Declaración del MINREX

En horas de la mañana del día de hoy, 11 de noviembre, se produjo el secuestro de una aeronave del tipo AN-2, dedicada a labores de fumigación, con matrícula CUC-1086 y vuelo autorizado desde la pista de Los Palacios hacia la pista de la ciudad de Pinar del Río. Dicho avión, tripulado por el Capitán Instructor Nemencio Carlos Alonso Guerra, aterrizó en el aeropuerto de Pinar del Río, donde recogió ilegalmente a un grupo de personas, incluido un menor de edad, y se dirigió a Cayo Hueso, Florida.

Con el objetivo de expresar su más enérgico rechazo a este repudiable hecho de piratería aérea, el Ministerio de Relaciones Exteriores entregó en la tarde de hoy una nota diplomática a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, en la que, además de repudiar el secuestro, se demanda de las autoridades norteamericanas la inmediata devolución a Cuba de los comisores de esta vandálica acción, del resto de los inmigrantes ilegales involucrados en este hecho y de la aeronave secuestrada, que es propiedad de la República de Cuba, así como la entrega a la mayor brevedad de toda la información de que disponen las autoridades norteamericanas sobre este incidente.

Al momento de emitirse esta declaración, el Gobierno de los Estados Unidos aún no ha ofrecido la más mínima información sobre este hecho a las autoridades cubanas.

Acciones repudiables como esta, en la que se puso en peligro no solo la vida de las personas que viajaban en el avión secuestrado y los responsables del repudiable hecho, sino la de un menor de edad, solamente pueden realizarse por elementos sin escrúpulos, violadores de las más elementales normas de seguridad del tráfico aéreo internacional y de las leyes cubanas y norteamericanas que sancionan el secuestro de aviones como acto terrorista.

El secuestro de naves aéreas está tipificado claramente como un delito de terrorismo en el Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves del año 1970, del que Estados Unidos y Cuba son Estados Parte.

La responsabilidad de que delitos como este secuestro se cometan recae por entero sobre el Gobierno de Estados Unidos, que mantiene en vigor y aplica sistemáticamente la asesina Ley de Ajuste Cubano, que con su tratamiento privilegiado y excepcional estimula con fines propagandísticos la emigración ilegal desde Cuba.

No es casual que este acto tenga lugar a solo unos días de las declaraciones del presidente norteamericano George Bush, quien durante una conferencia de prensa en Washington, defendió la existencia de una legislación migratoria "especial" para los cubanos, a diferencia de lo que sucede con los inmigrantes ilegales de otros países, a quienes las autoridades norteamericanas rechazan con violencia sin excepción alguna.

Repitiendo la desgastada retórica de los últimos cuarenta y tres años, el Presidente Bush insistió en la mentira de que el Gobierno cubano persigue a los emigrantes ilegales devueltos por el Servicio de Guardacostas, para justificar la aceptación del mayor número posible de emigrantes ilegales que llegan desde Cuba a los Estados Unidos, el 90 por ciento de ellos fruto del tráfico de inmigrantes por lanchas piratas procedentes de Estados Unidos.

La defensa por el propio Presidente de los Estados Unidos de un engendro legislativo tan criminal como la Ley de Ajuste Cubano, constituye un poderoso estímulo a la realización de actos tan graves como el secuestro de aeronaves.

¿Cómo es posible comprender que el Gobierno de los Estados Unidos practique una política que estimula la piratería aérea y el secuestro de aviones, con sus trágicas consecuencias, en momentos en que se realizan grandes esfuerzos para garantizar la seguridad nacional de los Estados Unidos y proteger sus fronteras y la navegación aérea?

Para explicar esta irracional actitud hacia Cuba, quizás habría que recordar también que actualmente, en plena guerra contra el terrorismo, viven en Miami los autores directos de hechos terroristas tan graves como la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación en 1976, con 73 personas a bordo, así como los responsables de otros actos terroristas realizados contra Cuba.

El Ministerio de Relaciones Exteriores recordó al Gobierno de Estados Unidos que en los Acuerdos Migratorios suscritos entre ambos países en septiembre de 1994 quedó explícitamente reafirmado el interés común en impedir las salidas riesgosas desde Cuba que ponen en peligro las vidas humanas, así como el compromiso de Estados Unidos de descontinuar la práctica de otorgar la admisión provisional a todos los migrantes cubanos que lleguen al territorio de Estados Unidos por vías irregulares; y tomar las medidas efectivas para oponerse e impedir el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar o que llegue a los Estados Unidos desde Cuba mediante el desvío forzoso de aeronaves y embarcaciones.

El Gobierno de Cuba denuncia una vez más, ante la opinión pública de los Estados Unidos e internacional, la falta de voluntad política del Gobierno de los Estados Unidos para negociar con Cuba acuerdos que permitan el enfrentamiento al terrorismo y a la inmigración ilegal, varias veces propuestos y reiterados por Cuba.

El Gobierno de Cuba reitera su firme voluntad de continuar honrando, como hasta ahora, los Acuerdos Migratorios vigentes, y demanda del Gobierno de los Estados Unidos que deje de aplicar la asesina y terrorista Ley de Ajuste Cubano y que, en cumplimiento estricto de los Acuerdos Migratorios suscritos por ambos países, devuelva de forma inmediata a los secuestradores, al resto de los emigrantes ilegales y a la aeronave secuestrada.

La Habana, 11 de noviembre del 2002