El término "emigración cubana" es cambiante. Y si un día reunió en su mayoría a ex terratenientes, ex latifundistas, empresarios, terroristas y personeros del régimen de Batista y de la comparsa pseudorrepublicana, al paso de los años esa emigración fue incluyendo en su seno a otros sectores sociales producto de distintas razones. El cambio más notable se produjo en 1980, cuando llegaron a las costas de la Florida 125 mil "marielitos", que desde entonces han cargado en sus espaldas con ese apellido, como un recordatorio por parte de la sociedad norteamericana de que los nuevos arribantes eran considerados distintos a sus predecesores. A los "balseros" también les han hecho y le harán el mismo recordatorio.
El movimiento de nuestros nacionales no se ha separado mucho de las tendencias que en el mundo indican que los migrantes van de las áreas de menor a las de mayor desarrollo relativo. Si en algo se ha distinguido el movimiento de nuestros nacionales desde 1959, es que ha sido consecuencia de la política hostil de nueve administraciones norteamericanas que han situado en el centro de sus acciones contra Cuba el estímulo a una emigración ilegal, desordenada e insegura desde la Isla, con los ojos puestos en la desestabilización soñada de nuestra sociedad.
El fenómeno de la emigración desde Cuba no es tan voluminoso como se ha pretendido hacer ver, si lo comparamos con los propios flujos migratorios del resto del mundo que indican como normal una relación porcentual de 10 a 15% entre los nacionales viviendo en frontera y los que se desplazan al exterior. En nuestro caso ese coeficiente es de un poco más de 12%.
Es una conclusión obligada el que "poca gente se ha ido de Cuba", si se conoce que Estados Unidos gastó más de mil millones de dólares en el Programa de Refugiados Cubanos en los años sesenta para asentar, legalizar, darle trabajo y cubrir los gastos de seguridad social a cuanto cubano llegara a sus costas renegando del socialismo. Esa conclusión se reafirma si se entiende el impacto de la Ley de Ajuste Cubano, texto jurídico único en su tipo que ha hecho imposible que exista un solo inmigrante cubano ilegal en aquel país, a pesar de que muchos de ellos han llegado sin documentos, en naves o aeronaves robadas, después de desfalcar una empresa o de asesinar en su país de origen. Durante años la llamada Small Business Administration (Administración de Pequeños Negocios) de Estados Unidos, tuvo una especial predilección por los proyectos presentados por cubanos para ofrecer financiamiento para el surgimiento de pequeños negocios, que al cabo del tiempo sirvieron para explicar en parte el éxito empresarial de los "exiliados" cubanos, al que no han podido ni siquiera acercarse otras minorías de inmigrantes que no provenían de un país que había realizado un cambio económico social que estremeció el esquema norteamericano de dominación regional.