PRIMERA GRADUACION DE MÃDICOS LATINOAMERICANOS
El Teatro Karl Marx de la Habana tuvo el sábado sus 5.000 butacas ocupadas porque había una función muy especial: la primera graduación de jóvenes que estudiaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina. El presidente de Cuba y otros dos mandatarios de la región, más ministros de la mayoría de los 28 países de procedencia de los estudiantes (Argentina, ausente), encabezaron la colación. Entre los 1.610 graduados hubo 46 argentinos procedentes de hogares humiles. El compromiso de todos es ejercer una medicina social y atender a los más necesitados.
DERROCHE DE SOLIDARIDAD
Las concepciones políticas y de clase siempre salen a la superficie. Por eso las autoridades de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, elitistas hasta en el delantal, impusieron hace años un cupo restrictivo. Sólo dejan entrar 500 alumnos por año que, para ingresar, deben pagar 2.000 pesos a las academias privadas que los preparan para el examen.
Cuba está en las antípodas de esa medicina de pocos y para pocos. En 1998, cuando los huracanes Mitch y George provocaron 40.000 muertos en la zona del Caribe, Fidel Castro tomó la decisión de ayudar con una fuerza solidaria de sus médicos a los vecinos afectados. Y, consecuentemente, decidió crear una Escuela Latinoamericana de Medicina para formar el relevo de los cubanos asignados a la misión. Los jóvenes de esas naciones, por lo general pobres, estudiarían en la isla y regresarían como médicos a ejercer una medicina preventiva en los lugares más recónditos donde los profesionales cubanos habían ido a mitigar tanto dolor.
Ese fue el origen de la ELAM, fundada en 1999 y que el sábado 20 de agosto entregó su primera horneada de galenos. La graduación fue presidida por Fidel Castro, Hugo Chávez y el mandatario panameño Martín Torrijos, quien acababa de reanudar vínculos diplomáticos con La Habana. Las crónicas del acto, transmitido por Cubavisión, dijeron que los emocionados jóvenes "aplaudieron a rabiar" al jefe de Estado cubano e hicieron un juramento de ejercer la medicina con humanitarismo.
Cómo no lo iban a aplaudir si sus vidas cambiaron gracias a la decisión del barbado estadista. Hoy pueden regresar a sus ciudades de origen no sólo con un título universitario sino, sobre todo, educados para bien. ¿Acaso Cuba los adoctrinó en política y los reclutó para planes subversivos? Nada que ver. Les dio alojamiento, comida, estudios, libros, transporte, etc, en forma absolutamente gratuita, y eso que se trata de un país bloqueado por la superpotencia desde hace más de 43 años. Y sobre todo les ayudó a pensar, a ser solidarios y a volcar sus conocimientos en quienes más lo necesitan. Los flamantes profesionales recibieron un anillo de coral negro con la inscripción ELAM y un ejemplar de "El Quijote". Fidel sabe que en la vida tendrán que embestir contra algo más que molinos de viento.
84 POR CIENTO DE RETENCIÓN
El rector de la Escuela Latinoamericana, doctor Juan Carrizo Estévez, detalló a la prensa aspectos de la primera graduación de médicos. Dijo que éstos son 1.610 procedentes de 28 países, en su mayoría latinoamericanos y de cuatro africanos.
Del total de recibidos, 180 de ellos lo hicieron con "Título de oro", o sea con notas de excelencia. Respecto a los ingresantes de seis años atrás, la tasa de retención fue del 84,7 por ciento, un dato a tener en cuenta para las universidades de Argentina con alto índice de deserción. Mal que les pese a nuestros elitistas, el sistema de becas contribuye en alta medida a la retención del alumno de recursos escasos y alta vocación.
Otro dato de interés es que las mujeres constituyeron el 46 por ciento de la primera promoción y que el 72 por ciento de los graduados procede de familias humildes y regiones apartadas de cada uno de sus países. Aunque el doctor no lo dijo, es obvio que estos muchachos no hubieran podido estudiar y graduarse en las condiciones "normales" del capitalismo dependiente de América Latina.
Los pueblos originarios también dijeron presente en la colación pues había jóvenes de 33 etnias diferentes, entre ellos mayas, misquitos y mapuches. Solamente la revolución cubana podía integrar en una misma facultad a jóvenes procedentes de culturas indígenas centroamericanas y sus pares de nuestra Patagonia y el sur de Chile. En rigor no se trató de una sola facultad pues a lo largo de los seis años de estudios, los becarios fueron alumnos de la mayoría de las 21 facultades de Medicina con que cuenta el país (una sola al momento del triunfo revolucionario en 1959).
Sin embargo, pese a logros tan notables como los evidenciados en la ceremonia del sábado pasado en La Habana, y las que se vendrán en lo sucesivo pues en el centro de estudios cuentan con 12.000 alumnos, el éxito no se le subió a la cabeza a Carrizo Estévez. A la hora de estimar qué significa la Escuela Latinoamericana de Medicina, su titular estimó que "es una modesta contribución de Cuba a la unidad e integración".
No parece que estemos frente a un aporte modesto sino a uno grande y significativo. Su valor político también se puede medir en metálico. En su discurso del teatro Karl Marx, Fidel Castro afirmó: "Formar un médico en EE.UU. cuesta no menos de 300 mil dólares. De hecho, Cuba está formando en este momento más de 12 mil médicos para el Tercer Mundo, con lo cual realiza una contribución al bienestar de esos países cuyo valor asciende a más de tres mil millones de dólares estadounidenses. Si forma o contribuye a formar cien mil médicos de otros países en diez años, su aporte equivale a 30 mil millones de dólares estadounidenses, a pesar de ser un país pequeño del Tercer Mundo bloqueado económicamente por EE.UU.".
PRESENTES Y AUSENTES
Dentro de los alumnos de la ELAM había 382 argentinos, número que ahora bajará en 46 -por quienes se han recibido-, pero que volverá a su cota inicial con los más de 40 que viajaron en abril de este año para hacer el curso de nivelación.
En suma, hay aproximadamente 400 becarios argentinos en medicina y un número menor en la Escuela de Educación Física y Deportes, otra dependencia de puertas abiertas a alumnos humildes de la región. En este segundo caso, el país anfitrión socializa sus avances en los deportes, donde subió a numerosos podios de Juegos Panamericanos y aún Olímpicos.
El sentido de las becas fue explicado por el segundo jefe de misión de la embajada de Cuba en Argentina, Jorge Luis Mayo, a LA ARENA: "queremos llegar a jóvenes de bajos recursos y del interior; en 2005 sobre cuarenta becas, sólo una fue para Capital Federal y el resto al interior".
La mayoría de los graduados estará en setiembre en Argentina y se preparan actos de bienvenida en sus provincias y uno central en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la UBA, en la Capital Federal, ámbito donde se recibió Ernesto Che Guevara.
Algunos se van a demorar, como Eugenia Méndez Fiqueni, de Resistencia (Chaco), quien hará un curso de especialización de un año y medio antes de regresar. Es la hija de Federico Méndez, participante de la guerrilla de Salta en 1964 de Jorge Ricardo Massetti, y que ha culminado sus estudios con notas excelentes.
La actitud de los sucesivos gobiernos argentinos hacia el plan de becas de Cuba fue oscilando entre la hostilidad inicial y la neutralidad benevolente de estos días. En 1999 la administración de Carlos Menem rechazó las becas ofrecidas por el gobierno de Castro, que terminó derivándolas a entidades sociales y no gubernamentales. Las Casas de Amistad Argentino-Cubana, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, las comunidades mapuches, etc, fueron algunos de los beneficiarios.
La actitud mejoró con Néstor Kirchner pero sin llegar a una comprensión total del fenómeno. En nuestra opinión no se trata de un problema académico sino estrictamente político. El Ejecutivo está perfectamente al tanto de la calidad de los estudios en la ELAM, porque en abril regresó a Buenos Aires una misión enviada a La Habana con carácter evaluatorio. La misma estuvo integrada por las autoridades de las facultades de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán y de Cuyo, que hicieron buenas recomendaciones al gobierno para la reválida de los títulos.
La reválida es el obstáculo principal que tienen los 46 flamantes médicos recibidos en Cuba y los que tendrán quienes están en quinto año, cuarto y cursos inferiores. Los trámites burocráticos fueron más lentos que el progreso de nuestros chicos en sus estudios. Ellos ya se recibieron y aún esperan la solución consistente en el intercambio de las ratificaciones del acuerdo de los dos países.
La mejoría evidente de la relación bilateral en comparación con la que existía con Menem, no se tradujo en un apoyo pleno de Kirchner al ELAM. El sábado 20 en el teatro habanero, además de Chávez y Torrijos, estuvieron los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralf Gonsalves; de Antigua y Barbuda, Balduin Spencer; de Saint Kitts y Nevis, Denzel Douglas, y de Dominica, Roosevelt Skerrit, y el Vicepresidente de Ecuador, Alejandro Serrano. También se hicieron presentes ministros de Barbados, Bahamas, Dominica, Guyana, Belice, República Dominicana, Granada, Santa Lucía, Jamaica, Trinidad Tobago, Guatemala y Surinam.
Ninguno de ellos era argentino, a pesar de que se graduaban 46 jóvenes. La ausencia del presidente y del ministro Ginés González García fue un desaire a Cuba que los becó seis años y los amó como a sus hijos.