inSurGente.- Un lector que no se identifica nos ha remitido un texto breve en el que, con bastante sentido del humor, inventaría los crímenes que la gusanera de Miami y los contrarrevolucionarios del planeta achacan al comandante Fidel Castro y a sus compañeros de lucha, el Che entre ellos. Hagan clic en "Leer más".

Ahora que está de actualidad, ahora que estamos dormidos, ahora que nadie sabe nada, ahora que no tenemos memoria, ahora que Fidel es lo mismo que Pinochet, vamos a contar sus crímenes, tralará.

El primer crimen de Fidel lo cometió antes del triunfo de la revolución. Ejecutó a todos los campesinos de la Sierra Maestra para así, como había prometido, acabar con el hambre en el sector rural de la población. Las cifras de víctimas de este genocidio serrano son de un millón quinientas cuarenta y cinco mil doscientas sesenta y ocho personas, cuarenta y cinco vacas, treinta y tres gallinas, cuatro puercos y un pato, sólo en esa Sierra. Estas cifras son las que se barajan entre los exiliados cubanos en Miami, los de Europa rebajan las cifras de vacas asesinadas a sólo quince y no contabilizan ninguna gallina. Aquél (el pato) fue ultimado en el Estadio de La Habana, después de ser condenado por un tribunal militar presidido por el propio Castro. Se le condenó porque incursionó en el campamento de la columna del Che en la Sierra, donde causó treinta y siete bajas. En muchas fotos de la invasión a Villa Clara perpetrada por la columna comandada por el Che, se puede ver a éste con el brazo en cabestrillo debido a una herida que el heroico animal le causó en el hombro y no, como quieren hacernos creer los idólatras del Che, por el combate en Las Villas. Por el relato de algunos testigos, el lance se produjo cuando el pato, entre una desproporcionada balacera, como único objetivo el corazón del Ché y como única arma su épico pico, volando en una línea recta perfecta y a una velocidad inusitada, con la lluvia de balas pasando entre sus plumas, cuando ya el criminal iba a ser herido de muerte, una turbulencia, provocada seguramente por el rey del averno que protege a sus servidores, hizo que el mortífero pico se desviara lo justo para salvar su corazón de la mortal herida y perjudicar únicamente su hombro.

Otro suceso ocurrió en el Estadio de La Habana, donde murieron, en un solo día, doscientas cuarenta y tres mil quinientas personas y un pato (del que hablamos anteriormente) de la manera más horrible que ustedes se puedan imaginar. A todas estas personas (y al pato) se les condujo al terreno de juego. Acto seguido se cerraron las puertas del estadio y se abrió el riego del césped y no lo pararon hasta que el agua rebosó por encima de las gradas. Una muerte horrible por lenta. Sólo sobrevivieron veinticinco personas: el equipo olímpico de waterpolo y el de natación sincronizada. Se preguntarán cómo es que el heroico pato no pudo salvarse (por ser un pato), y es que el criminal, el sátrapa le ató una bola de plomo de treinta y dos kilos a su pata (valga la redundancia) y, aunque el vigoroso animal consiguió aguantar tres horas a flote con el enorme peso, se cansó en demasía ayudando a los miembros más débiles del equipo de waterpolo a sobrevivir, los cuales se apoyaban en él mientras descansaban sus brazos y piernas. Por esa actitud heroica, Mas Canosa, presidente del gobierno cubano en el exilio (que tiene su sede en la misma Casa Blanca) le concedió la medalla al valor a título póstumo.

Por último, quiero comentar que, escandalizado, leí en un medio de comunicación escrito que la cifra de muertos totales de la represión posterior al triunfo de Fidel era de unos quince mil, fusilados en su mayor parte ¡Qué desfachatez! Eso es una falsedad, afirmo. Es probable, puesto que el medio en cuestión es “serio”, que el error se deba a que algún rojo que trabaja en la imprenta eliminó tres ceros de la cifra correcta, puesto que la cifra real es de quince millones de cubanos ejecutados por Castro. Si Castro no hubiera existido ahora vivirían felizmente en Cuba 26 millones de personas: 15 millones de ejecutados + 11 millones de habitantes actuales = 26 millones de habitantes (esta operación la he detallado para todos aquellos cubanos que estudiaron en Miami). Además, fueron ejecutados de la manera más vil y humillante. Según un testigo presencial que pudo escapar de este infierno, los infelices eran colocados en filas de a cien y el propio Fidel, junto con el Che, Raúl y Camilo Cienfuegos disparaban con una bala del calibre mil quinientos que atravesaba la fila y los fulminaba a todos. Así se explica que pudieran ejecutar a los quince millones en quince días, además de ahorrar cientos de miles de balas. Luego los echaron al Mar Caribe y los tiburones, previamente entrenados por el gobierno castrista, los hicieron desaparecer...


(Continúe usted con el relato, ponga en él lo que se le ocurra, siempre en esta misma línea de argumentación y no se extrañe si lo ve publicado en los “medios serios” de su país.)

Pendejon Gonzalez ya te lo he explicado alla hay calidad no cantidad, sin embargo aqui hay "cantidad", imaginate que es el segundo repartimiento de pan, aqui un hijo de pita se convierte en 9 nicks mas y oye todos casi todos salen de dos pc.