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De: ATTACmx  (Mensagem original) Enviado: 27/12/2003 00:19
http://groups.msn.com/ATTACPRAXISMEXICO/
    http://groups.msn.com/ATTACMEXICO/

          " NO A LA PRIVATIZACIÓN
              DE LA LUZ Y PEMEX "

                " UNETE AHORA "
-----------------------------------------------------------
----Original Message Follows----
From: oikos
To: "ATTAC MEXICO"
Subject: Crisis Sistemicas
Date: Thu, 25 Dec 2003 22:45:14 -0600

Crisis sistémicas, movimientos antisistémicos y lucha de clases

Un análisis de la crisis actual desde la teoría del sistema-mundo1

Giovanni Arrighi y Beverly J. Silver

La historia de las transiciones de hegemonía ilustra diferentes aspectos del
proceso por el que el moderno sistema de Estados soberanos pasó de ser un
mundo (europeo) entre otros, a convertirse en el sistema sociohistórico de
la totalidad del mundo. Ese proceso de globalización del sistema-mundo
centrado en Europa no ha seguido una sola vía de desarrollo [...] Las
expansiones a escala de todo el sistema, bajo el liderazgo de cada Estado
hegemónico, culminaban en una crisis y colapso del sistema. La expansión no
se reanudaba hasta que un nuevo Estado hegemónico abría una nueva vía de
desarrollo, reorganizando el sistema a fin de resolver los problemas y
contradicciones hallados [...] por su predecesor. [...]

Desde principios de la década de 1970, estamos viviendo en otro de esos
períodos [...] El análisis de las anteriores transiciones hegemónicas nos
permite detectar patrones de recurrencia y evolución que nos ayudan a
comprender mejor el carácter y las posibles consecuencias de las
transformaciones [actuales]. Esta mejor comprensión puede resumirse en cinco
proposiciones [...] que planteamos como hipótesis [...]



Proposición 1

La expansión financiera global de los aproximadamente últimos veinte años no
constituye una nueva fase del capitalismo mundial ni anuncia una "incipiente
hegemonía de los mercados globales". Por el contrario, indica claramente que
nos hallamos inmersos en una crisis de hegemonía. Como tal, cabe esperar que
esta expansión no sea sino un fenómeno temporal que acabará más o menos
catastróficamente, dependiendo de cómo gestione la crisis la potencia
hegemónica en declive.

Nuestro análisis ha mostrado que la particular combinación espacio-temporal
de circunstancias que caracterizan las crisis de cada orden hegemónico [...]
ha variado de una transición a otra, pero que en todos los casos se ha
producido una expansión financiera a escala sistémica. Estas expansiones
llevan consigo una masiva redistribución de rentas impulsada por la intensa
competencia entre los Estados por el capital en busca de inversión. Al
mantener su centralidad en las redes de las altas finanzas, la potencia
hegemónica en declive puede poner a su servicio esta competencia y
experimentar así un repunte de su poder en decadencia. [...] Pero [...] el
poder renovado y la expansión financiera que lo alimenta [acaba en todos los
casos concluyendo] con el hundimiento completo del orden hegemónico en
decadencia al cabo de treinta o cuarenta años.

Sostenemos que a escala mundial la expansión financiera centrada en Estados
Unidos presenta importantes analogías no sólo con la centrada en Gran
Bretaña a finales del siglo XIX y comienzos del XX, sino también con la
centrada en los Países Bajos a mediados del siglo XVIII. [...]



Proposición 2

La novedad geopolítica más importante de la actual crisis hegemónica es una
bifurcación de los recursos militares y financieros sin precedentes en las
anteriores crisis hegemónicas. Esta bifurcación disminuye la probabilidad
del estallido de una guerra entre las unidades más poderosas del sistema,
pero no reduce la de un deterioro de la actual crisis hegemónica que
conduzca a un período más o menos largo de caos sistémico.

La presente crisis de soberanía estatal es de hecho la tercera desde el
establecimiento formal del moderno sistema interestatal en 1648. Cada
transición hegemónica dio lugar a una simplificación drástica del mapa del
poder mundial. En la transición de la hegemonía holandesa a la británica,
las ciudades-Estado [...] se vieron barridas en la política europea por el
surgimiento de poderosos Estados nacionales constructores de imperios. En la
transición de la hegemonía británica a la estadounidense les tocó el turno a
esos Estados nacionales constructores de imperios, que quedaron relegados en
la política mundial por el surgimiento de las dos grandes superpotencias de
tamaño continental formadas en los márgenes del sistema-mundo centrado en
Europa occidental.

A lo largo de la crisis de la hegemonía estadounidense, este proceso ha dado
un paso más con la desintegración de la URSS y la centralización en manos
estadounidenses de los recursos militares globales. Pero a medida que se han
ido relajando las restricciones impuestas a Estados Unidos por el equilibrio
del terror nuclear con la URSS, se han incrementado las restricciones
financieras al despliegue de esos recursos. [...]



Proposición 3

A diferencia de la expansión financiera global, la proliferación en número y
variedad de organizaciones y comunidades empresariales transnacionales es
una característica nueva y probablemente irreversible de la actual crisis
hegemónica. Ha constituido un factor determinante de la desintegración del
orden hegemónico estadounidense, y cabe esperar que se prolongue y configure
el cambio sistémico que está teniendo lugar acarreando una pérdida de poder
generalizada, lo que no quiere decir universal, de los Estados.

Mientras que las expansiones financieras a escala sistémica aparecen y
desaparecen, las transformaciones de la organización sistémica que las
acompañan no lo hacen, constituyendo fases sucesivas y distintas del proceso
de formación, ampliación y profundización del mercado mundial y del
sistema-mundo capitalista. [...]

Las fuerzas de la economía transnacional están claramente minando el poder
de los Estados, pero en este proceso, el de algunos está creciendo. Aunque
la extensión e intensidad de estas fuerzas carece de precedentes, el aumento
de poder de algunos Estados en el contexto de una pérdida de poder
generalizada sí los tiene, y ha sido un fenómeno típico de las anteriores
transiciones hegemónicas. La diferencia es que los Estados cuyo poder crecía
en el pasado eran líderes en la organización de la guerra y la construcción
del aparato estatal, mientras que los actuales no lo son. [...]



Proposición 4

La pérdida de poder de los movimientos sociales, en particular del
movimiento obrero, que ha acompañado a la expansión financiera global de las
décadas de 1980 y 1990 es en gran medida un fenómeno coyuntural. Indica las
dificultades para cumplir las promesas del New Deal global patrocinado por
Estados Unidos. Es probable una nueva oleada de conflictos sociales, y cabe
esperar que refleje la mayor proletarización, la creciente feminización y la
cambiante configuración espacial y étnica de la fuerza de trabajo a escala
mundial.

Las expansiones financieras sistémicas de las anteriores transiciones
hegemónicas contribuyeron a provocar una escalada de la conflictividad
social. La redistribución masiva de rentas y las dislocaciones sociales
inducidas por las expansiones financieras suscitaron movimientos de
resistencia y rebelión por parte de las capas y grupos subalternos cuyo
nivel de vida se deterioraba. Estos movimientos, que interactuaban con la
lucha por el poder entre Estados, llegaron a obligar a los grupos dominantes
a formar un nuevo bloque social hegemónico que incluía selectivamente grupos
y capas anteriormente excluidos.

[...] Con la transición de la hegemonía británica a la estadounidense, bajo
el impacto conjunto de la revuelta contra Occidente y las rebeliones de la
clase obrera, el bloque social dominante se amplió nuevamente mediante la
promesa de un New Deal global. A las clases obreras de los países más ricos
de Occidente se les prometió seguridad en el empleo y alto consumo de masas,
y a las elites del mundo no occidental el derecho a la autodeterminación
nacional y desarrollo [...] . Pronto quedó claro, no obstante, que este
paquete de promesas no iba a cumplirse. Además, generó esperanzas en las
capas subordinadas del mundo que amenazaron seriamente la estabilidad de la
hegemonía estadounidense y que finalmente precipitaron su crisis.

Aquí reside en realidad el peculiar carácter social de esta crisis
hegemónica comparada con las anteriores: [...] la explosión de conflictos
sociales a finales de la década de 1960 y comienzos de la de 1970 precedió y
configuró la subsiguiente expansión financiera [...] ; probablemente
[constituyó] un factor mucho más importante que la intensificación de la
competencia intercapitalista como estímulo para la fuga masiva de capitales
hacia mercados financieros extraterritoriales que creó, hacia 1970, las
condiciones del despegue de la expansión financiera. La huida de las
corporaciones multinacionales constituyó un "voto de censura" hacia [...]
Estados Unidos y [...] sus aliados europeos [...] . Este voto de censura
[...] profundizó la crisis de la hegemonía estadounidense [...] .

La situación dio un vuelco a raíz de la Revolución iraní, la invasión
soviética de Afganistán y una demanda acrecentada de dólares. [...] El
gobierno estadounidense comenzó a competir activamente en los mercados
financieros mundiales por el capital necesario para financiar la escalada
armamentística frente a la URSS y al mismo tiempo redujo los impuestos
domésticos. Este cambio de estrategia contribuyó decisivamente al despegue
de la expansión financiera global que reavivó en las décadas de 1980 y 1990
el poder [...] estadounidense, y sofocó [...] el de los movimientos que
habían precipitado la crisis de su hegemonía. Pero los problemas subyacentes
que habían suscitado estas movilizaciones quedaron sin resolver y cabe
esperar que vuelvan a generar nuevas oleadas sistémicas de conflictividad
social.

[...] Resulta difícil adivinar qué formas adoptarán los conflictos generados
por estas nuevas grietas sociales [...] Pero sean cuales fueren sus formas,
estos conflictos no eliminarán los antiguos.



Proposición 5

El choque entre las civilizaciones occidental y no-occidentales queda atrás
[...] . Lo que tenemos por delante son las dificultades para transformar el
mundo moderno en una comunidad de civilizaciones que refleje el cambiante
equilibrio de poder entre ellas, en primer lugar y ante todo el
resurgimiento de la civilización centrada en China. Lo drástica y dolorosa
que resulte esa transformación --y de hecho, si conducirá finalmente a una
comunidad de civilizaciones y no a su destrucción mutua-- depende en última
instancia de dos condiciones: primera, de lo inteligentemente que se
acomoden los principales centros de la civilización occidental a un status
menos preeminente, y segunda, de que los principales centros de la
resurgente civilización centrada en China sepan ofrecer colectivamente
soluciones sistémicas para los problemas sistémicos planteados y no
resueltos por la hegemonía estadounidense.

El choque entre las civilizaciones occidental y no-occidentales ha
constituido una constante del proceso histórico mediante el que el moderno
sistema-mundo pasó de ser tan sólo europeo a ser global [...]

Bajo la hegemonía estadounidense, el mapamundi se ha redibujado para
acomodarse a las exigencias de autodeterminación nacional. El nuevo mapa
refleja la herencia del colonialismo e imperialismo occidental [...] .
[Hay], sin embargo, una excepción [...]: Asia oriental. [...] La
sorprendente velocidad con la que esta formación regional se ha convertido
en el nuevo taller y cajero del mundo bajo el liderazgo "invisible" de un
Estado empresarial (Japón) y una diáspora empresarial (la china) ha
contribuido a generalizar el "temor a la caída" en los principales centros
de la civilización occidental [...]

La caída es probable porque los principales Estados de Occidente permanecen
prisioneros de las vías de desarrollo que les dieron poder y riqueza [...] .


[1] Fragmentos de la "Conclusión" de Giovanni Arrighi & Beverly J. Silver,
Caos y orden en el moderno sistema-mundo, Madrid, Akal, 2001.

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