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LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
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من: Azali5  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 01/04/2008 17:32
Fomentar el diálogo en Cuba -desde una posición de poder-, implica una incongruencia únicamente invisible para los más ilusos. Eso, asumiendo que ya habláramos de cubanos, o -al menos-, de sujetos que independientemente de su nacionalidad, se les pueda tomar por conocedores del tema. Y un "conocedor" del tema -aclaro- no es necesariamente, ni el admirador nostálgico, ni el turista asiduo, como tampoco lo son algunos políticos del área, ni el 102 % de los corresponsales de prensa extranjera que pululan por mi país.

Incongruencia, porque cualquier debate consecuente acerca de la situación cubana, terminará dando al trataste con toda la superestructura política del país. Ninguna élite de poder, promueve transformaciones que la desplacen del mismo. El diálogo que se promueve desde las altas esferas de la nación, se inscribe explícitamente bajo la premisa de "mejorar el socialismo". Un eufemismo de la peor catadura: Existe la posibilidad teórica de transformar la sociedad y mantener una política socialista de izquierdas -concedo-; pero no es eso lo que se pretende. En primer lugar, porque lo que existe en Cuba como sistema político, tiene bastante poco que ver con "socialismo"; y en segundo lugar, porque lo que las élites pretenden, es mejorar la situación de descontento, sin perder las riendas de un poder centralizado y totalitario. No se trata de hacer reformas dentro de un sistema sociopolítico, sino dentro de una estructura rígida de coacción y control. No se trata de proteger las "conquistas del socialismo", sino las conquistas logradas por el totalitarismo en lo relativo a la hegemonía y la manipulación en/de todas las esferas de la sociedad.

Las inquietudes que la mayoría de los ciudadanos cubanos actualmente se plantean, no son "peligrosas" de por sí, puesto que en buena medida, ya están en conocimiento de las élites, así como también están previstas de antemano, posibles contra-respuestas o soluciones de "compromiso". Lo que que no se aviene con el sistema, es la holgura, la tolerancia política que debe instaurarse, para que dichas inquietudes afloren desde la base. Simple y corto: Al gobierno no le preocupa demasiado lo que la gente diga, sino el hecho de que lo puedan decir. La paradoja de toda esta aparente apertura del período "raulista" -por llamarle de algún modo- radica en su necesidad de permitir determinado grado de debate, sin perder el control del mismo, ni su grado de previsibilidad.

Hasta ahora todos los procesos de "rectificación" por los que ha transitado el sistema totalitario cubano, se caracterizaron -entre otras muchas cosas- por la presencia de un caudillo omnipresente, aglutinador, y con el poder de la última palabra. Oficialmente -al menos- ya no es tan así. Eso implica cierta descentralización y descoordinación del mando. Falta de control. Alergia.

El gobierno se afana en exportar una unanimidad de criterio, incluso en lo que respecta al sentido crítico, que ya no es tal: La voluntad popular, y la de las élites de poder, es -esencialmente- distinta. Porque el pueblo busca mantener las ventajas del sistema, y el gobierno procura mantenerse en el sistema con cierta ventaja. El problema "
Eliécer Ávila"" no radica en lo que el muchacho dijo -nada nuevo-, sino en que se propició un marco de tolerancia que impidió la censura y la autocensura, y facilitó que la información trascendiera de forma descontrolada. El pueblo interpreta libertad, donde sólo se ha previsto permisibilidad.

Un proceso real de intercambio, implicaría, como única respuesta a las posibles manipulaciones mediáticas que sacaron los comentarios de su contexto, la exposición íntegra de los mismos. Pero el gobierno -por motivos sobreentendibles cuya larga explicación me ahorro- quiere debate sin alentar la cultura del debate. Por ende,
la respuesta de la élite no se propuso transparentar la situación, sino ratificar que -sea cual fuere aquella- la tiene bajo control.

No puedo más que recordar un montón de viejos refranes populares -como aquel de querer bañarse sin mojar la ropa-, o la letra de cierta canción -Círculos Viciosos-, escrita por Carlos Sánchez Ferlosio y popularizada por Joaquín Sabina -cuando las cosas que cantaba, eran todavía
atendibles:

- Quiero conocer aquel
hablarle y decirle hola
- No le has visto la pistola,
deja esa vaina Javier!
- ¿ Porqué la pistola?
- Porque tiene miedo
- ¿ Porqué tiene miedo?
- Porque no se fía
- ¿ Porqué no se fía?
- Porque no se entera
- ¿ Porqué no se entera?
- Porque no le hablan
- ¿ Porqué no le hablan?
- Por llevar pistola
- Eso mismo fue
lo que yo le pregunté
¿ Porqué la pistola?


Ínsula, editoriales de asunto cubano


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