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General: %% Foxifisco - IVA { R E F L E X I O N E S } %%
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| De: ATTACmx (Mensagem original) |
Enviado: 23/12/2003 04:14 |
http://groups.msn.com/ATTACPRAXISMEXICO/ " NO IMPUESTOS AL CONSUMO, SI IMPUESTOS AL INGRESO Y LA ESPECULACIÃN FINANCIERA " " Nacionalistas vs Neoliberales{Neofascistoides} " ----Original Message Follows---- From: oikos To: "ATTAC MEXICO" Subject: Foxifisco-IVA
X-Sender: oikos@mail.yumka.com
Alfredo Gutiérrez Kirchner
Resalta al momento una persona, que si bien vivió en el siglo XVIII, sigue siendo bastante mas conocedora y perceptiva del fenómeno fiscal que los tecnócratas actuales, de fuera y dentro de México. Se trata del primer Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de América, Alexander Hamilton, quien refiriéndose a los impuestos sobre el consumo, nos dice en los papeles de El Federalista:
"Constituye una ventaja significativa de los impuestos sobre los artículos de consumo, que contengan, en virtud de su propia naturaleza, una seguridad contra el exceso. Esos tributos prescriben su propio limite, el que no puede ser excedido sin que se vean auto derrotados en su fin propuesto, es decir en el aumento en la recaudación. Cuando se dirigen a este objetivo, el dicho que es muy talentoso, se aplica: "en aritmética política, dos y dos no siempre suman cuatro." Si las tasas son muy altas debilitan el consumo, el cumplimiento se elude y la recaudación de la tesorería no es tan cuantiosa como cuando se confinan dentro de limites propios y moderados. Esto forma una barrera integral en contra de cualquier opresión material a los ciudadanos, por impuestos de esta clase y es en si misma una limitación natural al poder de imponerlos." Alexander Hamilton en El Federalista No. 21, Diciembre 12, 1787) («It is a signal advantage of taxes on articles of consumption, that they contain in their own nature a security against excess. They prescribe their own limit; which cannot be exceeded without defeating the end proposed, that is, an extension of the revenue. When applied to this object, the saying is as just as it is witty, that, «in political arithmetic, two and two do not always make four.» If duties are too high, they lessen the consumption; the collection is eluded; and the product to the treasury is not so great as when they are confined within proper and moderate bounds. This forms a complete barrier against any material oppression of the citizens by taxes of this class, and is itself a natural limitation of the power of imposing them.» - Alexander Hamilton in Federalist No. 21, December 12, 1787) Una errada, grave y persistente tendencia reciente en México ha sido la de ignorar el sabio consejo de Hamilton y querer aumentar la recaudación con base en el impuesto sobre el valor agregado, que no es otra cosa que la forma mas eficiente de imponer un gravamen general sobre las ventas sin duplicación, y por lo tanto sobre el consumo al nivel de precios finales de bienes y servicios. Pero una cosa es el sistema del IVA y otra el nivel de las tasas. A fines de los años sesenta cuando por primera vez se exploró la propuesta de un IVA en México, se trataba de cambiar el sistema en cascada denominado ingresos mercantiles, pero siempre se habló de una neutralidad en cuanto al impacto de las tasas, esperándose el posible incremento de recaudación en función de la mayor eficiencia y el adelanto del impuesto que supone cobrar una tasa mas alta, que después se acredita, desde las etapas productivas iniciales. Desafortunadamente tanto la introducción del IVA como la secuela posterior de modificaciones, han estado precedida y seguida, respectivamente, de variaciones incrementadas de las tasas como si se siguiera la economía de grandes desequilibrios e inflacionaria de los setentas, ochentas y noventas con aumentos desmedidos de los impuestos al consumo. Al respecto recordemos que la tasa federal del impuesto sobre ingresos mercantiles pasó de 1.8% a 4% en 1973 obligando a todos los estados a abrogar sus propios impuestos al consumo en aras de recibir la participación federal que a lo largo del tiempo se ha convertido en un cáncer de la soberanía limitada de los estados. Cuando se introdujo el IVA estaba demostrado por la Secretaría de Comercio que la tasa neutral era un 8% la de Hacienda quería el 12% y la decisión salomónica del Presidente López Portillo fue el 10%. Entonces los diputados (PRI) acataban la línea partidista. Curiosamente la tasa del 10% que en su momento (introducción del IVA) se consideró alta es ahora el nivel máximo con el que se puede coexistir en la frontera por los niveles de imposición al consumo de Texas y California principalmente (los que no llegan al 8%) y no se diga de Nuevo México y Arizona (los que no llegan al 6%) con la otra característica de que la cobertura de los impuestos norteamericanos es mucho mas estrecha por gravar solo las transmisiones de propiedad tangible. Los ciudadanos de México, este gran país, recientemente nos hemos visto enfrentados con una nueva andanada, incluyendo grito de la independencia y curso intensivo para senadores, de comunicaciones mediáticas sobre las supuestamente imprescindibles "reformas estructurales" sin las cuales México no volverá a crecer económicamente ni a desarrollarse socialmente. Esto ya se había intentado al inicio del gobierno, sin que el Congreso de la Unión hubiera considerado oportuno aprobar las medidas propuestas y muy por el contrario en ciertos campos, como el de la reforma fiscal, haya ido a contrapelo con medidas cuyo resultado, ahora podría mejorarse con un afinamiento, mas no una desviación de los acuerdos y consensos logrados. Sobre la idea del sentido histórico que debe tener esa reforma todo apunta a que se deben estudiar las formas de aumentar el ingreso fiscal, pero por la vía de los impuestos directos. En cuanto al impuesto general al consumo que adopta la variante del IVA en nuestro caso, urge una revisión y racionalización en nuestro caso que sin duda producirá frutos pero reduciendo la tasa al 10 y manteniendo exenciones y tasas cero.
Vito Tanzi desliza una recomendación a México en política fiscal, que resulta errada por desenfoque internacional Durante el Seminario Internacional sobre El Crecimiento Económico y la Globalización programa del Banco de México, al que el Senado de la República decidió asociar su nombre, ahora que ambas instituciones tienen rango constitucional, un consultor italiano del BID recomendó seguir el camino de Chile y de Ecuador en relación con la reforma del IVA. El señor Vito Tanzi, en tal reciente seminario, sobre globalización y nulo crecimiento económico, para senadores, se atrevió a deslizar una propuesta basada en los modelos chileno y ecuatoriano de altas tasas de IVA como generador de importantes volúmenes de recaudación, sin darse cuenta que nuestro problema es la convivencia con el gigante del norte.
Sucede que ambas naciones han logrado muy importantes niveles de recaudación "por esa maquina de producir dinero que es el IVA. Sucede que el 18% de la tasa Chilena produce una recaudación del 7% del PIB mientras que en Ecuador con cada 10% de tasa se obtiene el 5% del PIB, lográndose la mayor productividad fiscal de América Latina. Mientras tanto México comparte con Haití el lugar mas bajo. Ahora viene el canto de las sirenas. Se imaginan los problemas sociales que pueden corregirse mediante el gasto incrementado por una recaudación producto de una alícuota multiplicada. Sin embargo despertemos, nuestra realidad son los EUA que gravan el consumo con impuestos a nivel local relativamente moderados en el concierto internacional. Ello nos coloca en la tesitura de tener que tomar en cuenta esos niveles de tasas y exenciones que a continuación se indican. Las tasas deben verse acompañadas de los sistemas imperantes. En EUA no se da un sistema tan integral como en Europa o América Latina. Ellos tienen el impuesto en una solo etapa de la cadena, la venta al menudeo por lo que una exención equivale a la tasa cero del IVA. Su impuesto de uso sólo es una forma de establecer un ajuste fiscal por las adquisiciones en otros territorios no sujetos a su soberanía fiscal pero no incorpora servicios al gravamen. Finalmente lo mas importante es que existe una exención fiscal a medicinas y alimentos que hará que nuestros empresarios fronterizos la soliciten para no perder clientela con los empresarios norteamericanos, tan solo al otro lado de la frontera, situación que ya se ha dado con los productos del petróleo por ejemplo. Si se ajusta la frontera no dejemos al resto del país fuera. Las tasas anteriores, prevalecientes en los estados de la Unión Americana y especialmente las que corresponden a California y Texas, aunadas a la estructura del impuesto a las ventas, solo aplicables a transmisiones de propiedad tangibles y no así a servicios, nos indican cual es el nivel del límite mas allá del cual no puede México establecer un impuesto a las ventas, sin pagar las consecuencias a que se refiere Alexander Hamilton. Es decir que mientras la tasa se considera justa el contribuyente hará un esfuerzo por cumplir voluntariamente, pero con tasas desproporcionadamente altas, así sea solo en ciertos productos y por la referencia con una exención que equivale a tasa cero por aplicarse en una sola etapa, se continuará produciendo el fenómeno de la evasión fiscal que corroe las entrañas de nuestro actual sistema. Según la experiencia histórica el límite mexicano es el de una tasa general del 10% pero con excepciones y tasas cero equiparables a las que se conceden en dichos estados a medicinas y alimentos. En estos dos rubros intentar establecer un gravamen es suicida en la frontera, porque cualquier diferencia con soberanías fiscales de EUA sería infinitamente superior a cero. No resulta sostenible que México grave los alimentos y las medicinas mientras que los estados de la Unión Americana los exentan y particularmente los estados situados inmediatamente al norte de nuestros estados fronterizos, porque el productor mexicano no podrá competir, con lo que seguramente se mantendría la promesa presidencial de no gravar el consumo de la frontera mexicana por encima de los impuestos norteamericanos. Por eso me he permitido recordar a la opinión informada de MACRO cual es el nivel de tasas, la estructura del impuesto y las exenciones a fármacos y alimentos para que se solicite al Congreso de la Unión que se otorguen los mismos privilegios si no de los californianos y texanos, si de los baja californianos, sonorenses, chihuahuenses, coahuilenses, nuevo leoneses y tamaulipecos, al resto del país. Cada vez que la tasa del 10% se ha elevado al 15% la zona fronteriza ha quedado igual (1983 y 1995) o sea con 10% siendo que los salarios ahí son varias veces superiores al resto de México. No debe volver a prevalecer un esquema discriminatorio en contra de las regiones mas pobres del país, frente al gravamen del consumo en la zona fronteriza. La prueba ácida del nuevo sistema fiscal es igualar el impuesto en todo el territorio nacional y por lo tanto cualquier exención que haya de concederse en la frontera sea aplicable a todo el territorio. Esa prueba ácida debe corresponder a la de la reforma eléctrica, que lejos de ser la relativa a la atracción de capitales privados en lo que todos estamos de acuerdo, es otra totalmente distinta, consistente en no modificar el texto de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, porque antes de la nacionalización ya pasamos por tragos amargos. Todo lo que se haga para atraer esa inversión privada es bienvenido, siempre y cuando se realice dentro del marco del texto constitucional vigente. En definitiva los criterios para evitar los tropiezos por los que están atravesando las propuestas de reformas del gobierno deben partir de un profundo respeto por la lógica de la historia, la geografía, el derecho y también la economía. Si nuestra realidad es la convivencia con los Estados Unidos de América, veamos esa realidad en sus tasas impositivas antes de comprometernos a esquemas y regiones de países con los que no estamos comerciando. Los productores mexicanos para poder competir en la frontera necesitarían exigir que se aplicara el ajuste fiscal del impuesto al consumo en la aduana, es decir la causación del IVA por el simple acto de importar, lo cual si bien es legal y resuelve el problema en teoría, tratándose de pequeñas importaciones exentas de los aranceles de importación no parece práctico exigir el IVA al cruzar la frontera. Mas bien parece que la solución realista es la de igualar los impuestos y tasas cero en todo el país sin dejar de tener en cuenta que nuestro paramento no es Chile ni Ecuador, sino simple y sencillamente California y Texas, Arizona y Nuevo México, tanto en niveles de tasas como en productos acordados con tasa cero, aun cuando no suene tan sofisticado el argumento. Entonces Vito Tanzi no deslizaría a la ligera una recomendación a México en política fiscal usando el parámetro sobre América Latina o Europa, ya que no solo resultaría errada tal apreciación por su desenfoque internacional, sino lo que es mas importante, nuestras autoridades fiscales y financieras se cuidarían en extremo de ese tipo de asesoramiento y no se diga ya los Senadores de la República.
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