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General: "No se puede hacer una Revolucion con drogradictos,vagos y ladrones.
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De: Galo760 (message original) |
Envoyé: 04/12/2003 16:35 |
Uberto Mario Hernández | La entrevista completa
“No se puede hacer una revolución,con drogadictos, vagos y ladrones
Llegó a Venezuela para cubrir la vuelta al Táchira para la radio cubana. Le solicitaron que entrevistara a los entrenadores, después a los deportistas y más tarde a los médicos. También le pidieron que asesorara las radios comunitarias. Pero se decepcionó de la informalidad y la locura que reina en esas emisoras. Ahora se salió del juego y ha pedido asilo político. Se encuentra escondido. Y mientras espera el boleto para salir del país, habla de lo que conoce muy bien: el cubanismo de Chávez.
Por SERGIO DAHBAR.El Nacional.Caracas.Venezuela Colaboración:Joel Rodríguez.Italia.La Nueva Cuba Deciembre 4, 2003
Uberto Mario Hernández Gato es un periodista deportivo cubano, que pisó tierra venezolana por primera vez en el año 2000, de paso hacia Surinam, para cubrir un partido de la eliminatoria del Mundial de Fútbol. No lo sabía en ese momento, pero el roce con la patria de Bolívar sellaría una relación entrañable con el país, y también un dolor profundo por la intolerancia que se desata contra toda persona que piensa por su cuenta y no acepta imposiciones de nadie.
Regresó a Venezuela para cubrir la vuelta al Táchira, en los años 2001, 2002 y 2003. En sus numerosos viajes por el país siempre realizó entrevistas con los deportistas cubanos, para ser trasmitidas en Radio Rebelde de Cuba.
Hernández Gato trabajaba en ese momento en el Instituto Cubano de la Radio y la Televisión, ICRT. Allí existe una resolución que estipula que si un periodista recibe una invitación con los gastos pagos para cubrir eventos deportivos puede salir de la isla. Un amigo que trabajaba en Aeropostal lo ayudó con el pasaje, y así pudo viajar a Venezuela.
Cuando concluyó la cobertura de la Vuelta al Táchira recibió una llamada desde La Habana. Provenía del Inder (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) y le solicitaban que se quedara en Venezuela. Se lo pidió Juantorena, vicepresidente del instituto, quien traía un contingente de entrenadores cubanos. Los debía acompañar por todo el país y entrevistarlos. En las noches el programa Deportivamente de Radio Rebelde reproducía esas conversaciones sobre las experiencias en Venezuela.
De esta manera entra en contacto más directo con la Embajada de Cuba. Le solicitan que algunas de las entrevistas con los entrenadores comiencen a aparecer en Radio Nacional de Venezuela. Que también colabore con temas de opinión. Y lo ubican en la Universidad del Caribe, en Catia La Mar. Allí lo instalan en una habitación, con una computadora e Internet.
En ese momento, año 2002, entra en contacto con la misión de los médicos cubanos. Debe recorrer el país, 11 estados, Margarita incluido, tras los pasos de entrenadores y médicos. Se convierte en un cronista de las misiones cubanas y reporta a Radio Rebelde todo lo que ellos hacen. Sus logros y apreciaciones. De acuerdo con su propia confesión, ya en el año 2000 había empezado a pensar en la idea de salir de Cuba para siempre. No era una decisión sencilla, y menos con un hijo adolescente en la isla. Pero ya no lograba sentirse a gusto en un país en donde la libertad de expresión es una forma de conspiración y una ilegalidad que merece la prisión y a veces la muerte.
Su experiencia en Venezuela es tan rica como compleja. Uberto Mario Hernández puede desmenuzar con conocimiento de causa muchas de las realidades que voceros de la oposición mencionan sin conocer en detalle, ni haberlas presenciado. Sabe de lo que habla, guarda un tesoro en su memoria. Y es capaz de referir matices, de esos que tanto la oposición como el oficialismo dejan pasar por estar anclados a un discurso político en blanco y negro.
Pone ejemplos sobre la mesa. Piensa que la transición no debería eliminar Barrio Abajo si Chávez deja el poder “porque es un buen programa: lleva médicos a zonas en donde nunca habían ido los venezolanos’’. O el nivel de complejidad que posee la presencia de médicos cubanos en casas de venezolanos que no tienen dinero: “los cubanos quieren guardar su sueldo para mandarlo a Cuba y los venezolanos deben usar los pocos bolívares que ganan en su propia familia’’. Algo de lo que funcionarios del Gobierno por supuesto jamás hablan, porque la revolución es la eliminación absoluta de las complejidades de la vida cotidiana. La política no puede detenerse en sentimientos y menos en paradojas.
Otra de las situaciones intolerables que lo llevaron a separarse del camino de la Embajada de Cuba en Venezuela fue la curiosa solicitud que recibió de parte de funcionarios de inteligencia. Requerían que averiguara en su trabajo de periodista, al lado de los médicos en los cerros de Caracas, si alguno de los doctores cubanos se relacionaba con venezolanas, si tenían algún romance, si recibían dinero o mejoraban sus condiciones de vida, si en la nevera había demasiada comida, si tenían un equipo de música valioso, si salen los fines de semana de Caracas a alguna finca... Uberto Mario entendió que no tenía sangre para eso, para desconfiar de cubanos, para convertirse en un sapo, a solicitud de unos funcionarios grises entrenados para pensar que todo ser humano merece ser investigado, incluyéndose él mismo, porque nadie en la vida se encuentra libre de toda sospecha
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De: Galo760 |
Envoyé: 05/12/2003 06:44 |
REBUSQUE CUBANO
“El médico cubano no quiere gastar lo que gana en Venezuela en comida. Sabe la situación que tiene en Cuba y se lo quiere comprar en ropa, zapatos, medias, cosas para los muchachos, porque la mayoría están casados, con hijos. Mandan dinero para allá. Nunca van a poner a correr el dinero aquí. A veces lo hacen y entonces salen y van al centro comercial caro, van a algún lugar y se comen una arepita para matar el hambre, porque no está comiendo bien, y se compra un pomo de refresco para la noche. Aunque mucha gente en la comunidad le regala algo”. Pero algunos médicos amigos me han dicho: “Nos estamos convirtiendo en mendigos, pidiéndole comida a la gente. Yo no voy a gastarme los reales que me pagan aquí -me dicen ellos- en estar comprando comida, eso tienen que ponerlo esta gente, si yo lo estoy salvando y curando”. Las familias que en un inicio se comprometieron a ayudar a los médicos y a colaborar con su mantenimiento, también tienen problemas y te lo dicen: “ven acá, Cuba, pero es que nos dijeron una cosa y es otra, son dos años este médico aquí. ¿Usted cree que con 2, 3 ó 4 kilos de arroz, caraotas, sardinas, podemos mantener un médico aquí? Yo tengo 3 muchachos, y mi mamá...”. Esa es la situación, de la que por supuesto no se puede hablar. Como tampoco pueden hablar los cubanos. Si hablan, se vuelven, los botan pa’ Cuba. |
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De: Galo760 |
Envoyé: 06/12/2003 14:31 |
La decepción de Radio Perola
En julio de 2003 fue invitado –a solicitud de los vecinos de Caricuao- para que asesorara a Radio Perola, emisora comunitaria que obtuvo el Premio Nacional de Periodismo (2002). Primero recibió la llamada de un hombre de inteligencia de la Embajada de Cuba. Le hacen muchas preguntas. El responde que si desean que asesore radios comunitarias lo hace, pero que dejen las preguntas policiales. Al final se concreta la asesoría. Sus cuestionamientos desencajan con la tolerancia de quienes dirigen la emisora.
Sus críticas no fueron bien recibidas en la radio. Lejos de compartir con él su experiencia en el periodismo, miembros de esa comunidad comenzaron a hostigarlo. En este momento Uberto Mario Hernández se encuentra escondido, mientras espera el asilo político para salir de Venezuela.
"No le veo ningún resultado a las radios comunitarias en Venezuela. La radio comunitaria no es decir que están vendiendo harina de pan en la bodega tal. Es buscar ahí a muchachitos con 12 años que ya juega ajedrez y le gana a un gran maestro aquí en Venezuela" ¿Qué pasó cuando usted entró en contacto con Radio Perola? –La primera impresión que tuve el sábado 19 de julio, cuando llegué al Complejo Cultural Alí Primera en Caricuao, fue que todo tenía que ver con el comunismo. No había otra cosa, todo era bandera roja y el Ché y discursos políticos. Llego ahí y me dicen: “Usted va para la casa de la profesora O. a vivir y el lunes comenzamos en la emisora’’. El lunes me presenté en la radio. Aquello era un apartamentico, pequeñito, no había casi nada.
¿Usted debe saber que esa emisora ganó el Premio Nacional de Periodismo en Venezuela? –¿Esa emisora? ¿Cómo?
El Gobierno organiza ese premio y el jurado se lo otorgó. –Si esa emisora ganó Premio Nacional de Periodismo, usted me perdona, colega, no sé a qué le llaman periodismo en Venezuela.
¿Por qué? –Eso es... un antro de drogadictos, los tres operadores de audio, ésos no son más que unos fumadores de droga, ladrones. Como decimos los cubanos: andrajosos, churriosos, con argollas donde quiera, tatuajes. Todo afichado, es una lástima que el Che esté mirando eso... Hay una computadora antigua, una consola pequeñita con un teléfono roto. No tienen ni un bolívar pa’arreglar el cablecito del teléfono, le robaron el disco duro de la computadora y le pusieron uno de uso para venderlo y coger el dinero entre ellos tres. No tienen un profesional de la radio ahí, no tienen un locutor, no tienen un periodista, cualquiera llega y se sienta: “Los escuálidos son esto y lo otro y aquello, aquello”. Pura ofensa a la oposición, “y los chavistas son los mejores del mundo”. Yo por ejemplo dejé de hacer un programa de turismo sobre Cuba porque el operador no iba a trabajar. Y eso era normal.
¿No hacen periodismo? –¿Periodismo? Le dicen homosexuales a la oposición. Eso es Radio Perola, eso es la de Antímano, esa es la de Macarao, esa es la de La Vega. Si tú llegas ahí y te encuentras noviando a los operadores con las novias, la novia sentada en las piernas y él está trabajando, se la pasan fumando, entonces van ponchando un número y otro, y te dicen: “Cuba, regálame 100 ahí pa’l pasaje, Cuba, regálame 300”. ¿Eso es una emisora de radio?
Aparentemente están comprometidos con la revolución. –Con los cuerpos tatuados, con los tenis rotos, con las mismas medias puestas hace una semana, con una peste terrible. No se puede hacer la revolución con drogadictos, vagos y ladrones. Andan con un proyecto de 900 millones de bolívares pa’ arreglar el complejo cultural, que no le han dado ni se los van a dar, gracias a que hay algunos que no creen en ellos. Y lo peor es que cuando los directivos se enteran que voy a llegar, no quieren hablarme porque no me reconocen como asesor. No les gusta que alguien vea esa locura. Y no quieren que nadie observe que por ejemplo en vez de trabajar en la radio organizan excursiones para niños y le piden a los padres 60 cuando vale 40, para quedarse con los 20. ¿Esos son los que van a hacer la revolución en Venezuela?
Pero más allá de la droga y las muchachas y la irresponsabilidad para manejar una radio, ¿cuál era su crítica más contundente? –No le veo ningún resultado a las radios comunitarias en Venezuela. La radio comunitaria no es decir que están vendiendo harina de pan en la bodega tal. Es buscar ahí a muchachitos con 12 años que ya juega ajedrez y le gana a un gran maestro aquí en Venezuela. Dar a conocer ese niño. O dar a conocer la niña que con 10 años ya bailó en el Ballet Nacional y es de Caricuao, del monte, de un barrio y salió de ahí. Esa es la radio comunitaria, pero eso de estar peleando con la gente y de estar llamando a marchas y que este sábado vamos a desfilar y que todo el mundo en la plaza de Caricuao, que todo el mundo lleve las franelas rojas y la gorra roja y la bandera roja... y poner la internacional y las canciones de Alí Primera y de Silvio Rodríguez. ¿Eso es radio comunitaria? Han llegado a decir que Alejandro Sanz es un fascista porque criticó los fusilamientos recientes.
¿Qué ocurre cuando usted presenta sus críticas sobre Radio Perola? –Me asignan a YVKE Mundial. Me dicen que es una radio en transición. Y debía colaborar con la estructura de los programas de deportes, me piden un proyecto para cubrir los juegos de Cojedes. Pero yo debía solicitar una prórroga en la Embajada de Cuba para quedarme más tiempo. Y no me la dan. Y me advierten mis amigos de adentro que no me la darán, porque la orden desde La Habana es que me regresen urgentemente. Y ahí empiezo a recibir correos de mis amigos cubanos que están en la isla que me dicen que no vaya para allá porque estoy condenado. Y estar condenado en Cuba, después de no haber acatado las órdenes en relación con Radio Perola, quiere decir que me van a dictar sentencia de limpiar el piso del comedor de la emisora por años o que voy a repartir periódicos en bicicleta de por vida. No tiene nada de malo eso, pero no me parece que sea razonable que yo haga eso por haber dicho la verdad.
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De: Galo760 |
Envoyé: 08/12/2003 22:03 |
Continuacion........................
Enfrentamiento en Caricuao
¿Usted tuvo un incidente con Nicolás Rivera, uno de los hombres que fue detenido por los hechos ocurridos el 11 de abril en Puente Llaguno? El tiene un programa en Radio Perola. –Nicolás Rivera es un equivocado, un equivocado de la vida, que se le encasquilló su pistola en Puente Llaguno. Yo lo conozco apenas llego porque forma parte del Complejo Cultural Alí Primera. Y pertenece al grupo directivo de Radio Perola, tiene un programa de música latina, salsa y comentarios. No es profesional. Dice 70 disparates por minuto. Y tiene su complejo pistolero. Conmigo tiene que comer feo, porque yo como con las manos, y yo llego a la emisora y un día en la emisora va a tratar de decirme lo que tenía que decir. Le dije: “mira, vengo de un lugar en donde me obligan a decir lo que tengo que decir, es en el único lugar donde digo obligado lo que tengo que decir, aquí digo lo que a mí me dé la gana”. Primer conteo de protección.
"La revolución no se hace con embusteros, con “churriosos”, con pedidores de dinero, con gente que vayan a tu casa a ver si le dejan aunque sea un platico de comida para comer, llevan una franela como el Ché en el pecho, yo no conocí al Ché por hambriento, ni conocí al Ché por drogadicto" ¿A qué se dedica este señor? –Le pagan 600.000 o 700.000 bolívares por no hacer nada. Debe haber mucho dinero en este país. Creo que le pagan por los tiritos de Puente Llaguno. Esta vestido como un dando el día entero. Con lentes oscuros y un bolso. Vendiendo revolución por todas partes. Se la pasa metido en los consultorios de los médicos, metiendo pura mentira, pura paja. Es un vicioso de la palabra. Cómo le pueden pagar 700.000 bolívares a una persona por haber matado a otro. Yo estaba aquí, yo lo ví, eso nadie me lo contó. Yo estaba aquí el 11 de abril.
Nunca hubo buena relación. –Se dedicó a hacerme una quinta columna. Pero salen unas declaraciones mías en Miami y me llaman varios colegas, le doy la entrevista, hablamos al aire, Radio Martí, WQVA y tal, canal 41. Entonces él viene como una fiera: “El cubano es un traidor, el cubano es un desertor, lo voy a joder”. Y coloca un papel donde me insulta en una pared del Complejo Cultural Alí Primera. Yo dije: “Tengo que buscar la forma de tenerlo en mis brazos”. Y así fue, un pana me ayudó a conseguirlo. Nos encontramos en la estación del metro de Caricuao.
No temía que lo fueran a agredir... –Apenas lo vi le dije: Nicolás Rivera, el pistolero de Puente Llaguno, un mes detrás de ti, chico. ¿Tú no sabes que te arranco el pescuezo en un minuto con tu pistolita, con tu Puente Llaguno, con tu Chávez, con tu juicio? Todo eso me queda muy pequeñito a mí. ¿Tú no te das cuenta que cuando tú estabas en los cojones de tu padre yo tiraba tiros en Angola con 18 años y mataba negros inocentes? ¿Cómo tú vas a hablarme de valor y de valentía y vas a decir que soy un traidor? Yo no soy un traidor, Nicolás, yo lo que no quiero es estar más amarrado. Yo voy a ser un traidor cuando traicione a mi hijo, pero a mi nadie me dirige. Te voy a cortar la lengua Nicolás y voy a meterte la mano hasta el hombro. Con un hombre de testigo, porque pa’ eso llevé a mi amigo de testigo. No puedes estar hablando de mí, tú no eres nadie en Caricuao, usted es un cagao pistolero que se le encasquilló la pistola, los tiros se le tiran a los hombres al pecho con una pistola. A partir de hoy el venezolano que a mí me pregunte la hora aquí, te busco y te voy a reventar a ti, te voy a partir la madre porque me va a parecer que tú lo mandaste, ni la hora se me puede preguntar a mí en Venezuela. Y vas a arrancar ese papelito que pusiste en el complejo cultural, porque si no te voy a guindar al lado del papelito. Así fue. Le metí un frío.
¿Esta es la revolución que prometió Hugo Chávez? –Esto no puede ser la revolución en ningún lugar, la revolución no se hace con vagos, con embusteros, con ladrones, con drogadictos, con “churriosos”, con pedidores de dinero todos los días, con gente que vayan a tu casa a ver si le dejan aunque sea un platico de comida para comer, llevan una franela como el Ché en el pecho, yo no conocí al Ché por hambriento, ni conocí al Ché por drogadicto. Esa es mi decepción.
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