EL REPARTO DEL DINERO
Gustavo Espinoza M. | Chile
Recientemente, la influyente revista limeña Caretas publicó una información que nadie ha desmentido en el Perú. Un alto funcionario del Consejo de Seguridad de los Estados Unidos aseguró que un Presidente latinoamericano ofreció a Washington auspiciar la resolución contra Cuba que se aprobó en abril del año pasado en Ginebra, en el seno de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Luego, ese Presidente le dijo a George Bush que por razones internas no podría cumplir ese compromiso. Ocurrió, sin embargo, que asumió la posta en el tema el jefe de Estado del Uruguay, Jorge Batlle, quien obtuvo nada menos que tres millones de dólares por el servicio. El Presidente que no cumplió, perdió puntos en Washington y ahora procura "recuperarse". Aunque nadie lo ha identificado, muchos han creído ver en Alejandro Toledo la representación del mandatario que ofreció sus buenos oficios al Imperio y que esta vez intenta resarcirlo. En efecto, este año ha sido el gobierno peruano coauspiciador de la Moción sobre Cuba, pero ha debido compartir el tema precisamente con el Uruguay de Batlle y la Costa Rica de la derecha más conservadora.
En medios políticos de nuestro país se especula con que el tema fue tratado por el presidente del Consejo de Ministros del Perú, Luis Solari, quien estuvo en Washington a mediados de marzo solicitando nada menos que un Tratado Bilateral de Comercio entre nuestro país y los Estados Unidos, petición que fue aceptada en principio.
El tema no es, sin embargo, un hecho aislado. El Tiempo, de Bogotá reveló en su edición del 24 de marzo que Colombia recibirá un "premio" por apoyar la agresión norteamericana contra Irak. Un aporte de 100 millones de dólares, adicional al paquete de 500 millones ya aprobado para el 2003, ha sido considerado como una entrega excepcional para "combatir el terrorismo".
El nuevo "paquete" puesto en evidencia por el diario conservador de Bogotá está compuesto por recursos destinados a una lucha genérica contra el terrorismo. Se trataría, en realidad, de fondos para la adquisición de equipos en el propio mercado norteamericano y para el entrenamiento en Inteligencia destinado a la lucha contra los grupos insurgentes.
Curiosamente, la oferta de Washington se conoció en Colombia luego del atentado ocurrido en El Nogal a principios de año y el secuestro de tres militares estadounidenses ocurrido en febrero. El primero de estos actos fue negado por las FARC y atribuido más bien a los grupos paramilitares que operan en el país. El segundo, sin embargo, fue reivindicado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que ofrecieron canjear a los militares norteamericanos por ciudadanos colombianos detenidos por el Estado.
La suma de 100 millones de dólares adicionales para Colombia deberá ser aprobada por el Senado de los Estados Unidos en el marco de los 75.000 millones de dólares que el Presidente Bush ha demandado para continuar la guerra en Irak. Y será otorgada al gobierno de Uribe Vélez porque Washington está convencido de que es una administración leal a su causa de guerra y muerte.
En el tema del reparto del dinero, como se ve, el gobierno yanqui no se queda en pequeño. Dólares lavados en sangre pavimentan los negocios en nuestra región en una circunstancia en la que hay en América Latina gobiernos que ponen precio a sus decisiones políticas. Tomado de El Siglo .