movimiento
revolucionario, originado en las propuestas del 4-F, ¿Es el de Chávez o el de
los otros comandantes con Arias a la cabeza?...  ¡Cuántas frases hechas
dichas sin ningún fundamento y sin ninguna relación con la
realidad!

Pareciera que este rollo
antiliberal-bolivariano-indígenista-ecológico-cristiano-
pacífico-armado-democrático-participativo-moralista-revolucionario no es más que
una mampara que oculta el burdo culto a una persona, porque si bien no se trata
de un problema con Chávez o contra Chávez resulta que es impensable prescindir
del único líder reconocido por el pueblo y por todos los
revolucionarios
. Así se entiende mejor la crítica del panfleto a los
anarquistas. Bolivarianos o "escuálidos" (mote que Chávez le acuñó a la
oposición parlamentaria), toda la dirigencia venezolana está educada en el modo
del poder personalista, de mandar arbitrariamente, de usar a la gente y a los
bienes públicos en su beneficio propio o, a lo más, de su grupo. Así lo hicieron
los caudillos del siglo XIX, así lo hizo Gómez (dictador entre 1908 y 1935), así
lo hicieron los dirigentes en la democracia post-1958, y así pretende hacerlo
tanto Chávez como sus adversarios institucionales. Todos hablan de libertades,
de prosperidad, de construir futuro mejor, pero se trata del gatopardismo de
cambiar todo para que todo quede como está. Frente a este afán de dominación,
sólo el anarquismo se levanta como una referencia en contrario y es tan molesto
para el chavismo como para cualquiera que haya dirigido, o aspire dirigir, al
aparato estatal.

A través de los años los únicos que han negado que
el individuo deba ceder las prerrogativas que le corresponden como persona en
aras de una ideología, de una religión, de un caudillo o de una revolución hemos
sido los anarquistas. Para la revolución real, no hay que ceder nada en manos de
nadie, sino que debemos sumar, buscar voluntaria y armónicamente lo que
consideremos lo mejor para todos. Somos adultos, podemos hacernos cargo de
nuestros asuntos sin necesidad de nadie que nos ordene y conduzca. Y aprendimos
esto de muchos de los indígenas de América que así han vivido, de 150 años de
luchas sindicales, de la revolución española de 1936 y de tantas formas de
organización que la gente sabe darse en su propio beneficio, sin necesidad de
que alguien nos diga qué debemos hacer. A diferencia de lo que parece ser la
propuesta bolivariana de defender la supuesta revolución por la revolución
misma, el anarquismo nunca defendió las abstracciones vacías y cuando promueve
la revolución lo hace por cada uno de nosotros, buscando no el bienestar de la
humanidad en genérico sino el de cada persona concreta.

El panfleto dice: A los bolivarianos nos
parecía que era suficiente
[para avanzar por la vía de la redención
popular] un Estado que dirigiera de manera consciente el reparto de riqueza
de manera justa
. Se dieron cuenta de que no es así, sólo que la razón del
fracaso no es la protesta de la oposición del 11-A como afirman. La primera
causa está en pretender que alguien debe asumir el papel de salvador y por eso
le debemos obediencia ciega. La segunda causa es plantear la salvación mediada
por un Estado cuya propia existencia radica en impedir esa liberación. Es como
tratar de apagar un incendio con una lata de gasolina y, por hacer eso estamos
como estamos. Claro que también cabe que lo que buscan no sea la redención
popular sino mantener la dominación, pero con otros beneficiarios y cambiando el
discurso. Sea cual fuere la razón, el anarquismo con su alternativa sirve como
espejo, mostrando lo absurdo de los intentos de maquillar el afán de poder y
señalando el camino de una auténtica revolución, que no se apoye en la
esclavizante sumisión a una estructura militarizada sino en la igualdad, la
libertad y la solidaridad entre los integrantes de esta sufrida
humanidad.

Coincidimos con lo que termina diciendo el volante:
cualquier salida que pretenda violentar nuestros derechos democráticos y
soberanos tendrá que enfrentar a un pueblo con convicción
. Pero entre esas
salidas cuestionadas entendemos que la revolución bolivariana está en
igual plano con las aventuras golpistas de derecha o las marrullerías de la
"salida institucional" que tanto entusiasmo generan en los políticos de
oposición. Mientras que intenten pasar por la puerta del Estado tendremos que
prepararnos para muchos fracasos, porque esa puerta no da a ninguna vía
positiva. Los males del capitalismo no se solucionan manteniendo y fortaleciendo
la estructura política que lo sostiene, el Estado, por más que se pretenda
disfrazarlo de revolucionario. En el mundo actual, proponer que la salvación es
un Estado con un único líder reconocido por el pueblo, sea Chávez o
cualquier otro, es hablar de un círculo
cuadrado.


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