El 10 de octubre de 1868 se rompen las cadenas que por siglos oprimían a los negros esclavos y sometían a los cubanos a los deseos de la metrópolis. Según el veterano de la Guerra de Independencia Joaquín Garcés en entrevista realizada por el periódico "La Discusión" y publicada el 10 de octubre de 1918 y el informe rendido por el Mayor General Bartolomé Masó Márquez relatan lo siguiente: "(...) Después de terminado el acto solemne donde Carlos Manuel de Céspedes dio libertad a los esclavos ordenó realizar reconocimientos en grupos compuestos por 10 ó 12 hombres por lugares circundantes y luego de haber salido de éstos por distintos rumbos del batey se rompen filas". "A la una de la madrugada levantó Céspedes el campamento por entre las guardarrayas de los campos de caña. Cruzando por entre los sitios de labranzas y senderos poco frecuentados llegando al camino del Congo, entró a los campos de caña del ingenio San Francisco, propiedad de los Ramírez Vila hasta el batey situado en un puerto céntrico de la finca". El Padre Fundador de la Nación Cubana, vivió durante 16 años en la ciudad de Manzanillo, donde completó su formación humanista y clásica. La vida de quien fuera el hombre de la clarinada del 10 de octubre desarrolló una intensa labor intelectual, cultural y patriótica. Donde la historia aflora con las huellas del ingenio y restos arqueológicos se expone al visitante el museo La Demajagua quien abrió al público el 10 de octubre de 1968 |