Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: La corrupción ¡A calzón quitao!
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: SCROLL_21  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2004 22:37
















   


Vamos, pues. ¿Quién le teme al tema? ¿Quién le teme a la corrupción?


Vamos al debate con pelos y señales, sin tapujos, sin algodones. Sin eludir nada.


¿Qué les parece a los hipócritas anticorruptos que este tema escabroso, que da para todo, incluso para ponerse máscaras, se trate a calzón quitao --como se dice en criollo?


Hay que debatir con los adecos, padres de la corrupción en Venezuela y también con los copeyanos.


Debatamos con todas las franquicias derivadas. Debatamos con las celestinas de la corrupción en el país: los dueños de medios.


Hay que debatir sobre personajes como Leoni, picapasito, diente roto de la política, pero taimado protector de los peores excesos tanto en el terreno del manejo de los dineros públicos --famosos fueron los repartos entre familia--, como en el campo de los derechos humanos. Sobre su memoria pesa, cuando menos, la desaparición de un millar de compatriotas.


Trata el caso de Betancourt, el gran enmascarado de la democracia representativa, represor sin igual y protector de áulicos sinvergüenzas. El, dicen, no robaba, pero dejaba que sus íntimos lo hicieran. Como el caso famoso de Julito Pocaterra, vendedor de equipos de guerra ingleses, gran comisionista y mecenas del líder blanco.


Hay que meterse en el caso CAP (I y II), un personaje que montó su poder sobre el asesinato y exterminio generalizados, y lo apuntaló con los negocios que hiciera con los grupos económicos andinos y caraqueños. Alguien que enriqueció a muchos y guardó para sí parte de las comisiones derivadas de sucias operaciones realizadas con sus incondicionales.


Finalmente cayó en desgracia con la famosa partida secreta, cuando no pudo explicar el destino final de 17 millones de dólares --con el tiempo se aclaró que el muy pillo se embolsilló la mayor parte.


Vamos: tratemos a fondo el caso de Lusinchi, dipsómano, viva la pepa, irresponsable, quien llegó a confesar impúdicamente que la banca internacional lo había engañado (engaño que le significó pingües beneficios). Héroe del amancebamiento, acumulador con la jeva de turno de fortuna cuantiosa colocada en el exterior.


Y qué hay del repúblico impecable, el doctor Caldera (I y II), maestro de la coima disimulada, del hijo pimentoso, del copeyanismo implacable en el tráfico de influencia, de los bufetes del sistema hábiles en colocar al Estado bajo su mando directo.


Se me olvidaba uno: Herrera Campins, quien actuó como Betancourt --se parecían mucho, por cierto-- en eso de no robar directamente sino de dejar que los suyos lo hicieran. Sobre todo, si habían estudiado en el Colegio La Salle. Algo así como una cleptocracia lasallista.


Vamos, pues, a develar secretos. Porque la pelea es peleando.




Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados