Aunque muchos autores descalificarםan los vocablos derecha e izquierda por vagos, anacrףnicos, o carentes de sentido, me propongo aquם recrear su significado a pesar de la ambigedad que los caracteriza. Los tיrminos tienen su consabido origen en la Alamblea Francesa, en la que a la derecha del presidente se sentaban los conservadores y monarquistas, y a su izquierda republicanos y socialistas, y mבs tarde tambiיn los comunistas.
Por ello, en lםneas generales, la voz "derechista" pasף a designar a quien enfatiza del hombre mבs su debilidad que su perfectibilidad, e "izquierdista" a quien anhela reformar al ser humano por medio de medidas gubernamentales. Para la derecha, el principio polםtico predominante es la continuidad, la legitimidad de lo existente; para la izquierda, es la acciףn estatal para mejorar al hombre y la sociedad.
El problema consiste en que la palabra "derechista" pasף a denominar en bloque a todos los anticomunistas, debido a que la gama de la izquierda abarca desde el tenue intervencionismo estatal hasta el comunismo colectivista. De este modo se puso en la misma bolsa, por ejemplo, a una doctrina totalitaria y violenta como el Nacionalsocialismo alemבn, junto con una individualista y moderada como el liberalismo. Esta es la peor limitaciףn que impone el uso de los tיrminos derecha e izquierda: que, en pocas palabras, la extrema derecha no tiene nada que ver con la derecha, ni en su concepciףn del mundo ni en su plataforma polםtica. El תnico comתn denominador que las une se reduce a la antipatםa que ambas sienten por el comunismo.
Una segunda reserva que cabe hacer es que, al consolidarse la mencionada dicotomםa, el centro pasף a ser un punto intermedio sin matices propios. Sin embargo, la experiencia histףrica evidencia que el centro no es sinףnimo de palidez, sino una opciףn deliberada con valores singulares.
Conscientes de las dos restricciones mencionadas, podemos atribuir ciertas caracterםsticas generales a cada uno de los tres sectores polםticos. En principio, las consignas que enarbola cada uno permiten reconocerlo. Asם, la derecha exalta el orden y la patria; el centro, la libertad y la democracia; la izquierda, la justicia y la igualdad. No nos referimos tanto a los valores que aspiran alcanzar (ya que los tres sectores argumentarםan que en sus metas incluyen a todos o casi todos) sino a cףmo priorizan esos valores, y en ese sentido las diferencias se reflejan en las consignas que mבs reiteran.
En segundo lugar, cada corriente tiene una manera propia de ver la sociedad en su conjunto. Para decirlo simplemente, el hombre de derecha destaca de la sociedad sus aspectos mבs estבticos, el de centro y el de izquierda hacen resaltar el dinamismo de la organizaciףn social. Y lo hacen cada uno a su modo: mientras la izquieda enfatiza los avances de la sociedad que se alcanzan a los tumbos, el centro ve el progreso social como una evoluciףn mבs o menos armoniosa.
Todo lo se遼alado, tanto consignas como cosmovisiones, son reconocibles especialmente en los momentos de grandes transformaciones. El hombre de derecha opina que los cambios importantes son una amenaza capaz de derrumbar el edificio social entero, por lo que deben ser neutralizados. El de centro percibe las mutaciones como la expresi龍n de un desarrollo deseable, que debe ser acompa遼ado y vigilado. Desde la izquierda, se entienden los grandes cambios como una ocasi龍n que debe ser aprovechada para producir un colapso que genere una nueva sociedad de entre las cenizas de lo viejo.